¿Tregua entre el rey Carlos III y el príncipe Enrique? La reunión que confirma un acercamiento tras años de tensión

El príncipe Enrique lleva cinco años protagonizando un distanciamiento público con la familia real británica. En concreto, desde que él y Meghan Markle anunciaron que abandonaban sus actividades reales y que renunciaban a sus títulos y a la financiación pública. Querían volar solos, lejos de Londres y de las decisiones del palacio de Buckingham. Todo aquello sucedió a comienzos de 2020 y, desde entonces, la tensión entre el hijo pequeño de Carlos III y el resto de los Windsor es evidente. Más incluso cuando decidió publicar su biografía, En la sombra, estrenar un documental junto a Meghan Markle en Netflix y concediesen una controvertida entrevista con Oprah Winfrey. En todas ellas, la imagen de su familia se vio señalada, criticada y juzgada. Pusieron contra las cuerdas a la institución —tachándoles incluso de racistas— y a partir de entonces nada volvió a ser lo que era.
Las visitas del príncipe Enrique a Londres han disminuido a lo mínimo posible, y han sido solo para asistir a los juicios contra el gobierno británico por su seguridad —y la de su familia—cuando regresa al Reino Unido y contra los tabloides por difamación. Después de que el Tribunal de Apelaciones desestimase su recurso legal contra la decisión del Gobierno de rebajar su grado de seguridad, el duque de Sussex señaló directamente a su padre como el culpable de todo. “El rey no quiere hablar conmigo por culpa de este asunto de seguridad. Nunca le pedí que interviniera, solo que se mantuviera al margen y dejara trabajar a los expertos”, aseguró el pasado mayo en una entrevista con la BBC. Dos meses después de aquellas declaraciones, parece que padre e hijo están dispuestos a llegar a un entendimiento para cerrar por fin una herida que lleva abierta demasiado tiempo.
Tal y como han informado medios británicos, la pasada semana se produjo en Londres una reunión entre los asesores principales del rey Carlos III y el príncipe Enrique. Un hecho que marca un paso hacia la reconciliación. Meredith Maines, nueva directora de comunicaciones de los Sussex, estuvo acompañada en la reunión por Liam Maguire, quien dirige las relaciones públicas del matrimonio. Por parte del monarca acudió Tobyn Andreae, secretario de comunicaciones. “Queda mucho camino pro recorrer, pero por primera vez en años se ha abierto un canal de comunicación. No hubo una agenda formal, solo unas copas informales. Había temas que ambas partes querían abordar”, declaró una fuente conocedora del encuentro a The Mail on Sunday.

Esta reunión se ha producido después de que el príncipe Enrique confesase su deseo de reconciliarse con su familia, a quienes vio por última vez al completo en la coronación de Carlos III como monarca, donde acudió solo y donde estuvo relegado a un segundo plano. Admitió que su padre no le hablaba y que no quería seguir peleando con él porque no sabe “cuánto le queda” tras su diagnóstico de cáncer. “No tiene sentido seguir luchando. La vida es preciosa. El perdón es 100% imposible, pero me gustaría recuperar a mi padre y a mi hermano”, explicó.
Los representantes de las partes fueron fotografiados el pasado miércoles mientras tomaban algo en la terraza de un bar con vista a Green Park. Una filtración que ha puesto en peligro la delicada operación por la paz. Lo que podía llegar a ser el comienzo de un entendimiento, ha acabado por convertirse en el resurgir de la desconfianza y sospechas entre las partes: alguien informó de que esta reunión se iba a producir y también dónde iba a ser. Fuentes cercanas al príncipe Enrique informaron a The Telegraph que los Sussex no eran responsables y que se sentían “frustrados” después de que todos los detalles se hubiesen hecho públicos nada más comenzar las negociaciones. De hecho, reconocieron que no era la mejor manera de comenzar una nueva etapa entre padre e hijo.
Por su parte, una fuente cercana al monarca también se pronunció en The Mirror: “El rey ha demostrado constantemente que ama a sus dos hijos y está preparado para reunirse con Enrique cuando su agenda lo permita. No es inusual que los asistentes de diferentes casas se reúnan, especialmente cuando hay una nueva afluencia de personal, pero este es un momento significativo. Si hay un periodo de calma y reflexión por parte del duque, entonces habrá una manera de que él pueda comenzar a recorrer el camino de reparar su relación con su padre”. Sin embargo, señala que su situación con el príncipe Guillermo es un “asunto completamente diferente” y que “resultará mucho más difícil reparar”.

Si una cosa queda clara es que en los últimos dos meses algo ha cambiado. Sobre todo, por la parte del príncipe Enrique. Además de las citadas declaraciones en la BBC, el pasado junio se conoció que le había extendido una invitación al rey Carlos III y al príncipe Guillermo para que acudiesen a los Juegos Invictus de 2027, que se celebrarán en Birmingham entre el 12 y el 17 de junio, fecha en la que la reina Camila cumplirá 80 años. “La familia real siempre ha apoyado enormemente a Invictus y se siente orgullosa de los logros de Enrique en ese ámbito. Esta es una rama de olivo por su parte que podría ser considerada”, afirmó una fuente a The Mail on Sunday. La razón detrás de mandar las invitaciones con tanta antelación reside en concederle a la familia real la posibilidad de asistir, porque se sabe que el rey británico elabora su agenda con hasta tres años de anticipación.
La última vez que padre e hijo coincidieron en el mismo espacio fue en febrero de 2024, cuando Enrique viajó a Londres después de enterarse del diagnóstico de cáncer del monarca. “Me subí a un avión y fui a verlo tan pronto como pude. Estoy agradecido de haber podido ir a verlo y pasar tiempo con él”, explicó en una entrevista en Good Morning America. Solo el tiempo dirá si este primer acercamiento entre las partes es efectivo y la familia real británica deja de protagonizar tensos momentos entre sus miembros.
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