“Espero que vuelva mi padre. Nunca he escuchado su voz”: los testimonios de familiares de desaparecidos por el régimen de Al Assad en Siria
En las horas posteriores al colapso del régimen de Bashar al Assad en Siria, cientos de personas acudieron al lugar que para muchos encapsuló la opresión de su régimen: la prisión de Saydnaya.
A lo largo de las décadas, el famoso complejo militar fue utilizado para detener a decenas de miles de personas que habían caído en desgracia con el gobierno sirio.
Entre quienes buscan a personas que pudieron haber desaparecido dentro de sus muros está Jwan Omar, un sirio que vive en Turquía.
Viajó a la prisión de Saydnaya el domingo para buscar a su suegro, que desapareció en 2013, después de ser arrestado por el régimen que lo acusó de ayudar a la oposición.
“Fui a la prisión y mostré fotos de mi suegro, pero nadie lo reconoció”, le dijo Omar a la BBC.
“Mi esposa soñó durante 11 años con encontrar a su padre. Nuestras esperanzas aumentaron cuando escuchamos que los prisioneros fueron liberados, pero mi esposa ha estado llorando desde ayer”.
Se sintió decepcionado cuando le dijeron que muchos prisioneros habían sido trasladados a otros lugares.
“Caos”
Omar viajó a la prisión con su amigo Sharvan Ibesh, doctor y director ejecutivo del grupo de ayuda sirio Bahar, que ha estado colaborando en la búsqueda.
Ibesh describió escenas de “caos” en la prisión, con cientos de personas tratando de encontrar a sus seres queridos.
“Cientos de personas salían de la prisión y nos dijeron que no podíamos entrar porque había mucha gente que se interponía en el camino de los rescatistas”, indicó el médico.
El grupo de defensa civil sirio Cascos Blancos ha estado buscando a los reclusos de Saydnaya tras los relatos de los presos sobre entradas secretas a celdas subterráneas, aunque no se ha encontrado ninguna.
Desde la caída de Al Assad, muchas familias han renovado la esperanza de encontrar a sus seres queridos desaparecidos en las cárceles.
Desaparecido desde hace 12 años
Una de ellas es la familia Nadaf, de la ciudad de Idlib, que actualmente está buscando a Thaer Nadaf, arrestado y enviado a Saydnaya en 2011.
Thaer tenía dos hijos -un bebé y un niño de 2 años- en el momento de su arresto.
“Espero que vuelva. Juro que lo extraño, nunca he escuchado su voz”, le dijo a la BBC su hijo Mustafa, de 12 años.
La madre de Thaer, Fayzah Nadaf, cuenta que “nadie sabe la razón por la que fue arrestado”.
Ha enviado a su otro hijo, Mohammad, a la prisión de Damasco para encontrarlo.
Un médico que salió de la prisión hace dos meses les informó que todavía estaba vivo. Creen que está retenido en la sección subterránea del complejo de Saydnaya.
“Estoy deseando volver a ver a mi hijo”, señaló Fayzah. “Está desaparecido desde hace 12 años y durante todo ese tiempo he estado rezando para que pudiera volver a ver a sus hijos”.
“Totalmente perdidos”
Una mezquita a 20 kilómetros de distancia se utiliza como lugar de reunión para los presos liberados y sus familias.
Cuando Ibesh visitó el lugar el domingo, vio a varias personas recién liberadas claramente traumatizadas, le dijo a la BBC.
Un grupo rodeó a dos hombres que acababan de ser liberados con la intención de ayudarlos.
“Habían estado detenidos en la prisión durante varios años y estaban desorientados”, contó Ibesh. “Ni siquiera sabían la zona horaria”.
“La gente a su alrededor les preguntaba ‘¿cómo te llamas?’, ‘¿cuántos años tienes?’, pero ni siquiera podían responder a esas preguntas”.
Es difícil saber cuántos años tienen con solo mirarlos, explica Ibesh.
“Los hombres estaban totalmente perdidos, simplemente miraban hacia adelante”.
Si bien ha habido muchos reencuentros familiares desde que los prisioneros fueron liberados, la búsqueda continúa para muchos otros.
48 miembros de una familia
Un hermano de Hiba Abdulhakim Qasawaad, quien tiene 24 años, murió luchando contra el ejército de Al Assad, en 2012, durante la guerra civil que estalló después de las protestas de la Primavera Árabe, en 2011.
Cuando tenía 12 años, ella vio cómo las fuerzas del ejército se llevaron a su padre, a sus dos hermanos y a su abuelo.
Desde la ciudad de Homs, le contó al programa Today de la BBC que en enero de 2013, en un operativo militar, los soldados irrumpieron en su hogar y se llevaron a todos los hombres.
Hiba recuerda que era la 1:00 de la mañana cuando los sacaron de la casa, les cubrieron los rostros y se los llevaron a un lugar del que nunca supieron.
“Yo estaba ahí, no hay palabras que puedan describir la angustia avasalladora que nos consumió en ese momento. En el medio de la noche, allanaron nuestra casa”, evoca.
“Con un lenguaje muy cruel, le dijeron a mi abuelo: ‘tú también vienes con nosotros’”.
“Nada tenía sentido, pensamos desesperadamente que regresarían”.
Pero han pasado 11 años y nadie de su familia sabe qué pasó con ellos.
“Solo escuchamos a prisioneros que salían y hablaban de las brutales prisiones en que estuvieron. Decían que habían oído sus nombres en Saydnaya”.
Hiba cuenta que aún no tienen información de ninguno. “La situación es devastadora”.
“No encuentro palabras para describir lo que sentimos en este momento, la libertad suena como una campana que timbra demasiado alto para unos oídos acostumbrados al silencio.
“Nuestros corazones están suspendidos entre la esperanza y el desespero”, dice.
“Escaneamos cada rostro en las filmaciones que salen buscando rastros de nuestros seres queridos.
“A kilómetros de esa brutal prisión, nuestras palpitaciones se aceleran. Es como una alegría anticipada que se va construyendo mientras esperamos el momento en que podamos volver a abrazarlos, libres”.
Y, entre la esperanza, la incertidumbre y la posibilidad de que quizás nunca sepan qué ocurrió realmente con sus familiares, Hiba se pregunta: “¿cómo se repara todo este largo sufrimiento ocurrido en esas cárceles brutales?”.
En total, dice que 48 miembros de su familia fueron detenidos por las fuerzas de Al Assad.
“No sabemos qué pasará después, lo único que podemos hacer es seguir buscando”, expresa.
“Esperamos tener esa chispa de felicidad de nuevo en nuestras vidas, porque se la llevaron el día que se los llevaron”.
“Campo de la muerte”
Se estima que el gobierno, depuesto el domingo por fuerzas rebeldes, encarceló a cientos de miles de prisioneros políticos.
La Asociación de Detenidos y Desaparecidos de la Prisión de Saydnaya, con sede en Turquía, describió Saydnaya como un “campo de la muerte”.
Durante la guerra civil, que comenzó en 2011, las fuerzas gubernamentales mantuvieron a cientos de miles de personas en campos de detención, donde los grupos de derechos humanos afirman que la tortura era habitual.
* Con información adicional del programa Today de la BBC.
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