¿Con los aranceles recíprocos en vigor cuál es la ventaja de tener un TLC con Estados Unidos?

El 15 de mayo de 2012 entró en vigencia un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y Estados Unidos. Con Perú, el país norteamericano tiene vigente un Acuerdo de Promoción Comercial (APC) desde el 1 de febrero de 2009. Mientras, el 1 de enero de 2004 empezó a regir el TLC entre EE. UU. y Chile y en 2012 comenzó a regir otro con Panamá. A todos estos países EE. UU. también los incluyó en la lista de aranceles recíprocos que cobra a las importaciones desde el sábado 5 de abril.
Este mismo arancel también se impone a países que no tienen TLC con EE. UU., entre ellos Ecuador, que al igual que Colombia, Perú, Chile o Panamá les fue impuesta la misma tarifa arancelaria, el 10 %. Ecuador abandonó en 2006 las negociaciones para firmar un TLC con EE. UU. que en 2024 se constituyó como el tercer mercado de destino para sus exportaciones no petroleras y actualmente recibe más de 1.290 productos de exportación, según cifras de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
Catorce años después de salir de la ecuación, en 2020, Ecuador firmó con EE. UU. un acuerdo comercial de primera fase que reactivó las intenciones de llegar a un tratado más amplio y en el mejor de los casos a un TLC. Cinco años después de esa firma Ecuador espera ser parte de una lista de países elegibles para iniciar estas negociaciones que EE. UU. está por publicar.
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Para el analista Alberto Acosta Burneo, rechazar un TLC con EE. UU. fue un error histórico de Ecuador. Sin embargo, señaló que ni un acuerdo comercial habría “salvado” al país de la medida del presidente Donald Trump. “Ha impuesto aranceles incluso a países con TLC en vigor que ni siquiera cobran aranceles a EE. UU.”, señaló.
Bajo esta imposición sin discrimen de aranceles, ¿cuál es la ventaja de tener un TLC con EE. UU.? Acosta indicó que a pesar del trato de EE.UU, hacía sus socios comerciales, sigue siendo muy importante para Ecuador buscar un TLC ya que los aranceles universales se suman a los que ya estaban vigentes. “Ecuador tiene una desventaja al no tener un TLC, entonces el TLC es más urgente que nunca, porque eso evitaría ese encarecimiento inicial que es la base sobre lo que está pagando aranceles en este momento el Ecuador”, explicó Acosta.
Para Daniel Legarda, exministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, por un lado existen dudas sobre qué significan los acuerdos para EE. UU. porque claramente se están irrespetando, incluyendo los de la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero por otro reconoció que los países que cuentan con un TLC con EE. UU. “salen menos golpeados”.
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“Están todos en una posición mejor frente al resto de países”, indicó Legarda. Esto se refleja en casos como el de las flores ecuatorianas, que sin un TLC con EE. UU. pagaba, antes de la medida, un arancel del 6,8 % para ingresar al mercado estadounidense, y desde el sábado paga 16,8 %, frente a su principal competidor Colombia, que al tener un TLC entraba con 0 % de arancel y ahora lo hace solo con el 10 %.
Legarda no ve un TLC entre Ecuador y Estados Unidos en el panorama, sino tal vez alguna negociación particular de productos más pequeños. “Pero no sabemos cuál es la extensión de eso definitivamente”, agregó.
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Mientras, de acuerdo con Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), Ecuador debe insistir e ir en busca de un acuerdo comercial a largo plazo con EE. UU. “Debimos haber entrado en el 2006″, dijo.
‘Productos que ya tenían un arancel y se ven incrementados nos genera preocupación’
Por su parte, Felipe Ribadeneira, presidente ejecutivo de Fedexpor, analizó que Ecuador, de haber entrado a esta medida con aranceles al 0 %, por motivo de haber tenido un TLC con EE. UU. desde el 2006, en este momento la tasa arancelaria del Ecuador con ese país solo sería el 10 % en todos los productos, y lamentó que el caso actual no sea este.
“Aquellos productos que tenían 0 % (de arancel) que efectivamente son un gran porcentaje de nuestra exportación a los EE. UU., como lo son camarón, cacao y banano, van a ir con el 10 %, pero aquellos productos que ya tenían un arancel sí se van a ver incrementados y eso sí nos genera preocupación”, señaló el titular de Fedexpor.
Ribadeneira retomó el ejemplo de la exportación de las flores ecuatorianas a EE. UU. y su actual desventaja competitiva frente a la colombiana. “Ahora el consumidor estadounidense tendrá que pagar un arancel del 10 % por la flor colombiana y el17 % por la flor ecuatoriana, si tuviéramos un acuerdo comercial estaríamos nosotros con 10 (%)”.
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También se refirió al brócoli, al asegurar que mientras que ese producto proveniente de Guatemala entra a EE. UU. solo con la tasa del 10 % de arancel, el del Ecuador ahora ingresa con el 25 %, pues tenía un arancel ya establecido del 15 % antes de la entrada en vigor de los aranceles globales.
El dirigente exportador aseguró que el problema radica en la demanda agregada final, es decir, cuál va a ser la capacidad de consumo del ciudadano norteamericano en el momento que esta medida le genere un incremento de precios.
Nery Merejildo, presidenta de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Americana de Guayaquil (AmCham Guayaquil), consideró que ante este nuevo panorama del comercio mundial, con la aplicación de aranceles universales por parte de los EE. UU., es relevante activar todos los canales diplomáticos e impulsar una estrategia público-privada que contribuya a una negociación bilateral.
Aseguró que la política comercial del presidente Donald Trump deja un espacio para negociaciones bilaterales bajo un esquema de reciprocidad o negociaciones sectoriales.
“Independiente del nombre o alcance del nombre del acuerdo, es clave para nuestro intercambio comercial continuar impulsando la negociación de un acuerdo comercial que considere los intereses de las partes y defina las reglas de juego de largo plazo”, comentó Merejildo. (I)
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