Alexandra Escobar volvió el dolor en una motivación

Alexandra Escobar volvió el dolor en una motivación

Antes de competir, Alexandra Escobar suele elevar una plegaria al cielo; le pide a Dios que le permita sentir a su esposo a su lado, mientras levanta las pesas. Darío García, quien fue su cónyuge, falleció en febrero del 2017 a causa de un paro cardiaco; desde entonces, ella siente que su alma la acompaña en cada entrenamiento y competencia.

La repentina partida de Darío fue el inicio de una etapa oscura en su vida. A los pocos días se enteró de que estaba embarazada de trillizos y que era un tema de alto riesgo; en marzo fallecieron los bebés que gestaba, lo que fue otro duro golpe y la llevó al retiro de las actividades de las pesas.

Además del peso y de la masa muscular, Escobar perdió la fe. Fue su hijo Dominic, que entonces tenía 12 años, quien la ayudó a levantarse, secó sus ­lágrimas y le recordó la promesa que le había hecho a su esposo fallecido: Disputar sus quintos Juegos Olímpicos.

“Nunca había cargado un peso emocional tan grande, fue lo más duro que tuve que superar en más de 20 años de carrera”, cuenta la deportista esmeraldeña, que está concentrada con la Selección ecuatoriana de halterofilia, en Portoviejo, a la espera del Campeonato Panamericano, que se realizará entre el 18 y 25 de abril, en República Dominicana.

Estuvo cinco meses fuera de las competiciones y cuando volvió, se quedó con el Campeonato Panamericano, que se realizó en Miami. Cuando recibió la medalla rompió en llanto, fue el primer título que no pudo celebrar con su esposo.

Retomar la fuerza en sus brazos, piernas y espalda fue el segundo paso en su regreso. El primero fue fortalecer su corazón. “Todo ese dolor lo convertí en motivación, ahora son ellos (esposo fallecido e hijos) quienes me inspiran. Seguir en este camino es un homenaje”, dijo la deportista, quien en julio próximo cumplirá 41 años.

Quiere que su retiro sea con éxito, con una medalla olímpica. Recuerda que a los 10 años tuvo que dejar su hogar en Rocafuerte, parroquia esmeraldeña, para trabajar como niñera, lavandera y asistente doméstica. Era la novena entre 10 hermanos, de un hogar humilde, donde el dinero no alcanzaba para los gastos.

Ahora, 30 años después, se siente una mujer fuerte, forjada entre el dolor y la gloria.

“Tengo medallas de todos los colores, me falta la olímpica”, dijo Escobar, quien ganó tres diplomas olímpicos, por su séptimo lugar en Atenas 2004, quinto en Pekín 2008 y cuarto en Río de Janeiro 2016. En su palmarés también constan campeonatos mundiales, panamericanos y bolivarianos.

Por eso espera concretar su cupo a Tokio 2021, sus últimos Juegos. Por ahora, ocupa el octavo lugar en el ranking mundial de la categoría 59 kilo­gramos, puesto que la clasifica y que debe mantener hasta junio próximo, cuando se cierren las nóminas oficiales.

“Ahora me puedo ir tranquila, porque detrás viene un gran grupo de mujeres pesistas. Antes, con Seledina (Nieve) nos daba pena vernos solas en esta disciplina. Estoy segura que al retirarme, las pesas quedan en buenas manos”, dijo Escobar.

Se entrena junto a Tamara Salazar, Lissette Ayoví, Neisi Dajomes y Paola Palacios, todas quienes han ganado campeonatos mundiales séniors o juveniles, con un promedio de 22 años, y con buenas posibilidades de llegar a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Recuerda que cuando ella empezó luchó contra la discriminación, por dedicarse a un deporte históricamente considerado para varones. Sus vecinos, conocidos e incluso familiares la señalaron por decidirse a levantar pesas.

“Me decían que parecía hombre o que era lesbiana, incluso cosas peores. Ahora es diferente: al deportista se lo trata con más respeto; es normal ver a una mujer pesista, son cosas que hemos ganado con trabajo”, dijo Escobar en una conversación telefónica.

En medio de entrenamientos se da tiempo para planificar su futuro. Su propósito es extender las pesas en su provincia. Por eso tuvo acercamientos con la Prefectura de Esmeraldas para trabajar en masificación deportiva. También le gustaría ser entrenadora, para seguir ligada a la disciplina.

Explica que cuando se retire no dejará de inmediato las pesas. Al tratarse de un deporte que demanda potencia física, la transición debe ser paulatina, disminuyendo poco a poco las cargas de trabajo, para evitar lesiones y mantener un buen estado de salud.

Biografía
Alexandra Escobar nació en Rocafuerte, Esmeraldas, el 17 de julio de 1980. Empezó a los 18 años en la actividad de las pesas.

Experiencia
Obtuvo diplomas olímpicos en 2004, 2008 y 2016. Ganó mundiales absolutos en 2001 y 2003, además de oros panamericanos (2001,2002,2003 y 2004).