Las tropas terrestres israelíes entran en Gaza por el norte y el sur para tomar más territorio

Las tropas terrestres israelíes entran en Gaza por el norte y el sur para tomar más territorio

Israel ha desatado este domingo definitivamente una nueva invasión por tierra de Gaza, con más tropas que han penetrado en el territorio palestino ocupado por el norte y por el sur, en el marco de la operación bautizada como Carros de Gedeón, cuyo comienzo había anunciado en la víspera. Esa operación para tomar nuevas áreas del enclave ha estado precedida, como en los días anteriores, de intensos bombardeos que, desde el martes, han matado a cerca de medio millar de palestinos. Solo en esta madrugada, los ataques israelíes han provocado la muerte al menos a 130 personas, según fuentes sanitarias palestinas. Mientras, miembros de las delegaciones de Israel y Hamás en las negociaciones que transcurren desde el martes en Doha (Qatar) han asegurado a Reuters que no hay avances en las conversaciones para alcanzar un alto el fuego en la Franja.

Un comunicado difundido este domingo por la tarde por el ejército israelí confirma que, “durante el último día“, tropas bajo el Comando Sur, incluyendo tanto a militares en activo como a reservistas, ”iniciaron extensas operaciones terrestres en el norte y sur de la Franja de Gaza como parte de la Operación Carros de Gedeón”.

El texto describe además los cruentos bombardeos de esta semana como “una oleada de ataques preliminares” destinada a contrarrestar los “preparativos del enemigo”, Hamás, y apoyar a la operación terrestre que acaba de empezar. El ejército “continuará actuando” contra las “organizaciones terroristas en Gaza” con el objetivo de defender a los “civiles israelíes”.

Soldados israelíes trabajan en tanques en una zona de reagrupamiento cerca de la frontera con la Franja de Gaza, en el sur de Israel, domingo 18 de mayo de 2025.Foto: Ariel Schalit (AP) | Vídeo: EPV

Fuentes sanitarias de Gaza habían denunciado horas antes las muertes de otros civiles. Solo en los ataques de la madrugada de este domingo han muerto de alrededor de 130 personas —la mayoría, mujeres y niños— en una nueva y sangrienta noche de bombardeos que la Franja. En un único ataque en el campamento de refugiados de Al Mawasi, en la mitad meridional del enclave palestino invadido, han muerto decenas de personas; 34, según la agencia Efe.

Con los tanques israelíes ya avanzando en nuevas zonas de Gaza, Hamás ha afirmado este domingo que solo aceptará un acuerdo de alto el fuego con Israel que incluya el fin de la guerra, según declaró a Efe Basem Naim, miembro del buró político del movimiento islamista: “Estamos negociando el fin de la guerra. Nada más”.

Israel rompió unilateralmente en marzo el último alto el fuego, precisamente, para no tener que negociar su segunda fase, que abría la puerta a ese final de la ofensiva israelí que reclama Hamas y también a la liberación de los rehenes que siguen secuestrados en Gaza. Desde entonces, Netanyahu ha reiterado sucesivamente que los ataques israelíes en la Franja solo concluirán cuando obtenga una “victoria total” sobre el movimiento palestino.

También el primer ministro israelí se ha referido este domingo a las negociaciones de Doha. Ha dicho que el equipo enviado por su país a la capital catarí “está trabajando para agotar todas las posibilidades” de lograr una tregua y la liberación de los 58 rehenes —en su mayoría, cadáveres— en manos de Hamás. Son los últimos de los 251 que ese movimiento islamista y otros grupos palestinos secuestraron el 7 de octubre de 2023, durante los ataques en los que murieron casi 1.200 personas, en gran parte civiles.

En una alusión inédita a la conclusión de la ofensiva, una posibilidad que hasta ahora ha rechazado de plano, Netanyahu ha mencionado más tarde “un marco para poner fin a la guerra, que incluiría la liberación de todos los rehenes, la expulsión de los terroristas de Hamás y la desmilitarización de la Franja”.

Esa alusión del primer ministro ha suscitado una reacción inmediata de uno de sus socios ultraderechistas de gobierno, Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional. Ben Gvir se ha apresurado a replicar que ese “marco para poner fin a la guerra sin derrotar a Hamás no se cumplirá”.

Cientos de palestinos desplazados se reúnen frente a un comedor social en la ciudad de Gaza, este domingo.

