El rostro de la ciudad es Jenniffer Tutivén, reina de Guayaquil 2024, quien se crio en Bastión Popular: “El colegio que fue una etapa muy fuerte para mí porque sufrí de bullying”

En un hotel ubicado en el corazón de la vibrante Guayaquil conversamos con su nueva soberana, Jenniffer Xihomara Tutivén Campi. Ella es la sucesora de Sabina González (2023-2024) y fue coronada el pasado fin de semana en el parque Samanes frente a cientos de guayaquileños.

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hace 22 días

Desde el inicio del certamen, entró segura de sí misma y nunca dudó, así fue como destacó entre las demás participantes. En su primera semana como reina no paró ni un minuto, pues sabía que tenía que entregarse a la ciudad y sus habitantes. Ella es una joven que, más allá de ser ahora una figura pública, es un verdadero ejemplo de dedicación y amor incondicional por su hogar.

La mujer más hermosa de la Perla del Pacífico es tal y como se ve en las fotos: esbelta, alta, jovial, con una piel perfecta, una suave pero fuerte voz y sonrisa contagiosa. Es imposible no quedar asombrado ante su presencia, pues cuando entra a una habitación, la ilumina por completo gracias a su habilidad innata y auténtica para conectar con la gente.

A sus 21 años se convierte en la Reina de Guayaquil 2024-2025 y se alza como una figura emblemática que representa no solo la belleza exterior, sino también la inteligencia y el compromiso social que las y los guayaquileños tenemos con la ciudad.

Lleva siete días con la corona. ¿Ya lo pudo asimilar?

Estoy con los pies en la tierra. Esa noche tenía una emoción inigualable y ahora mi pensamiento está por completo en dedicarme a trabajar. Lo estoy disfrutando muchísimo.

Esta semana fue de gira de medios. Tengo esa creencia firme de poder aportar, que creo que es lo más importante y actualmente estamos haciendo eso y pensando en proyectos para ejecutarlos.

¿Ha tenido experiencia en otros reinados?

Claro que sí. Yo he estado desde los 15 años aproximadamente en el mundo de los reinados. Cada uno me ha dado un aprendizaje pero entre todos ellos, claramente fue Reina de Guayaquil el que más me llamó la atención desde que tengo 7 años. Con mi mamá veíamos por la televisión en casa y decíamos entre nosotras: “Vamos a estar ahí”.

Ya desde antes de iniciar el proceso he tenido mucho apoyo moral y eso creo que me ha ayudado bastante. Puedo decir que esto ya no es simplemente un sueño al que aspiro, sino un sueño que he alcanzado.

¿En cuántos certámenes ha participado?

Bueno, tengo el Miss Piel Dorada de Ecuador en 2019-2020, de allí vino el Nereida de la Escuela Superior Naval en el periodo 2021-2022 y luego el Reinado de la Ganadería de Ecuador en el 2023.

¿Cómo entró al mundo de las coronas y modelaje?

Fue por la danza. Yo una vez estaba en una competencia de baile y un cazador de talento me dijo: “Niña, usted es alta. Debería ser modelo”. Ahí se me prendió la chispita. Luego, mi mamá vio en un diario que había becas para estudiar modelaje, fuimos a la entrevista y logré entrar. Estuve dos años en esa academia. Crecí modelando y nunca dejé la danza de lado.

¿Qué representa el baile para usted?

Es algo que me libera. Algo que no le cuento a muchas personas es que cuando yo estoy triste o estoy muy estresada, lo que es normal de un ser humano, me pongo a bailar. Es mi método de expresión aparte de meditar. Siento que puedo desahogar todo así.

Ingresé porque mi mamá, quien siempre había visto que me encantaba bailar, dijo que me había inscrito en una academia. Yo me puse a practicar pensando que aprendería salsa o algo así, y cuando llegué era ballet clásico. ¡Imagínate! Ya luego le cogí mucho cariño.

¿Le ha traído alegrías?

Por supuesto. Entré a los 12 años y tuve la oportunidad de estar en competencias internacionales como en Panamá. También estuve en el programa Ecuador tiene talento, en la sexta temporada, cuando Angello Barahona, Carolina Aguirre y Lila Flores estaban de jurado. Llegué hasta la etapa de duelos en el cuarteto.

Se presenta segura y extrovertida. ¿Siempre ha sido así?

