Las niñas gritan ‘no a la violencia’ en sus escuelas
El 30% de instituciones educativas del país tiene autorización para el uso de sus instalaciones. Esto hace que las acciones de prevención y atención de la violencia en la escuela nuevamente se activen.
Doménica Morillo, de 14 años, cree que las niñas pudieran volver a ser víctimas de burlas por su aspecto físico, tras el retorno a las aulas.
Tiene la esperanza de que esto no pase y considera importante que las niñas puedan confiar en sus profesores y contar sus sufrimientos.
Renata Báez, de 11 años, concuerda con Doménica: “Tenemos derecho a estudiar en paz y pasarla bien en la escuela. Si alguien no nos permite eso porque nos hacen bullying o nos acosan, es violencia”.
En Ecuador hay 2,1 millones de niñas en el sistema educativo. Hoy se conmemora su día internacional, con el propósito de reconocer sus derechos. Entre ellos está vivir una vida libre de violencia y esto se debe garantizar en la escuela.
En la nueva modalidad híbrida, una de las acciones que el Johannes Kepler ejecuta como medida de prevención es el desarrollo personal de las niñas. Se ejecuta el proyecto Soy única e irrepetible, señala la psicóloga, Andrea Albán. Se realizan actividades lúdicas. Las niñas hablan sobre sus gustos y pasatiempos frente a la clase. Esto da más capacidad de gestión emocional, explica Albán,.
La atención es otro eje. En caso de vulneración se aborda a los niños, sin revictimizar con preguntas que influyan en la respuesta de las posibles víctimas y se reporta primero a la autoridad del plantel y luego a los padres o al Distrito Educativo, según la gravedad.
Por ejemplo, Albán explica que si alguien moja a una niña, el conflicto se gestiona con la comunidad educativa. Pero si se trata de violencia física se lleva a otras instancias.
En ambos casos se hace seguimiento, ya sea sobre los acuerdos a los que se llega dentro de la escuela o del proceso legal, si fuera el caso.
La reforma a la Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI) incluye la protección de derechos y la prevención, atención, exigibilidad y reparación de la violencia en el contexto escolar.
En el artículo 63 de la norma consta que quien conozca de un acto de vulneración de derechos debe denunciarlo en el plazo máximo de 48 horas.
Se reconocen como formas de violencia la física, psicoemocional, simbólica, sexual, social, de género. Y está tipificado el acoso escolar.
“Las niñas no debemos callarnos cuando alguien nos pegue o insulte en la escuela”, dice Melanie Núñez. La pequeña, de 8 años de edad, dice que otros niños, al igual que los profesores, deben ser personas en las que se pueda confiar.
El Código de Convivencia es una herramienta con la que el Letort busca generar un ambiente de paz en el interior de la institución. También hacen charlas y talleres en los que enseñan a las niñas cuáles son sus derechos, dice la psicóloga Vanessa Minda. “Nos enfocamos en empoderarlas, que sepan que tienen voz y pueden ser escuchadas”.
Por ejemplo, les enseñan a conocer su cuerpo y a entender que nadie lo puede tocar. “Así generamos factores de protección de la violencia sexual”, dice Minda.
La guía para atender un caso de este u otro tipo de violencia son las rutas y protocolos establecidos por el Ministerio de Educación.
Incluyen los indicadores de diferentes tipos de violencia y de qué manera se pueden identificar en los planteles. El desempeño escolar deficiente, la agresividad y otros son signos.
“Es importante recordar que en niños y niñas menores de 5 años se debe prestar mayor atención a las expresiones lúdicas (juego y dibujo) implícitas en el lenguaje oral”, dice el documento oficial.
Por ello, en la Unidad Educativa Nanegalito, tras el retorno presencial que arrancó el lunes pasado implementaron espacios para que las niñas dibujen, pinten y canten.
A través de eso buscan que manifiesten situaciones de violencia que puedan estar viviendo a diario, señala la rectora, Irma Ojeda.
En cumplimiento de la LOEI, la directora de Rescate Escolar, Sybel Martínez, señala que es de suma importancia la capacitación en temas de violencia, de quienes intervienen en el cuidado y la educación de las niñas. Recuerda, además, que las escuelas deben ser lugares sanos, seguros, libres de violencia y con igualdad de oportunidades para las niñas.
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