El PP plantea que las primeras seis semanas de permiso por paternidad y maternidad no sean simultáneas
El PP plantea aumentar los permisos de maternidad y paternidad de 16 a 20 semanas y que no sea obligatorio cogerlos al principio ambos progenitores a la vez. Los populares proponen ahora un aumento de las semanas de permisos por el nacimiento de un hijo, a pesar de que el PP recurrió al Tribunal Constitucional en 2019 la ampliación progresiva del permiso de paternidad para equipararlo al de maternidad. El Tribunal de garantías tumbó su recurso negándoles la razón. Alberto Núñez Feijóo cambia el paso y apuesta ahora por aumentar hasta 20 semanas el permiso.
Además, el PP quiere que las seis primeras semanas de permiso, que en este momento los progenitores están obligados a disfrutar según nace el bebé, “puedan ser cogidas cuando más interese a la familia del recién nacido”, explican fuentes del partido. Eso implicará un cambio sobre todo para el permiso del padre, que podrá moverlo y disfrutarlo más adelante y no directamente las primeras semanas, porque la madre sí está obligada por normativa europea a cogerlo esa primera quincena.
El PP mantiene que los permisos sean intransferibles, pero establece que el permiso del padre se pueda ejecutar en el momento que por conciliación o por preferencia personal mejor convenga. “El PP no va a meterse en cómo se reparten los permisos las madres y de los padres. Tendrán libertad para utilizarlos durante el primer año del bebé”, ha afirmado Feijóo este lunes en su discurso ante el Comité Ejecutivo Nacional del PP.
“Hasta ahora se obligaba al padre a estar las primeras semanas en casa”, explican fuentes del PP. “Ya no. Podrá disputar del permiso cuando mejor le convenga a la unidad familiar”. “Al obligar a ambos progenitores a coincidir durante esas seis semanas se pierde un mes y medio”, insisten estas fuentes. “De esta forma, estaría la posibilidad de que ese niño esté en su casa con sus padres durante casi un año”, remachan.
La ampliación de 2019
A una semana del 8 de marzo de 2019, el Gobierno aprobó por decreto ley la equiparación de los permisos de paternidad y maternidad, una medida que puso a España a la cabeza de Europa: 16 semanas pagadas al 100% a partir de 2021 con las seis primeras semanas obligatorias para la madre y para el padre. El objetivo del Ejecutivo en aquel momento era empujar a que la presencia de los hombres en los cuidados fuera creciendo a la vez que la de las mujeres en el ámbito laboral, que siempre ha penalizado la maternidad. “La maternidad no puede ser un arma en contra del desarrollo laboral y ciudadano de las mujeres, sino una opción libre de la mujer”, dijo entonces Carmen Calvo, en aquel momento vicepresidenta y ministra de Igualdad.
Expertas y asociaciones aplaudieron la medida. Sociólogas como Constanza Tobío, que aseguró entonces que la equiparación de permisos transmitía el mensaje de que los padres tienen el derecho y la obligación de cuidar, “exactamente en las mismas condiciones y en los mismos términos que las mujeres”. Aunque en la letra pequeña, no todo el mundo estuvo de acuerdo, entre otras cuestiones, con esas seis obligatorias para ambos progenitores con la llegada del bebé. Ni en el Congreso ni fuera de él.
Unidas Podemos, por ejemplo, defendió que solo fueran las primeras dos y a partir de ahí las parejas decidiesen cómo repartirse el resto. PETRA, la Plataforma de Madres Feministas por la Ampliación de los Permisos Transferibles, consideró que el decreto se aprobaba sin tener en cuenta lo que pensaban las propias mujeres. Patricia Merino, antropóloga y fundadora de esa organización, explicó en aquel momento que lo más óptimo hubiera sido establecer un año de permiso, con una parte exclusiva para cada progenitor de seis semanas, y el resto a repartir entre la pareja.
Y la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNA) fue también crítica con esas semanas simultáneas al inicio; su entonces coportavoz María Pazos, investigadora del Instituto de Estudios Fiscales, explicó que con esas seis semanas obligatorias para padres y madres, “el padre seguirá siendo el hombre ayudante en casa”. Y creía que lo más óptimo era “dejar que se turnen, una vez recuperada la madre del parto, que para muchas mujeres son dos semanas”.
Y esto que Pazos apuntó en 2019 se ha ido reflejando en los datos en los últimos años. Un estudio de la UNED del pasado marzo, por ejemplo, apuntó que el 90% de los padres se cogía el permiso completo, pero que muchos la solapaban con el de la madre, convirtiéndose en ayudantes de esta. Según los autores de ese trabajo, hay mayoritariamente dos roles: el padre como ayudante y la madre como cuidadora principal. “La figura de padre corresponsable —que cumple un rol de cuidador principal similar a la madre, que utiliza el permiso para maximizar el cuidado del bebé en el hogar y estar presente y activo en el cuidado— es minoritaria”, subrayaron en primavera los expertos de ese informe.
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