Barnier dimite y deja en manos de Macron la gestión de la crisis
El primer ministro de Francia, Michel Barnier, ha acudido esta mañana al Elíseo para presentar su dimisión al presidente de la República, Emmanuel Macron. Pasadas las tres de la tarde, la jefatura del Estado ha emitido un comunicado donde señalaba que se había tomado nota de la renuncia, pero que seguirá al frente de los asuntos corrientes hasta que se nombre a un nuevo Gobierno. Termina así un mandato de apenas tres meses —el más fugaz de la V República— marcado por la moción de censura doble de la ultraderecha y de la izquierda contra su Ejecutivo. A partir de ahora, el jefe del Estado volverá al centro del tablero político y deberá encontrar una solución rápida para evitar que Francia se adentre en la inestabilidad política y económica.
La caída de Barnier, entre otras consecuencias, deja al país sin una ley de presupuestos en el momento en el que más lo necesitaba. Francia necesitaba generar un ahorro de 60.000 millones de euros para evitar que el déficit se siguiera disparando y frenar, al mismo tiempo, su colosal deuda pública. Si Macron no actúa rápidamente, deberá comenzar a aplicarse una prórroga de las cuentas de 2024.
La salida de la crisis es complicada porque los equilibrios en la Asamblea Nacional son los mismos que había en el momento de la censura de Barnier. Macron no parece abierto a la posibilidad de nombrar a un primer ministro salido de una propuesta de la izquierda y continúa pensando en alguien que no sea censurado por el Reagrupamiento Nacional de Marine Le Pen. Es decir, vuelve exactamente al mismo lugar que hace tres meses. El presidente maneja dos nombres que podrían contar con el visto bueno implícito de Le Pen: el del actual ministro de Defensa y colaborador muy cercano, Sébastien Lecornu, y el del veterano centrista François Bayrou.
El presidente de la República, de hecho, invitó a almorzar a Bayrou, (presidente del partido MoDem, Movimiento Demócrata), quien fue brevemente Ministro de Justicia en mayo de 2017 antes de dejar el Gobierno debido a un caso judicial, según Le Parisien. Bayrou ha dejado claro en varias ocasiones, desde entonces, que no rechazaría una eventual nominación como primer ministro.
El Nuevo Frente Popular, el artefacto electoral bajo el que se encuentra la mayoría de partidos de izquierda y que ganó las elecciones legislativas del pasado julio, ya ha advertido que no apoyará a ningún candidato que no salga de su universo.
La presidenta de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, que será recibida por Macron, compañero de partido, a las 12.15, pidió este jueves a Macron en la emisora France Inter que nombre “rápidamente” a un primer ministro para evitar que se instale un “periodo de incertidumbre”. Antes que nada, el presidente de la República debe “tranquilizar a los franceses” esta misma noche, cuando se dirija al país, ha dicho Braun-Pivet. “Las instituciones son sólidas, se mantienen firmes. El presidente debe decir eso primero”, ha proseguido.
La presidenta de la Asamblea ha calificado la censura al Gobierno como un “fracaso colectivo”. “No logramos construir lo suficiente juntos, [pero] esta Asamblea tiene que funcionar, no tenemos otra opción,” ya que una disolución no es posible antes de julio de 2025. Por ello, Braun-Pivet ha pedido “encontrar los medios para aportar estabilidad y dotar al país de un presupuesto”. Para la presidenta de la Asamblea, es importante incluir en sus consultas a “todos los líderes de los partidos,” incluidos los del Reagrupamiento Nacional. Pero advierte: “Escuchar lo que los franceses nos han dicho al votar por al RN no significa negociar con ellos”.
Comments (0)