‘Vehículos fantasma’ dejan a las víctimas dolor e indignación
Videos, fotografías y testimonios son elementos que sirven para conocer qué pasó. Los afectados por siniestros de tránsito, cuyos responsables huyeron y abandonaron a las víctimas, buscan a diario este tipo de pistas y de esta manera presionar que los procesos judiciales avancen.
Cristina Chango se recupera en su hogar. Ella tiene su pierna enyesada. Su fémur fue partido en tres partes en un incidente ocurrido el pasado 27 de julio. Ella salió de su jornada laboral en una fábrica de Carcelén, ubicada en el norte quiteño. Cerca de las 21:00, y a dos cuadras de llegar a su casa, un vehículo la embistió.
“Sentí un golpe y no recuerdo más”, dice la mujer de 34 años mientras revisa la tarea de uno de sus dos hijos. Ella cuenta que recuperó la conciencia en el hospital Enrique Garcés.
Una enfermera le comentó que ingresó por emergencias. Ahí le realizaron dos cirugías para salvar su pierna.
La mujer puso la denuncia en la Fiscalía. Pero no existen avances. Comenta que las cámaras de seguridad no captaron las placas del “auto fantasma”, que la atropelló cuando ella caminaba en una vereda.
Los agentes a cargo de las investigaciones pidieron grabaciones de las cámaras de seguridad de las casas cercanas al sitio del atropellamiento. Un peritaje a esas filmaciones indicó que el conductor paró cuatro segundos tras haber impactado a Cristina. Luego continuó su camino hacia el sur. A esa hora, una vecina vio lo sucedido en la calle. Ella se comunicó con los servicios de emergencia, para ayudar a la víctima. “El conductor se fue. No le importó que la señora estuviese viva o muerta”.
El mes pasado, en agosto, se produjo otro atropellamiento, en Quito. Un ‘vehículo fantasma’ arrolló a una comerciante, en el sector de la Plaza de Toros, en el norte de la urbe. En un video se observa cuando una camioneta se sube a la vereda y la golpea por la espalda. Un compañero de la víctima se acerca a la puerta del conductor. Esa persona no abre, acelera y continúa su camino.
El caso está en la etapa de indagación previa, indicó María del Carmen de la Torre, presidenta de la Fundación Corazones en el Cielo. Ella visita periódicamente a la mujer afectada.
Conversa para saber cómo se encuentra y cómo avanza su recuperación. Cuando va, le entrega donaciones de gente que se solidariza por la situación. La mujer vive en una casa construida de bloque.
Tiene complicaciones para seguir vendiendo caramelos de forma informal. Ha tenido que gastar en medicamentos tras el siniestro.
La mujer ha mejorado en su salud, pero quiere justicia para encontrar al conductor del ‘carro fantasma’. En los videos se observa que el conductor pierde la dirección del vehículo segundos antes del impacto.
Agentes de Tránsito que han atendido este tipo de emergencias señalan que, por lo general, los causantes de estos siniestros suelen cometer infracciones de tránsito. Por ejemplo, estar alcoholizados, ir a exceso de velocidad, irrespetar las señales o no prestan atención a la vía por estar en uso del celular u otros dispositivos distractores.
No existe una estadística de accidentes provocados por conductores que evitaron quedarse en el camino. Sin embargo, la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) ya registra este año 310 muertos por atropellamientos y arrollamientos (cuando pasa encima de la víctima que está en el piso) y centenas de heridos. Junio fue el mes en el cual se registró el mayor número de incidentes.
Dos fiscales hablaron con EL COMERCIO sobre estos casos. Ellos indican que los responsables suelen acudir a talleres mecánicos para ocultar las marcas que develen un posible golpe y así burlar a las autoridades.
Con las reformas aprobadas en la Ley de Tránsito, vigentes desde agosto último, se sanciona como cómplice al propietario o administrador de un garaje o taller de reparación, en el caso de no alertar a las autoridades por un posible siniestro causado por el conductor de ese vehículo.
En otro caso, una mujer fue arrollada en Carapungo, en el norte de Quito, el mes anterior. El accidente le destrozó su pierna y arrancó parte de la piel de sus muslos, caderas y abdomen. El golpe en la cabeza la dejó en coma. Los familiares piden justicia y se sancione al responsable del accidente. Ellos dicen que han conversado con los vecinos para conocer qué sucedió la madrugada del 8 de agosto, cuando se produjo el lamentable incidente.
Lucy Humanante también fue atropellada cuando tenía 11 años de edad, cerca del estadio de Riobamba, en la provincia de Chimborazo. A sus 26 todavía tiene secuelas de la rotura de la tibia y peroné que sufrió cuando un motociclista la pasó por encima. El hombre siguió su camino después de provocar el incidente.
Actualmente, la estudiante de comunicación digital siente dolores en la pierna durante las noches. Tiene menos musculatura. Espera no someterse a una nueva operación.
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