Jack Rooke, creador de ‘Big Boys’: “Los hombres son más empáticos de lo que creemos, y más de cómo la cultura y la ficción los representan”

Viste una llamativa camisa a cuadros y un pantalón corto. El pantalón corto es amarillo y sus cuadros son diminutos. Está en el hall de un lujoso hotel de Barcelona repleto de músicos. Él no es un músico, pero una vez intentó ser poeta. Luego decidió que se le daba mejor hacer reír a los demás. Jack Rooke (Watford, Inglaterra, 31 años) es el creador de Big Boys, esa oda a la amistad entre chicos —una amistad perfecta entre opuestos decididos a quererse, respetarse y a aprender el uno del otro, cuidándose— de la que Filmin acaba de estrenar su tercera entrega.
El guionista está de vacaciones. Como Jack (Dylan Llewellyn, el chico de Derry Girls) y Danny (Jon Pointing) en el primer capítulo de esta última temporada, solo que ellos están en Grecia. La prima Shannon (Harriet Webb siendo pura diversión) cantó bingo por fin —recuerden que la abuela de Jack es adicta al bingo, y Shannon también—, y les ha invitado a todos a unas nada lujosas, pero muy dignas y cortísimas, vacaciones.
“He venido a ver a la Santa Trinidad: Charli XCX, Chappell Roan y Sabrina Carpenter”, dice Rooke, refiriéndose a la razón de sus vacaciones, los conciertos del Primavera Sound (celebrado del 4 al 8 de junio en Barcelona) que no piensa perderse. “Aunque mis favoritos son Fontaines DC”, añade, antes de sumergirse en cómo ha vivido la transformación de los tres monólogos que presentó en el Fringe de Edimburgo —uno en 2015, otro en 2017 y el último en 2019—, basados en su propia vida, en una serie de tres temporadas en la que evita enfrentarse al suicidio de su mejor amigo. Porque en la ficción Danny se queda. “Quería que fuese una serie optimista, porque así eran aquellos espectáculos. Quiero mostrar a todo aquel que crea que no tiene salida que siempre hay otra opción”, dice. La estructura de la primera temporada hacía pensar en un final horrible que escapó a lo que ocurrió y fundó otra realidad en la que Danny había dejado de ser invisible, y se salvaba.

Pregunta. El punto de partida de Big Boys es realmente ambicioso. No debió de ser fácil dar con el tono que permitía hablar de la depresión y el suicidio en mitad de un coming of age (género cinematográfico sobre la adolescencia y su madurez) tan tierno e ingenuo, tan puro, y divertido.
Respuesta. El personaje de Danny es una mezcla de cinco amigos míos, y cuatro siguen aquí, por lo que hay un equilibrio interno. Obviamente, era difícil hablar del suicidio en una comedia en la que el protagonista está saliendo del armario y quedando con gente en Grindr, y siendo muy torpe y muy tímido —Jack es más tímido que yo, que conste, ¡yo me subí a un escenario a contar esta historia a su edad!—, pero quería que fuese así, me pareció importante lanzar un mensaje optimista, dar a la gente una especie de catarsis.

P. ¿Lo fue también para usted?
R. Sin duda, fue catártico y terapéutico, y quería que todo aquel que ha perdido a alguien así pudiese experimentar de alguna forma lo que pasaría si hubiera podido tener todas esas conversaciones que Jack tiene con Danny, explicarles cómo es ahora su vida, cómo de emocionante podría haber sido. Hay otra salida.
Tenemos que educar a los chavales en la empatía, que respeten a aquel que es distinto a ellos, y lo entiendan.
P. Big Boys parece encajar a la perfección, y no solo porque comparta a su protagonista, Dylan Lewellyn, con ficciones como Derry Girls, y protagonistas con vidas que se parecen mucho a las que llevan, o han llevado otros jóvenes europeos, también españoles, ya no únicamente británicos, ¡y, sin embargo, el Brexit está ahí! En esta tercera temporada es importante.
R. Sí, es curioso. Siendo una serie muy británica, es verdad que habla de una experiencia común y creo que España es el país que mejor la ha entendido. Creo que porque ser joven aquí, en un país técnicamente gobernado por la izquierda, como ocurre en Gran Bretaña, se parece a ser joven en mi país. Y sobre el Brexit, lo cierto es que mucha de la gente a la que quiero votó a favor del Brexit, y ahora se arrepienten. Les habían hecho creer que las cosas serían distintas y no lo han sido. No deberíamos enfadarnos con ellos, porque ellos solo querían una vida mejor que nunca llegó. En el futuro, deberíamos ser más empáticos.

P. Esa es una de las grandes lecciones de la serie, y de la amistad perfecta entre Jack y Danny. Son dos hombres muy empáticos.
R. Sí. Necesitamos ese tipo de hombres en la ficción. La amistad masculina es algo importante, y debe cultivarse, debemos animar a los hombres a hablar y a mostrar sus sentimientos. Danny es un tío hetero, y le gusta ligar y todo eso, pero también es un tío muy empático. Los hombres heterosexuales son más empáticos de lo que creemos, y más de cómo la cultura, y la ficción, los representan. Ahora mismo tenemos líderes en el mundo que están vacíos, que no tienen empatía. Tenemos que educar a los chavales en la empatía, que respeten a aquel que es distinto a ellos, y lo entiendan. En el futuro, serían hombres felices, todo les iría mucho mejor. Habría que decirles que si quieren ser sexis tienen que portarse bien con las mujeres.

P. Hablando de las mujeres… en la serie, son la comedia en estado puro.
R. ¿Verdad? Siempre he pensado que las mujeres son mucho más divertidas que los hombres. Mi madre es muy divertida. Y mis amigas también. Cuando les pasa algo malo siempre lo convierten en algo divertido.
P. Dígame que también escribió malos poemas, como Jack en esta temporada.
R. ¡Por supuesto! ¡Era patético! Buena parte de la poesía amateur puede llegar a ser muy mala. Oh, me encanta reírme de mí mismo. Todos hacemos cosas horribles, y geniales a esa edad, cuando aún te estás conociendo.

P. ¿Y de dónde viene como cómico? ¿Cuáles son sus referentes?
R. La verdad es que Fleabag y Phoebe Waller-Bridge me cambiaron la vida. También es una serie sobre el duelo y la pérdida, y tiene un motor narrativo perfecto. Como comedia familiar me parece maravillosa. Y luego también amo a Michaela Coel y su Chewing Gum, ¡es tan ingeniosa! Y he de confesar que hay mucho en Jack y Danny de las dos amigas que van siempre colocadas en Broad City. Empecé Big Boys pensando en hacer una versión en chicos de Broad City.
P. ¿Y qué puede contar del final?
R. Uhm, poco. Que es ambicioso, y que quería que, de alguna forma, el personaje y la voz que ha estado contando lo que pasaba —mi voz— se fusionasen, porque siempre he querido que se supiera que había alguien real detrás de eso que ocurría, y que ese alguien era yo.
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