Zelenski: “Trump vive en una burbuja de desinformación”
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Donald Trump hizo volar este martes por los aires el relato de la historia reciente de la invasión rusa de Ucrania. Casi 1.100 días después de que el Kremlin diera luz verde a una ofensiva total de su ejército sobre territorio ucranio, el mandatario republicano dio un puntapié a Kiev al manifestar que fue el Gobierno de Volodímir Zelenski el que inició las hostilidades. Unas horas después y tras llegar de su gira por Europa, el mandatario ucranio ha reaccionado al dardo lanzado por el mandatario republicano: “Desafortunadamente, el presidente Trump, con todos mis respetos para él como líder de una nación que respetamos enormemente, vive en una burbuja de desinformación”, ha manifestado este miércoles Zelenski en una comparecencia en la que ha insistido en que Moscú, la “parte culpable”, tiene la responsabilidad de la guerra. No es un “conflicto”, ha aclarado el mandatario, sino la invasión de un territorio. Y eso no se puede “lavar como el dinero”.
Las palabras de Zelenski llegan poco después de que el enviado estadounidense para Europa y Ucrania, Keith Kellogg, llegara en tren a la estación central de la capital ucrania con el objetivo de avanzar en una posible negociación de paz. Tras bajar a primera hora de la mañana del vagón, Kellogg mostró la cara menos dura de la actual diplomacia norteamericana. “Entiendo la necesidad [de Ucrania de tener] garantías de seguridad”, manifestó el militar retirado en referencia a una de las exigencias de Kiev para evitar una nueva invasión rusa en un futuro cercano. “Entendemos la importancia de la soberanía de esta nación”.
“No puedo vender nuestro Estado”
Sobre estas garantías de seguridad, una suerte de plan b ante la difícil adhesión de Ucrania a la OTAN en el corto plazo, también se ha referido Zelenski durante su intervención. El presidente ucranio ha vinculado estas garantías a un posible acuerdo con Estados Unidos sobre los minerales en suelo ucranio, uno de los temas más espinosos estos días en la calle ucrania. “No hay nada claro; hablemos de porcentajes”, ha afirmado Zelenski. “Pero yo estoy protegiendo a Ucrania. No puedo venderla; no puedo vender nuestro Estado”. El mandatario ucranio ha negado, en cualquier caso, que su país vaya a devolver “en minerales” la ayuda prestada por Washington durante estos años de guerra.
Si el trabajo de Kellogg ya era de por sí difícil, tras la reunión bilateral de las delegaciones de EE UU y Rusia este martes en Arabia Saudí, más lo es ahora tras achacar Trump a Ucrania el inicio de la guerra en una comparecencia ante la prensa. “Has estado allí durante tres años”, dijo el magnate sobre las críticas lanzadas por Zelenski ante la ausencia en la capital saudí de representación ucrania, “nunca debiste haberlo comenzado”.
El viaje del enviado norteamericano a Ucrania forma parte de una gira que le ha llevado por Bélgica, Alemania y Polonia, estaciones previas a su llegada a Kiev. Kellogg cuenta con una invitación de parte de Zelenski para visitar durante su estancia el frente de guerra y ver de cerca la actual situación, aunque se desconoce por ahora que haya aceptado. En su declaración a los medios, el líder ucranio ha manifestado que el militar retirado visitará la capital y otras ciudades de Ucrania para ver el nivel de destrucción. “Que hable con la gente”, ha dicho Zelenski. “¿Confían en su propio presidente o en Putin? Que pregunte sobre Trump, qué piensa la gente sobre Trump después de sus declaraciones”.
Afinidades salpicadas por Moscú
Kellogg, veterano de guerra norteamericano, con una larga experiencia a sus 80 años tanto en la trinchera —de Vietnam a Panamá e Irak— como en el departamento de Seguridad Nacional de la mano de gobiernos republicanos, es conocido como un hombre pragmático y directo, enemigo de la burocracia y, por tanto, un perfil ideal para las formas de hacer de Trump. Pero hasta estas afinidades pueden ser salpicadas por Moscú.
