Así ha conseguido Flick superar la salida de Messi y llevar al Barcelona a una semifinal de la Champions seis años después

Así ha conseguido Flick superar la salida de Messi y llevar al Barcelona a una semifinal de la Champions seis años después

El Barça prosigue su camino de reconciliación con la Champions. Los azulgranas volverán seis años después a disputar las semifinales tras eliminar al Borussia Dortmund en una eliminatoria presidida por los goles, el signo de distinción del equipo de Flick, ambicioso en la ida (4-0) y sufrido en la vuelta, abatido tres veces por Guirassy (3-1). Una penúltima ronda que no alcanzaban desde mayo de 2019. Aquel año, el equipo dirigido por Valverde, fue destrozado en Anfield por una estruendosa remontada: 4-0 para el Liverpool frente al 3-0 que los barcelonistas habían conseguido en el Camp Nou después de uno de los goles de falta más bellos que se recuerdan de Messi.

La eliminatoria, sin embargo, se mantiene en la memoria de la afición azulgrana por dos jugadas que nada tienen que ver con la del 10. Una es el gol que falló Dembélé a pase precisamente del argentino en el tiempo añadido del encuentro disputado en Barcelona y la segunda es el cuarto tanto marcado por Origi en cancha inglesa después de un córner botado por Alexander-Arnold. El gol denunció la desidia del Barça y también el fracaso de la política deportiva de la junta presidida por Josep Maria Bartomeu.

La obsesión por encontrar un recambio de Neymar, que se largó al PSG en 2017 después de dejar una bolsa de 222 millones de euros, hipotecó económicamente al club y desequilibró al equipo porque jugadores como Dembélé, Coutinho o Griezmann nunca encajaron en un equipo añorado del tridente que había alcanzado el título continental en el estadio Olímpico de Berlín en 2015: Neymar, Luis Suárez y Messi. El Barça no ha vuelto a una final desde entonces, cuando derrotó a la Juve por 3-1, y la afición quedó tan dolida por la multa impuesta por la UEFA a causa de la exhibición de esteladas en feudo alemán que el himno de la Champions ha sido reiteradamente pitado en el Camp Nou y en Montjuïc. La meta ahora es volver a Alemania y disputar la final de Múnich.

Aunque los silbidos no menguan en la grada, la relación del club azulgrana con el torneo ha mejorado mucho desde aquellas noches opuestas de Berlín y Anfield. La trayectoria del equipo de Flick, que solo perdió el partido de Dortmund y el inicial disputado en Mónaco (1-0), después de que Eric fuera expulsado en el minuto 9, ha sido sorprendente, hasta regresar a las semifinales del torneo por excelencia de Europa. Han sido nueve victorias, un empate y dos derrotas, la última en el Westfalestadion, una cita marcada por la suplencia de Pedri y el agobio del equipo de Flik, condicionado por la ventaja a favor de cuatro goles y por el cansancio después de la disputa de siete partidos en 19 días.

El 3-1 tuvo tanto impacto en la formación azulgrana que al entrenador no le quedó más remedio que levantar el ánimo de los jugadores al final de un partido que por momentos evocó en la afición los viejos fantasmas de Roma, Liverpool, París o Lisboa. A los ambiciosos futbolistas de Flick no les pesaba la memoria, sino el fin de una racha de 24 partidos sin perder, todo el año 2025, desde la eliminatoria de Copa jugada en Barbastro. La última derrota barcelonista se remontaba al 1-2 del 21 de diciembre de 2024 contra el Atlético en la Liga.

Los protagonistas ahora son una nueva generación de futbolistas que en su mayoría no ha disputado ninguna semifinal —solo se cuentan cinco y en clubs diferentes— de Champions. El tridente Messi, Luis Suárez y Neymar ha sido finalmente sustituido de golpe por el trío Lamine, Lewandowski y Raphinha y el liderazgo ha pasado de Messi a Flick. El excelente recorrido actual ha ayudado de alguna manera a combatir las derrotas sangrantes vividas en una última década, cuyo balance todavía se discute en los foros de Europa. El último en pronunciarse ha sido Rakitic, protagonista también en la final ganada en Berlín, que ha afirmado: “Si ahora pudiéramos volver atrás en el tiempo, estoy seguro de que todos los jugadores estaríamos más metidos en las grandes noches. Ganaríamos dos o tres Champions más”.

Robert Lewandowski y Lamine Yamal celebran el tercer gol marcado al Dortmund en la ida de los cuartos, celebrada en Montjuïc.

La temporada siguiente a la conquista de la Champions, el Barcelona cayó eliminado en cuartos de final por el Atlético y el verdugo en el curso 2016-2017 fue, también en cuartos, la Juve. Los dos ejercicios siguientes (2017-2018 y 2018-2019) estuvieron presididos por las caídas de Roma en cuartos (se pasó del 4-1 a favor al 3-0 en contra) y de semifinales en Anfield (el 3-0 del Camp Nou fue superado por el 4-0 de Liverpool). La derrota más sangrante se produjo en 2020 con el 2-8 de Lisboa ante el Bayern de Múnich que entonces dirigía Flick. No pasó de los octavos de final en 2020-2021, eliminado por el PSG, ni de la fase de grupos en 2021-2022 y 2022-2023 mientras que el curso pasado fue superado en cuartos por el PSG de Luis Enrique, perdedor en París (2-3) y ganador en Montjuïc (1-4), el día que fue expulsado Araujo y sustituido Lamine.

Lamine curiosamente tampoco acabó el partido de Dortmund y el equipo también era el mismo que la temporada pasada fue eliminado por el campeón de Francia en Montjuïc. No hay más novedad que la de Olmo. El desenlace del martes invita, por tanto, a la autocrítica y supone también una medida preventiva ante la euforia desatada en el barcelonismo —los dos últimos partidos, el de Leganés en la Liga y el de Dortmund en la Champions, han sido resueltos con dos goles en propia portería—, pero al mismo tiempo supone un éxito sorprendente si se tiene en cuenta las circunstancias y las expectativas del verano a la llegada de Flick.