‘Nadie puede protegerte de un robo con arma’: ‘influencer’ Kevin Rubio habla sobre el incidente en el que perdió su celular y le rompieron la cabeza

‘Nadie puede protegerte de un robo con arma’: ‘influencer’ Kevin Rubio habla sobre el incidente en el que perdió su celular y le rompieron la cabeza

Kevin Bergmeijer o Kevin Rubio conserva la esperanza de que le devuelvan su teléfono. Por eso, ha vuelto al sector donde se lo robaron el domingo 5 de enero por la tarde, cuando paseaba por Guayaquil con su amiga, la influencer ucraniana Yanina Kardanova y el novio de esta.

Como relataron en un corto para redes sociales, fueron apuntados y golpeados con un arma y acudieron al área de emergencias de un hospital para curar las heridas en la cabeza que sufrió él.

Aclara que el suceso no fue en la Bahía, sino en un restaurante, en pleno día. Kardanova había venido a la ciudad con la intención de hacer contenido de turismo porque, dice Kevin, “ella también ama mucho Ecuador”.

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“Lo último que íbamos a grabar fue en un restaurante de salchipapas. Yo estaba también con mi socio, mi colega, que trabaja conmigo en todo, con el que hice mi canción”.

“Yanina vive en Quito y vino a visitarme; estuvimos haciendo videos de turismo, para enseñar la cultura; también videos de humor. Era un día muy bonito, y justo al final, cuando fuimos a comer, de la nada han venido dos personas con armas, han pegado en la mesa y fue muy raro, parecía como de película, porque estaban riéndose, parece que eran nervios”, cuenta Kevin. “Nosotros pensamos que eran unos fanes que querían hacernos una broma, pero al final le pusieron un arma en la espalda de mi amiga y le sacaron el celular”.

Después fueron a quitarle el dispositivo a él. “Pero yo no entendía lo que estaba pasando, porque los vi riendo; no quise soltar mi celular y me dijeron: ‘Esto es en serio’, y uno agarró su arma y después estaba yo sangrando mucho, y la gente estaba gritando, ¡en pleno día!”, reitera. “En la tarde, había muchos padres con hijos, mucho tráfico, carros pasando”.

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Confiesa que normalmente se siente muy protegido por la gente. “Me cuidan, siempre tienen buenas intenciones conmigo. Me tienen mucho cariño, puedo ir a la Bahía”. Pero esta vez fue distinto: solo percibió miedo.

“Yo tenía unas servilletas, pero no servían para nada”, recuerda de su viaje al hospital. “Estaba más preocupado por mi amiga, porque ella estaba gritando y llorando y yo estaba apenado por ella”.

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Explica que después de la atención hospitalaria volvió al sitio para tratar de recuperar su teléfono y el de su socio y su amiga, y aún no se rinde. “Básicamente son nuestras herramientas de trabajo, unos 6.000 dólares ahí perdidos, y con material (contenido)”. Explica que su economía no está en el mejor momento. “Yo trabajo en publicidad, y en los últimos meses casi no había trabajo por los cortes de luz o me querían pagar seis veces menos que normal, y esto es la bomba, porque tengo que seguir haciendo mi trabajo con un móvil en casa que casi no funciona”.

Le asombra haber vivido esta experiencia en el día y rodeado de gente. Pero admite que ha aprendido que no se puede simplemente pasear por la calle, ni siquiera siendo famoso. “Hasta que las cosas no mejoren, no se puede ir a sitios así sin seguridad. Lamentablemente, no puedo ir a comer una salchipapa en la calle”, dice, lamentando la sensación de seguridad que siempre había sentido entre los guayaquileños. “Nadie te puede proteger contra el robo, porque con arma es a otro nivel”.

Kevin acaba de lanzar una canción que es un homenaje a la belleza de Ecuador y explica por qué sigue aquí (para quienes en redes sociales se preguntan la razón de que haya decidido permanecer en el país). Se llama El sueño ecuatoriano, y él asegura que esta experiencia no ensombrece la música. “La canción es más necesaria ahora que antes, porque creo que estas cosas tienen que frenarse, tenemos que estar más unidos y darnos más ayuda, porque hay mucha gente que está viviendo con miedo o cree que Ecuador es horrible, pero hay que recordar que también es un paraíso, un país más fantástico con buena gente. Entiendo que la situación está muy peligrosa, pero es el momento para confrontar esto. Con mi canción quiero dar esperanza, porque hemos pasado por tiempos muy difíciles y aún estamos aquí. Tengo la ilusión de que las cosas sigan mejorando. Entiendo que es un cambio que estamos viviendo como país y no podemos dejarnos ganar”.

El videoclip de El sueño ecuatoriano requirió cinco días para la realización. Los famosos que participaron no han cobrado, comenta Kevin. “Todos lo han hecho con amor, y estoy agradecido por eso”.

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Ahora se declara agradecido por la vida. “En vez de un golpe podría haber sido mi último día. Por suerte no me desmayé, no tengo daño en el cerebro, porque sí fue un gran golpe. Y siento pena de no poder ir a comer a esos sitios. Me gusta mucho estar entre el pueblo, pero es la realidad del momento”. (I)