‘Ainda estou aquí’, desde Brasil de la mano del cineasta Walter Salles, para el festival de San Sebastián
La cinta brasileña ‘Ainda estou aquí’, de Walter Salles, muy elogiada en la pasada Mostra de Venecia, y ahora en San Sebastián, es un documental profundamente íntimo que explora la resiliencia emocional frente al duelo y la pérdida. Salles, reconocido por películas como Diarios de motocicleta (2005) y *Central do Brasil* (1998), adopta un enfoque más personal y reflexivo en esta obra, creando un relato que combina lo personal con lo colectivo.
Para Salles, la sección Perlak es muy familiar, debido a que el cineasta brasileño ya ha presentado con éxito las dos películas antes mencionadas. Este año, regresa con un emotivo retrato de los años más oscuros de la dictadura militar en Brasil, centrado en la desaparición del exdiputado Rubens Paiva.
Uno de los aspectos más notables del documental es cómo utiliza el formato para conectar experiencias de duelo que, aunque son individuales y únicas, se entrelazan con temas universales. Salles logra capturar ese dolor compartido sin caer en el sentimentalismo fácil, dejando que las imágenes hablen por sí mismas, una técnica que refuerza la autenticidad de la narrativa.
Salles ha mencionado en su entrevista que su intención con ‘Ainda estou aquí’ no era simplemente documentar el dolor, sino explorar “cómo nos enfrentamos a la ausencia”. Sobre la película, expresó que para él era crucial mostrar “la capacidad del ser humano de reconstruirse, de encontrar esperanza incluso en los momentos más oscuros”. Esta declaración refleja la estructura narrativa del documental, que equilibra el sufrimiento con destellos de esperanza y superación.
‘Es la primera vez desde que hago ficción que me baso en mis propios recuerdos, los del Brasil de los años 70, un periodo sombrío en el que el país estaba bajo una dictadura militar. Durante mi adolescencia, me hice amigo de los hijos de Rubens Paiva, y recuerdo el impacto que me causó aquella casa, donde todas las puertas y ventanas estaban abiertas, se discutía apasionadamente de política y se escuchaba música tropical. Esa casa era un oasis de libertad. Contar la historia de cómo se rompió esa familia, con el secuestro de Rubens, es también contar cómo se rompió la promesa de un país’ señaló el realizador.
También comentó sobre la importancia de la música y el silencio en la película, mencionando que “el silencio es tan elocuente como las palabras, porque muchas veces no hay palabras que puedan expresar el dolor”.
Esta visión se refleja en la forma en que la película se toma su tiempo para permitir que las emociones se asienten, creando momentos de reflexión tanto para los personajes como para el espectador. ‘Por eso, el verdadero punto de partida fue la novela del hijo de Rubens, Marcelo Paiva, quien la escribió relatando y recordando su experiencia familiar y resaltando el papel de su madre, Eunice, la auténtica heroína silenciosa de esta historia.
“Ahí, fue donde confronté sus recuerdos con los míos, los proyecté a través de la mirada de esta mujer, esta madre, esta esposa, y fue así como, a través de las vicisitudes de esta familia, pude contar la historia de un país que intentaba escapar de su propio destino. Por ello, es un personaje profundamente comprometido con la defensa de la memoria histórica y los derechos humanos. Ella terminó sus días afectada por el alzhéimer, después de haber luchado incansablemente por mantener viva la memoria de su esposo. Por eso creo que el cine es una herramienta poderosa contra el olvido, y haber hecho esta película refuerza aún más esa convicción en mí”, agrega.
En conclusión, ‘Ainda estou aquí’ es una obra que muestra la madurez artística de Walter Salles. Más que un documental sobre la pérdida, es un poema visual sobre la fortaleza del espíritu humano. Salles, al abordar el dolor desde un lugar de empatía, ofrece una mirada que trasciende el sufrimiento, proponiendo un camino hacia la sanación. (E)
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