Poco control en la frontera norte incrementó el microtráfico
La droga estaba oculta en medio de las rocas de una cantera de Durán, en Guayas. Eran seis fundas plásticas que en su interior contenían cientos de pequeños sobres de papel con marihuana y cocaína.
La persona que los distribuía era un joven de 22 años. Él era el encargado de vender y resguardar la mercadería. Para cumplir con estas tareas tenía ocultos dos revólveres calibre 38 y una pistola de 22 milímetros en distintos puntos de la montaña. La Policía dice que los distribuidores de droga que están armados son los que están invadiendo el territorio de otro microtraficante. De allí que en este cantón cercano a Guayaquil, en el último año, los agentes han detectado que las mafias han expandido la venta al menudeo en 14 barrios.
Por eso, la lucha para desmantelar a las bandas es intensa. Cada semana, un grupo de agentes en motocicletas sale sorpresivamente a los barrios. Ellos recorren parques, quebradas, puentes, cerros y esteros, para interceptar a los vendedores o también conocidos como ‘brujos’.
Uno de los últimos impactos más fuertes ocurrió el pasado 18 de agosto. La Policía desarticuló una banda de cuatro personas. Todas vendían dosis de cocaína y heroína en el barrio Divino Niño. Los agentes indicaron que cada uno tenía al menos 25 sobres en sus manos.
Informes oficiales indican que detrás de la venta de esta droga están seis organizaciones narcodelictivas. Entre las más grandes: Los Choneros, Latin King, Chone Killer y Los Lagartos. Estas mafias han expandido sus tentáculos en todas las provincias del perfil costanero y parte de la Sierra y Amazonía. La Unidad de Antinarcóticos de la Policía reveló que en el último año el microtráfico creció exponencialmente en el país al punto de estar cerca de duplicarse.
Las estadísticas de la Policía señalan que de enero a septiembre del 2020 en todo el territorio nacional fueron incautadas 7,6 toneladas de droga para tráfico interno. En el mismo lapso de este año, los agentes
ya contabilizan 13 toneladas.
De allí que la ministra de Gobierno, Alexandra Vela, informó el lunes que frente al incremento del microtráfico en el país, en los próximos días el Gobierno enviará una propuesta a la Asamblea para que se elimine la tabla de drogas.
“Cuando hay un fenómeno de narcotráfico y eres durante tanto tiempo un país de tránsito, la droga empieza a quedarse en la sociedad ecuatoriana y, como consecuencia de eso, se incrementan el consumo y el microtráfico”, dijo Vela.
Pero, ¿por qué se incrementó la venta de droga en las calles?
Antinarcóticos ha indagado estos hechos y dicen que parte del incremento se debe a la pandemia, pues al cerrarse las fuentes de trabajo, la gente se asoció con las mafias para vender estupefacientes. Los datos de la Policía lo confirman. Este año fueron detenidas 8 619 personas, mientras que en el 2020 hubo 6 946.
Para los agentes de Antinarcóticos, otro de los problemas que incrementa el microtráfico es la permeabilidad de la frontera norte. Los uniformados señalan que las mafias tienen mucha facilidad para pasar los cargamentos de Colombia a Ecuador.
“No estamos siendo efectivos. No tenemos la capacidad operativa para interceptar el ingreso de droga”, señaló un alto oficial. Por eso, para organismos civiles, como el Comité por la Defensa de los Derechos Humanos de Guayaquil, la eliminación de la tabla de drogas no es una solución al problema del microtráfico. Este ente señala que el Estado debe fortalecer los programas de prevención y tratamiento para personas con problemas de consumo. Especialmente en niños y adolescentes.
La última encuesta nacional de consumo de drogas del país data del 2015. No hay más estudios”, dice el Comité.
La Policía también confirma esa realidad. De hecho, Antinarcóticos recomienda que se cree un Observatorio Nacional que analice la situación actual del microtráfico.
Ellos han detectado que las mafias que controlan este negocio ilegal cada vez incluyen en sus filas a niños desde los 10 años. “Los convierten en adictos y luego los utilizan para otros delitos más graves, como el sicariato”, dice un oficial que trabaja en Guayaquil.
Para aplacar el impacto de la venta de droga en los barrios, la Policía lanzó la campaña Yo vivo mi barrio sin drogas. La idea es que los policías comunitarios ofrezcan charlas a la gente y recuperan espacios públicos para evitar que se conviertan en sitios de venta.
En Guayaquil, desde mañana policías y militares realizarán operativos para reducir la inseguridad. Otros entes, como la Comisión de Tránsito, también realizarán controles.
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