En realidad, en sus declaraciones, el primer ministro israelí ha vuelto a mencionar el plan por el que Israel lleva meses abogando y que ni siquiera su propio promotor —el enviado especial de Donald Trump a Oriente Próximo, Steven Witkoff— ve ya viable. El llamado “plan Witkoff” recoge como condición previa para que Israel negocie un alto el fuego de 45 días que Hamás libere a la mitad de los rehenes aún en su poder. Sin embargo, no prevé el final definitivo de la ofensiva israelí. Esa fue la razón por la que el movimiento islamista lo rechazó.

Los bombardeos de la madrugada de este domingo —aéreos desde aviones y drones y también de artillería— han golpeado especialmente las localidades más castigadas desde que el pasado martes Israel recrudeciera los ataques. Estos han matado desde entonces al menos a 500 personas: Yabalia y Beit Lahia en el norte; Deir al Balah en el centro, y Jan Yunis y la cercana franja costera de Al Mawasi, en el sur.

Las autoridades de la Franja informaron este sábado por la noche en un comunicado de que 300.000 personas han huido de esas y otras localidades septentrionales hacia la capital para escapar de los ataques y siguiendo las órdenes de desalojo que las tropas israelíes empezaron a decretar en la víspera.

Palestinos trasladan los cuerpos de sus familiares muertos, en un ataque aéreo israelí, durante su funeral en Jan Yunis en la Franja.

El bombardeo más cruento de esta madrugada es el que ha matado al menos a 34 personas, según Efe, en el campamento de Al Mawasi, que alberga a cientos de miles de desplazados en tiendas de campaña. Las bombas, que han impactado en tiendas de campaña en las inmediaciones del hospital Kuwaití, han dañado también el servicio de cirugía del centro, que ha tenido que cerrar.

Durante muchos de los 19 meses que ya dura la agresión militar israelí a Gaza, y antes de que Israel rompiera el 18 de marzo el último alto el fuego con Hamás, el ejército israelí había ordenado a la población de la Franja que se dirigiera a la zona de Al Mawasi, que definía como “humanitaria”. Ello no evitó que la bombardeara en sucesivas ocasiones. Las tropas israelíes ya no mencionan esa supuesta condición de lugar seguro de esa estrecha franja costera. Bombardeos como el de la última noche confirman la creencia de muchos gazatíes de que en el enclave no hay ningún lugar en el que puedan estar a salvo.

Este domingo por la mañana, Israel ha atacado también otro hospital de Gaza, ha denunciado el Ministerio de Sanidad del territorio: el Indonesio, en Beit Lahia. Sus instalaciones han sido asediadas con drones y tiroteos “contra todo lo que se mueve”, había dicho su director, Marwan al Sultan. Este sanitario ha asegurado que esos aparatos aéreos no tripulados tomaron como blanco la unidad de cuidados intensivos del centro.

Horas después, el Ministerio de Sanidad del gobierno de Hamás en Gaza ha anunciado el cierre de ese hospital, el último que seguía en servicio en la zona más al norte de la Franja. Vídeos difundidos por fuentes palestinas mostraban la difícil evacuación de pacientes encamados mientras se oye una lluvia de disparos.

Una mujer llora por los muertos de un ataque israelí, en el centro de la franja de Gaza.

Cuando Israel sigue sin permitir la entrada libre de los medios de comunicación internacionales en Gaza, fuentes palestinas han informado de que entre el centenar largo de muertos en los bombardeos de esta madrugada, hay al menos cinco periodistas locales,

La oficina de prensa del gobierno de Gaza denunció en su comunicado de este sábado por la noche que Israel ha convertido el norte del territorio en una “zona de masacres abiertas y sistemáticas” que se dirigen contra “todo lo que se mueve” “personas, vehículos y equipos de rescate”. El texto aseguraba que drones israelíes quemaron cientos de tiendas de desplazados en el campo de refugiados de Yabalia, en Beit Lahia y en otras zonas de Gaza, “en medio de un inquietante silencio internacional y complicidad de hecho en el genocidio en curso”.

La cifra total de víctimas de los ataques israelíes desde su inicio, en octubre de 2023, ha superado esta semana las 53.300, según el Ministerio de Sanidad de la Franja. La mayoría, mujeres y niños.

Con las negociaciones para un alto el fuego aparentemente estancadas, la población de Gaza afronta la nueva invasión militar israelí exhausta y hambrienta. El pasado 2 de marzo, Israel impuso un bloqueo total a la entrada de ayuda humanitaria, incluidos los alimentos, el combustible y los medicamentos, que está empujando a los gazatíes hacia la malnutrición y el hambre y a su sistema médico “al precipicio”, explicó este viernes a este diario Isabel Grovas, coordinadora médica de Médicos sin Fronteras (MSF) en Gaza.

Cientos de palestinos desplazados se reúnen frente a un comedor social en la ciudad de Gaza, este domingo.