Rescalvo y Paiva, el lado desconocido de los DT
A Renato Paiva, entrenador del Independiente del Valle, le gusta preparar pescado en su residencia en el exclusivo sector de Cumbayá. Se divierte y disfruta en la cocina.
A Paiva le encanta la comida de mar. Nació en Setúbal, una ciudad portuguesa que está a orillas del mar y donde se preparan suculentos pescados al horno y a la parrilla.
“El pescado es lo único que extraño de mi ciudad, porque allá lo preparan de otra forma, aunque en Ecuador hay de varios tipos y también es bueno. Pero allá es diferente la preparación”, le confiesa a este Diario.
El entrenador de 51 años, y que clasificó a los rayados a su primera final del Campeonato Ecuatoriano con disciplina y preparación táctica, prepara en ocasiones el alimento para los integrantes de su cuerpo técnico. Es una forma de relajarse ante las exigencias de la preparación al equipo.
Cuando fue contratado por Independiente, se trajo a sus colaboradores de confianza. Vino con el asistente técnico Luis Malanho, el preparador físico Ricardo Dionisio, al analista de video David Pereira y el preparador de goleros Ricardo Pinto. Este último se marchó a mitad del año por una oferta en Europa y llegó Rui Tavares en su reemplazo.
Ellos son las personas que complementan su trabajo y a quienes considera fundamentales en la campaña de los rayados, que pelean por el título ante Emelec. Son, además, con quienes comparte sus momentos libres. Paiva es soltero y no tiene compañía de familiares en Ecuador.
Su hija Ana Francisca, periodista de medios impresos de 24 años, es a quien más extraña. No ha llegado al país por su trabajo. Pero ambos esperan encontrarse a finales de año en el país para viajar a las islas Galápagos. Se comunican a través de videollamadas, pero el entrenador admite que siente nostalgia. “Una videollamada no reemplaza un abrazo”, expresa el entrenador que cumple su primera experiencia como entrenador principal fuera de su país.
Antes dirigió a las juveniles del Benfica y llegó a ser técnico interino del plantel principal de ese club.
A Paiva también le gusta conducir. Sin embargo, esa tarea se la deja a Dionisio, quien conduce desde Cumbayá hasta el Centro de Alto Rendimiento del valle. El viaje dura unos 40 minutos. Mientras se desplazan, los portugueses ajustan las actividades planificadas para el entrenamiento.
Ismael Rescalvo, rival de Paiva en la final, también es europeo. Nació en Valencia, España, el 2 de marzo de 1982 (tiene 39 años). Ese mismo día, nació su hermano gemelo Juan. Es algo que ha marcado su vida.
Su hermano es su mano derecha y su soporte en las derrotas futboleras. Pero el técnico de Emelec también tiene un apoyo fundamental, su esposa colombiana Alejandra Rodríguez, de 25 años. La conoció hace cuatro años cuando el español dirigía al Envigado de Colombia. Ella trabajaba como auxiliar contable en la Liga antioqueña de fútbol.
Rodríguez comparte la afición por el fútbol de Rescalvo, un vínculo que unió más a la pareja. En junio de este año, por el receso del Campeonato por la Copa América, aprovecharon y se casaron en Colombia.
A la boda asistió Nasib Neme, presidente de Emelec, y quien confió en el entrenador tras contratarlo hace dos temporadas. Lo fichó desde Independiente, algo que generó polémica.
Rescalvo se apoya en su pareja para vestirse y realizar sus actividades. Ya en la cancha, tiene el soporte de su hermano, el otro asistente Igor Oca, el preparador físico José Barrientos y el preparador de arqueros Agustín Segura. Su hermano Juan es el que se acerca más a los jugadores, mientras que Ismael es el estratega.
Con ellos, confía levantar el título ecuatoriano, por primera vez, lo que sería un hecho inédito. Nunca antes un español ganó la Serie A de Ecuador.
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