Turismo familiar y de aventura en tres cantones de Tungurahua
Las comunidades y parroquias de los cantones de Ambato, Pelileo y Píllaro cuentan con una infinidad de rutas turísticas y gastronómicas, para estas vacaciones escolares.
Trekking, cabalgatas, paisajes coloridos, lagunas, aguas termales, camping y comidas típicas están dentro de los atractivos para la recreación familiar, en Tungurahua. Todas estas actividades se realizan bajo las medidas de bioseguridad, para evitar posibles contagios de covid-19.
La aventura y diversión se inicia a 20 kilómetros de Ambato. Siguiendo la vía a Guaranda se arriba a la comunidad de Pucará Grande, de la parroquia de Pilahuín, sitio donde se promociona la ruta de las ‘Siete Cochas’.
Antes de ingresar a la zona se realiza un ritual donde se pide autorización a la Pachamama (Madre Tierra, en español), para entrar a la montaña. El rito está a cargo de Ángel Curillo, líder del proyecto comunitario.
Desde este lugar comienza la travesía y la aventura en los 8 kilómetros de montaña arriba. Un paisaje de color marrón aparece con los rayos del sol. Es el primer atractivo natural con el que se encuentran los viajeros que deciden conocer esta ruta. En el trayecto está la laguna ‘Separada’, que cuenta con un mirador natural desde donde se disfruta de la majestuosidad de los volcanes Carihuairazo y Chimborazo, y la gran laguna alimentada por los deshielos de los glaciares.
Curillo cuenta que recorrer caminando las ‘Siete Cochas’ demora cinco horas y, a caballo, son tres. Si hay suerte en el trayecto es posible avistar las aves, como el curiquingue; y animales, como los lobos y conejos. En este lugar también se ofrece hospedaje en sus cabañas.
Otra de las rutas turísticas está en el cantón Pelileo. Hay que dirigirse hasta la parroquia Cotaló. Desde el pueblo se desciende por una serpenteante y estrecha carretera que conduce al caserío de Chacauco, en las faldas del volcán Tungurahua.
Por el camino asfaltado, con dirección a Bilbao, hay que hacer una parada obligada a un costado del estrecho puente, donde se encuentra el encañonado de Chacauco. Es una garganta de rocas volcánicas fundidas, por donde se abre paso el torrentoso río Chambo.
En esa misma dirección está el complejo turístico ‘Rutas de las caras’, enclavado en medio de la montaña. En sus cascadas sobresale una serie de caras talladas en la piedra, por donde fluye el agua termal a 23 grados centígrados y que más abajo alimenta a las dos piscinas del complejo.
Esa es la principal riqueza natural que protege Manuel Rosero, propietario de lugar. El hombre de 34 años, inició el proyecto hace dos años e involucra a otras familias del sector. “Es un lugar mágico lleno de colorido y en donde se puede sentir la energía de los duendes que hay”.
Por ahí caminó el sábado pasado Marco Endara. Arribó con su familia desde la ciudad de Latacunga. Es un lugar donde se puede disfrutar de la naturaleza y de las aguas termales, comentó.
De retorno se arriba a la parroquia Huambaló, que desde hace cuatro meses promociona la ruta de las compras y de la aventura, a cargo de la Fundación de Desarrollo de Innovaciones y Emprendimientos Sociales, y de un grupo de jóvenes locales, con su proyecto ‘Conoce Huambaló’.
En el centro del poblado, los visitantes tienen la opción de recorren los 100 talleres y 60 locales comerciales donde se exhiben una variedad de juegos de muebles de sala, comedor, dormitorio, cocinas y otros objetos de madera.
La gente puede conocer los talleres que elaboran los muebles, comprar o disfrutar de la aventura en la naturaleza, recorriendo los miradores que tiene este sector productivo. Se puede hacer trekking o subir en carro hasta el mirador donde está la figura del Sacha Runa, elaborado con madera y hierro. Desde este lugar se realiza el avistamientos de las aves y mirar los volcanes Tungurahua, Chimborazo y la ciudad de Baños.
En Píllaro se promociona el sendero para la pesca de la trucha y las visitas al Parque Nacional Llanganates.
Qué llevar
Los turistas deben vestir ropa abrigada y un poncho de agua, usar protector solar y gorra. También, llevar una cámara fotográfica y caña de pescar.
El recorrido por las cochas o por las lagunas del Parque Nacional Llanganates, por un día, cuesta USD 25 y si desea acampar el valor sube a USD 80.
Desde Quito también se puede viajar en bus hasta la terminal terrestre y desde ahí dirigirse hasta Pelileo, Pucará Grande o Píllaro. El pasaje cuesta USD 0,95.
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