Manifestantes frente a la residencia de Netanyahu: “Hace mucho que no piensa en los rehenes, sino en salvarse a sí mismo”

“Estoy asustada, muy asustada, porque a nuestros rehenes no les queda mucho tiempo”, repite Hedva, a pocos metros de la residencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Jerusalén, donde como cada viernes, varias decenas de personas se congregaron para rezar, antes del inicio del sabbat, el día de descanso para los judíos, y pedir el retorno de los cautivos en la Franja. Esta semana, la decepción y la tristeza de los presentes era palpable, horas después de que la oficina de Netanyahu anunciara la toma de Ciudad de Gaza y su plan para controlar la totalidad del territorio palestino.
“Hay que parar esta guerra, no agravarla”, pide, angustiada, esta mujer de unos 70 años. “Por los rehenes, sangre de nuestra sangre, pero también por los inocentes que mueren en Gaza. Lo que estamos haciendo no está bien, el judaísmo prohíbe este tipo de acciones”, insiste.
Desde hace meses, familiares de los rehenes y una organización que les apoya están presentes a las puertas de la residencia del primer ministro israelí para que el destino de los cautivos en Gaza siga siendo una prioridad a la hora de tomar las decisiones militares en la Franja.
Este viernes, las personas que componen el heterogéneo grupo lucen una pegatina en el pecho con el número 672, días que los rehenes llevan en manos del movimiento islamista Hamás y camisetas con la ya célebre consigna “Bring them home now” (Tráiganlos a casa ahora), mientras muestran imágenes de las personas retenidas. Pero la ceremonia apenas suscita curiosidad a su alrededor, como si los ciudadanos ya se hubieran acostumbrado a su presencia, casi permanente, debajo de unos toldos, y a las fotos de cada uno de los rehenes.
“Solo escuchar esta música religiosa en un día como hoy y rezar en grupo hace que se me salten las lágrimas. Solo pienso en nuestros hermanos cautivos en Gaza, a los que no conozco, pero que son ya casi como si fueran de nuestra familia”, agrega esta mujer.
Se calcula que el movimiento islamista Hamás aún tiene en su poder a aproximadamente medio centenar de rehenes, de los que podrían estar vivos alrededor de 20. El 7 de octubre de 2023, las milicias palestinas capturaron a unas 250 personas, de las cuales alrededor de 140 fueron liberadas vivas en acuerdos de intercambio de prisioneros entre Israel y Hamás.
Ola de emoción
Esta semana, un video mostrando a dos de ellos famélicos y muy debilitados en un túnel suscitó una ola de emoción en Israel. “Es verdad que también hay niños palestinos muriendo de hambre, pero inevitablemente, nos duele más el sufrimiento de los nuestros”, admite Itamar, otro de los presentes, mientras sujeta la foto de uno de los israelíes retenidos en Gaza. Este hombre de 54 años, profesor universitario en Jerusalén, considera que la decisión del gabinete del Gobierno “es un desastre que traerá consigo muchos más desastres”. “Hace mucho que Netanyahu no piensa en salvar a los rehenes, sino en salvarse a sí mismo”, insiste, refiriéndose a los casos por corrupción a los que se enfrenta el líder político.
La ceremonia cuenta con la presencia de la rabina Dalia Marx, que tampoco escatima críticas hacia el primer ministro y su Gobierno. “Aunque en realidad me faltan las palabras. No las encuentro en hebreo ni en inglés para definir esta aberración”, insiste.
Según Marx, la decisión de Netanyahu de ocupar Ciudad de Gaza, que conllevaría el desplazamiento masivo de las más de 900.000 personas que siguen viviendo en la zona, y de controlar el 100% del territorio, tiene esencialmente “motivaciones políticas” internas israelíes.
“Y mientras tanto, no sabemos qué pasará con los soldados que van a Gaza, con los rehenes, con la gente de Gaza que sufre. ¿Cuál es realmente el plan de Netanyahu? ¿Cómo ve el día después del fin de la guerra en Gaza? ¿O solo vislumbra más guerra?“, se pregunta la líder religiosa.
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