Pese a ser, a priori, el enviado de EE UU para los dos países (Ucrania y Rusia), las presiones del Kremlin —donde le ven como un enviado demasiado duro en sus palabras sobre la guerra— han hecho que Washington limite su misión y elija a otro para dialogar con el equipo del presidente ruso, Vladímir Putin. Ese otro podría ser el empresario Steve Witkoff, amigo de Trump y hombre clave en la actual estrategia diplomática estadounidense.
Bombardeos a diario
La misión de Kellogg en Kiev se produce en uno de los peores momentos de las relaciones entre los gobiernos de Ucrania y EE UU. También en medio de un clima de una fuerte desazón en la sociedad ucrania ante el acercamiento de Washington a Moscú y la sensación de que ellos, los ciudadanos del país, que sufren a diario los bombardeos de la aviación y artillería rusas —el ataque con drones en la madrugada del miércoles sobre Odesa volvió a provocar cortes de agua y luz en la ciudad portuaria—.
El enfado es, además, notable en el Gabinete de Zelenski. Según ha revelado la agencia de noticias Bloomberg, el príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, sí era partidario de que Kiev tuviera representación en la cita de Riad. La negativa de EE UU y Rusia evitó que la reunión fuera a tres bandas, motivo por el que el presidente ucranio canceló a última hora un viaje a Arabia Saudí previsto para este martes.
Todavía en el andén de la estación central de Kiev, Kellogg ha mostrado su alegría por regresar a Ucrania a solo cinco días del tercer aniversario de la invasión a gran escala rusa y ha manifestado que su objetivo es escuchar y transmitir el mensaje a su presidente. El ahora diplomático no es nuevo en estas lides. Ya en el verano del pasado año, trazó un plan de paz junto a Frederick H. Fleitz, veterano funcionario en la Administración estadounidense, en el que proponía aliviar las sanciones contra Rusia a cambio de un acuerdo de alto el fuego, congelar la línea del frente e introducir una zona desmilitarizada en Ucrania. En el marco de este plan, Washington mantendría su ayuda a Ucrania en línea con lo hecho hasta ahora.
Cifras sin respaldo
Los primeros contactos entre los equipos de Trump y Putin han marcado, no obstante, una hoja de ruta en la que primero se recuperan los lazos diplomáticos entre los dos países para luego hablar de un posible cese de hostilidades en el frente ucranio y, posteriormente, de un acuerdo de paz.
En una de sus múltiples alocuciones este martes, Trump sugirió que el Gobierno de Zelenski debería celebrar elecciones, dado que su ratio de popularidad, según el mandatario republicano, está en torno al 4%. No aportó fuente alguna que constate esa cifra. Según una encuesta elaborada este mes por el Kyiv International Institute of Sociology (KIIS), el presidente ucranio cuenta con la confianza del 57% de sus ciudadanos. Sobre esto, en la comparecencia de este miércoles, Zelenski ha señalado: “Si alguien quiere reemplazarme ahora mismo, eso no va a funcionar”.
Sin elecciones por la ley marcial
Aunque el mandato de Zelenski concluyó en efecto en mayo de 2024, la ley marcial aprobada tras el inicio de la ofensiva rusa hace tres años impide la celebración de elecciones. Unos meses después de la victoria electoral del antiguo actor de comedia ucranio, en julio de 2019, Trump y Zelenski mantuvieron una llamada telefónica en la que el entonces candidato a la Casa Blanca le instaba a iniciar una investigación sobre los negocios de Hunter Biden, hijo del expresidente norteamericano Joe Biden, en Ucrania. Aquella conversación fue escuchada desde la Casa Blanca por el propio Kellogg, entonces asesor en Seguridad Nacional.
En una de las primeras reacciones desde el equipo de Zelenski ante las últimas palabras de Trump responsabilizando a Kiev del inicio de la invasión, su jefe de gabinete, Andrii Yermak, en la red X, utilizó este miércoles las palabras de Viktor Frankl, superviviente austriaco de un campo de concentración nazi: “Los primeros en quebrarse fueron aquellos que creían que todo terminaría pronto. Luego estaban los que no creían que esto terminaría jamás. Quienes se concentraron en sus propios asuntos, sin esperar a que pasara algo más, sobrevivieron”.
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