El Gobierno ofrece fortalecer a FF.AA. para combatir mafias
Ingresar al barrio Paraíso de la Flor, en el norte de Guayaquil, es difícil. Las angostas calles de tierra están atravesadas por grandes rocas o troncos de madera de hasta tres metros de largo.
En otros pasajes hay cunetas que alcanzan los 60 centímetros de profundidad. Todos son obstáculos que las bandas de microtraficantes colocan para evitar que la Policía ingrese con carros o motos.
En las esquinas también hay grupos de chicos fumando o bebiendo. Los agentes dicen que los jóvenes cumplen el rol de campaneros en esos sitios. Es decir, están ahí para vigilar si la Policía ingresa y luego dar aviso a sus jefes. Este popular barrio del Puerto Principal también es conocido como la zona “hache”, debido al alto expendio de droga al menudeo.
Los agentes que trabajan en este sector dicen que existen verdaderas mafias instauradas en toda la barriada. Incluso, el martes pasado uno de los sargentos, que laboraba allí, fue asesinado por dos sicarios. Los primeros reportes señalan que miembros de la banda los Tiguerones estarían detrás del crimen. Ellos son conocidos por liderar la venta de droga en el noroeste de la ciudad.
Pero desde el 2020 mantienen una pugna con otras seis organizaciones criminales que se dedican a la venta de estupefacientes en las calles de la urbe. La guerra por el liderazgo de los territorios ha generado 148 asesinatos en los cinco primeros meses de este año.
En el sur de Guayaquil, los Choneros son los que manejan el negocio de la droga. En barrios como los Guasmos, la Policía ha descubierto que las bandas han creado fortines cerca de los esteros para almacenar droga. Hace tres días, más de 300 policías ingresaron a esos sitios para destruirlos.
El microtráfico no solo se ha expandido en Guayaquil. En el país durante el 2020 se incautó de 18,3 toneladas de droga destinadas al consumo interno. Esa cifra es mayor a las 15,8 toneladas decomisadas en 2019.
Ayer 11 de junio del 2021, en una ceremonia militar que se realizó en Quito, el nuevo jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Comaco), Jorge Cabrera, dijo que la institución castrense luchará en contra de las amenazas del tráfico de drogas.
Además, antes de finalizar la ceremonia militar, el presidente Guillermo Lasso ofreció modernizar, equipar y fortalecer a las Fuerzas Armadas. “Garantizaremos la renovación de equipos e insumos”.
La idea es que los soldados tengan recursos para combatir al crimen organizado y las amenazas a la seguridad.
Por ejemplo, Carchi, Esmeraldas, Guayas y Pichincha son las provincias con más venta de droga en las calles. Solo en Quito, durante el 2020, la Policía detuvo a 1 700 personas por tráfico interno. En esos operativos, los agentes descubrieron que las bandas criminales que operan en Guayas tienen células que almacenan los narcóticos en viviendas de zonas rurales como Pifo y Tumbaco.
En marzo pasado, la Policía desarticuló una red de seis personas que distribuían las dosis de marihuana y cocaína en el Centro Histórico de Quito.
De allí que el nuevo Gobierno ha anunciado que el control policial se focalizará en el microtráfico. El viceministro del Interior, Joel Loaiza, indicó a este Diario, que incluso se trabajará con entidades internacionales para buscar estrategias y dar tranquilidad a las personas en las calles.
Por su parte, la Cúpula Policial ha iniciado una serie de intervenciones. Desde esta semana, policías y militares realizarán patrullajes conjuntos.
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