El rastreo del covid-19 llega a las aguas negras de Ecuador
La cafeína que expulsamos a través de la orina y que llega a los ríos por los drenajes está cambiando el comportamiento de los peces, tornándolos eufóricos e hiperactivos.
En ciudades de EE.UU. y Europa se viene monitoreando incluso el consumo de drogas en aguas residuales de varios sectores, observa Jean-Martin Brault, especialista Senior de Agua Potable y Saneamiento del Banco Mundial. El siguiente paso era rastrear el covid-19.
Brault, uruguayo y doctor en ingeniería de aguas residuales, impulsó un plan piloto para rastrear la pandemia en las aguas negras de ciudades de América Latina. Uruguay (a escala nacional) y Ecuador (en Guayaquil) fueron los pioneros en aplicar un programa de prueba que se extendió por dos meses el año
Los resultados convencieron al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, que validó el monitoreo como “una herramienta para conocer la propagación localizada del virus”.
La Empresa Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Emapag) y la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) firmaron un convenio para rastrear el SARS-CoV-2 en las aguas servidas a lo largo de un año. El programa prevé iniciar este mismo mes de junio del 2021.
El virus se elimina en las heces de los pacientes y va a las alcantarillas. Las cargas virales se miden en copias del virus por mililitro de aguas negras.
En seis fechas, entre julio y agosto de 2020, se tomaron 18 muestras en tres estaciones de bombeo de aguas residuales (en los sectores de Guayacanes, Pradera y La Chala).
La ciudad estaba en un declive de casos luego de la trágica primera ola de contagios, pero en todas las muestras se encontraron trazas del covid, hasta una máxima de 195,2 copias del virus por mililitro en La Pradera, al sur de la ciudad.
En el laboratorio estadounidense Biobot, empresa pionera en este tipo de monitoreo y parte del programa piloto para América Latina, señalan que en niveles cercanos a 500 partículas virales por mililitro de agua residual anticipan un alto repunte de contagios.
El área sur de la ciudad de Boston (EE.UU.) -por ejemplo- alcanzó en enero pasado un récord de carga viral, más alto que en su primera ola de infección. En ese entonces registró 1 000 copias de ARN del virus por mililitro y en enero subió a casi 1 500 (copias/ml).
“Las experiencias en Europa y Estados Unidos apuntan a que los resultados dan una señal de alerta temprana. Los picos de información genética del virus en aguas residuales se ven antes de que aumenten los casos confirmados por pruebas de hisopado”, dice Brault.
El monitoreo ofrece claros indicios predictivos de brotes de contagio, antes de que los hospitales se vean abrumados. Explica que los infectados empiezan a depositar el virus en el alcantarillado sanitario hasta cinco días antes de que desarrollen síntomas.
Los picos de concentración en las aguas servidas se adelantan entre 3 y 7 días. “En países con poca capacidad de realizar test (PCR) se pueden anticipar los brotes hasta 10 días y la imagen incluye también a los asintomáticos”, agrega Brault.
Se trata de un “termómetro” complementario que se agrega al de las pruebas de hisopado, comportamiento de muertes y capacidad hospitalaria.
La información se refleja en mapas por sectores y “se podrían tomar medidas sectoriales inmediatas de control”, adelantan en la empresa de alcantarillado local.
Emapag informó a EL COMERCIO, a través de un correo, que el alcance del monitoreo que se realizará durante un año incluye 520 muestreos. Estos se harán en puntos ubicados en todos los sectores de influencia del sistema de alcantarillado de Guayaquil.
En principio los puntos de monitoreo con constantes tomas de muestras corresponden a Estaciones de Bombeo y Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales.
El contrato para la ejecución del proyecto es de USD 140 000, financiado a través de crédito del Banco Mundial.
Las muestras las recoge personal de Interagua, concesionaria de agua y alcantarillado local. En el Centro del Agua y Desarrollo Sustentable de la Espol se realiza un proceso de separación de muestras y se someten a pruebas en un termociclador del Laboratorio para Investigaciones Biomédicas, indicó Mariuxi Miravá, biocientífica de la Espol.
“El equipo detecta en tiempo real la presencia o ausencia del virus, el control positivo refleja en dos curvas los genes del SARS-CoV-2 detectados en el agua residual. La intensidad del virus en la muestra se refleja en el desplazamiento de las curvas”, explica.
El objetivo del plan piloto del año pasado fue “desarrollar la capacidad de los actores locales”. El laboratorio de la Espol evaluó muestras similares a las enviadas a Biobot para garantizar un control de calidad y coincidencia de resultados.
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