Migración tuvo un repunte en primeros meses del 2021
El punto de quiebre fue la pandemia. Llegó el 2021, no había trabajo y el dinero no alcanzaba para cubrir necesidades básicas. En enero pasado, los primos Antonio y Marcelo González decidieron abandonar Ecuador para alcanzar ‘el sueño americano’. Viajaron en avión desde Guayaquil a Ciudad de México y luego, vía terrestre y a pie, ingresaron el 7 de febrero a Estados Unidos, de modo irregular.
No son los únicos. De su barrio Santa Marianita, en Azogues, provincia del Cañar, al menos 15 de sus vecinos jóvenes -de 19 a 35 años- han viajado a la primera potencia del mundo en lo que va de este año. Todos lo hicieron de la mano de coyoteros, cancelando entre USD 15 000 y 18 000. La puerta de entrada en todos estos casos fue México.
Aunque estas historias no son nuevas, se evidencia un comportamiento inusual en el flujo de viajeros durante los cinco primeros meses de este año. Las cifras revelan un repunte en la emigración. Según el Ministerio de Gobierno,
56 390 ecuatorianos que salieron entre enero y mayo no regresaron. Es la cifra más alta desde el 2017.
El 85% de ellos se habría quedado en México y Estados Unidos. Desde la primera nación no regresaron 30 117; desde la segunda, 18 313.
En el Gobierno reconocen que los problemas económicos y sociales generados por la pandemia estimularon la salida de ecuatorianos, principalmente desde el Austro.
El viceministro de Gobierno, Homero Castanier, aseguró que un gran reto para la administración de Guillermo Lasso es generar políticas que frenen el éxodo. “El único mecanismo es la reactivación económica. La gente se va porque no tiene trabajo, el desempleo subió un punto, y 7 de cada 10 no tienen un empleo formal”.
Sin embargo, los ofrecimientos suenan lejanos para los migrantes. Los primos Antonio y Marcelo, con cuatro meses residiendo en el estado de Minnesota, han cancelado la totalidad de su deuda. “En Ecuador eso es imposible, yo me cansé de ganar un salario básico con mi título de ingeniero en Sistemas”, contó Antonio.
En Azuay hay varios temas que confirman el incremento de la migración: la alta demanda de pasaportes en el Registro Civil, las muertes y desapariciones en las fronteras durante las travesías y los testimonios de los vecinos de los pueblos.
El pasado 4 de junio, tras 15 horas de permanecer en los exteriores del Registro Civil de Cuenca, Cristian logró obtener su pasaporte. La próxima semana viajará a México y de allí cruzará la frontera hacia Estados Unidos.
Él es parte de las 8 133 personas que obtuvieron el pasaporte entre el 1 y el 24 de junio. Antes de la pandemia entregaban unos 3 000 documentos por mes. La oficina de San Blas colapsó con gente durmiendo hasta tres días en los exteriores para conseguir el documento.
Según Diego Cabezas, exdirector del Registro Civil de Azuay, el 97% de las personas que solicitan el pasaporte en Cuenca lo hace para ir a México. “Se percibe que es para migrar, aunque digan que van de turismo, a visitar a la Virgen”.
Los viajes a territorio mexicano se facilitaron desde el 2018, cuando entró en vigor la supresión de la visa a ese país.
Cristian, de 22 años, es oriundo de la parroquia de Molleturo. Ha hecho de albañil, agricultor y soldador, pero con la pandemia escaseó el trabajo y tiene deudas con entidades financieras. “El coyote nos cobra USD 15 000, dice que el viaje es seguro porque ha llevado más de 50 conocidos en la pandemia”, cuenta su madre.
En casi todos los poblados de Azuay y Cañar se habla de familiares, amigos y conocidos que migraron durante la pandemia. Salen en grupos de hasta 10 personas y se van porque están desempleados, comenta Patricia Chauca, dirigente en el cantón cañarense de Déleg.
El canciller Mauricio Montalvo afirmó que se actúa de manera inmediata ante cualquier indicio sobre posibles víctimas de tráfico de migrantes y se transmite la información al Ministerio de Gobierno, ente rector en esta materia.
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