No. El colegio que fue una etapa muy fuerte para mí, porque yo sufrí de bullying. Yo era una persona que, por ejemplo, pasaba una mosca y lloraba. Por así decirlo de forma coloquial. Era débil emocionalmente por un sinnúmero de cosas que me pasaban, justamente como atravesar el bullying por ser alta y tener buenas calificaciones.

Gracias a Dios tuve el apoyo de mi mamá y el apoyo de mi institución. Pero asimismo como yo he tenido apoyo, sé que muchos niños y jóvenes no lo tienen y es por eso que mi reinado también se enfocará en erradicar este problema. Hace poco pude asistir a un colegio ubicado en el sur de la ciudad para brindar una charla sobre la autoestima.

¿Ha experimentado la discriminación de primera mano?

Sí, definitivamente, y es por eso que soy muy vocal acerca de este tema. Yo creo que las ideas nacen de las experiencias, así se vuelven más humanas, y el haber atravesado esto me hizo entender que no es un proceso para nada fácil ni lineal.

Experimentar la discriminación fue lo que me dio ese propósito de llevar un mensaje de seguridad, autoestima, fortaleza, liderazgo, no solo para niños y jóvenes, sino también en adultos. Cuántas personas sufren de discriminación a diario en el trabajo o en sus hogares y allí es a donde quiero llegar con mi labor.

¿Cómo es el barrio que la vio crecer hasta ahora?

Yo he vivido toda la vida en Bastión Popular y nací cerquita de ahí. Durante el reinado el ambiente fue espectacular. En mi barrio todos los vecinos y mi familia me dicen Xihomara, no Jenniffer. Me llaman por mi segundo nombre (risas). Te lo voy a contar así con toda la sinceridad del mundo, fue muy tranquilo. Las personas allí son muy sociables en el sentido de que yo iba a comprar afuera las cosas en la farmacia y todo el mundo me saludaba.

El día del reinado, una vecinita mía que se llama Britany me fue a abrazar y me trajo un cartel para felicitarme. Y fue muy bonito, porque así como ella, hay muchas niñas del sector del que vengo que tienen sueños y aspiran a lograrlos a pesar de que en la vida hay gente que te quiere poner limitaciones y dan malos comentarios.

¿Quiénes integran su familia inmediata?

Yo vivo con mi mamá y mi hermana, pero también tengo a mi papi, que siempre me ha estado apoyando en toda esta etapa, que justamente fue un poco dura porque mientras pasaba todo este concurso, él ha estado muy delicado de salud. Aún sigue delicado, entonces sí es un tema un poco sensible para mí, pero él siempre me manda mensajes y me dice que está junto a mí.

¿Tiene un confidente?

Mi mamá siempre me dijo que lograría grandes cosas si me lo proponía. Diría que ella es ese pilar, pero mi hermana es mi confidente y mi todo. Con ella tengo esas conversaciones filosóficas que se tienen de noche (risas).

Peleábamos pero lo normal, como todos los hermanos, por pequeñas cositas y eso fue parte de nuestro crecimiento. Encontramos un equilibrio, pues si la vida fuera perfecta, no tendría tanto sentido. He aprendido que los errores nos hacen humanos si los reconocemos y nos ayudan a veces a encontrar la esencia que tenemos nosotros.

Estudia Medicina en la universidad, ¿por qué se decidió por esta carrera?

Sí. Soy tecnóloga en Administración de Empresas egresada del Tecnológico Espíritu Santo, pero además estudio Medicina en la Universidad de Guayaquil. Ahora inicio mi séptimo semestre y estoy muy contenta. Mi universidad me ha extendido la felicitación y bueno, también soy reina de ella.

Cuando era pequeña me preguntaban qué quería ser de grande y yo siempre decía que sería doctora. Puede sonar cliché, pero la elegí porque quiero ser ejemplo para todos los que tienen la vocación de servir. Me gustaría especializarme en neurocirugía.

En redes sociales se dijo que ya conocía a la directora del concurso. ¿Es esto cierto?

Yo nunca había tenido la oportunidad (de conocerla) hasta que me inscribí. Eso sí, yo siempre he sido voluntaria en fundaciones, pero hasta allí. Incluso me daba miedo acercarme por el respeto y la admiración que le tengo. Cuando se inició el proceso (del reinado), sentí que todas las candidatas teníamos esa cercanía a ella. Pero nunca hubo una amistad previa, por eso esos comentarios, como la mantequilla, que resbalen. (E)