Trump estrecha el cerco sobre la Fed al anunciar el cese de una gobernadora nombrada por Biden
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cesado a Lisa Cook, gobernadora de la Reserva Federal (Fed), según ha anunciado él mismo en las redes sociales. El despido de Cook, que había sido acusada por un aliado del presidente de Estados Unidos de fraude en unas solicitudes de hipoteca, es legalmente dudoso y cuestiona el futuro de la independencia de la institución. El movimiento, de hacerse efectivo, podría dar nuevas bazas al republicano para conseguir el control de la institución responsable de la política monetaria, una de sus ambiciones para este mandato que se le había mostrado esquiva hasta ahora. Pero también puede causar repercusiones en los mercados financieros.
En un comunicado de su abogado recogido por The New York Times, Cook ha manifestado que “no existe causa legal” para que Trump la despida. “No renunciaré”, ha afirmado. “Seguiré cumpliendo con mis obligaciones para ayudar a la economía estadounidense, como lo he hecho desde 2022”.
Cook, nombrada por el presidente Joe Biden, predecesor de Trump, y cuyo mandato no expiraba hasta 2038, es la primera mujer afroamericana gobernadora de la Fed estadounidense. El presidente del país tiene competencias para cesar a un funcionario de la Reserva Federal siempre que haya “causa” que lo justifique. La gobernadora puede, no obstante, recurrir judicialmente la decisión de Trump y que sea un juez el que decida si la destitución está motivada o no.
En la carta de despido, que Trump ha publicado en su red social, Truth, el presidente, que sostiene precisamente que el cese es motivado, hace referencia a la denuncia presentada por un alto cargo del Departamento de Vivienda y gran partidario de Trump, Bill Pulte, que aseguraba que Cook había declarado como residencia primaria dos viviendas en dos Estados distintos para solicitar hipotecas por ambas en términos favorables.
“Queda usted eliminada de su puesto en la junta de gobernadores de la Reserva Federal con efecto inmediato”, se lee en la carta, con el membrete de la Casa Blanca y la firma presidencial.

Trump también declara que “la Reserva Federal tiene una enorme responsabilidad al fijar los tipos de interés y regular la reserva y los bancos miembros”. Por lo tanto, continúa el escrito, “el pueblo estadounidense debe poder tener confianza plena en la honestidad de los miembros encargados de supervisar y fijar la política de la Reserva Federal. A la luz de su conducta engañosa y potencialmente delictiva en una cuestión financiera, no pueden tenerla, y yo no tengo tampoco esa confianza en su integridad”.
Paso agresivo
La destitución de Cook es el paso más agresivo dado hasta ahora por Trump en sus intentos de hacerse con el control de la Fed, un organismo independiente. El cese llega apenas semanas después de que dimitiera la economista Adriana Kugler de su puesto como miembro de la junta de gobernadores, el pasado 1 de agosto. Un movimiento que ampliaba el margen de maniobra de Trump en la institución que decide la política monetaria estadounidense.
Desde entonces, Trump, que ha convertido en costumbre arremeter contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha nombrado como sustituto de Kugler a su asesor económico Stephen Miran. La vacante que deje Cook abre otra oportunidad para que el republicano nombre a un sustituto más cercano a sus planteamientos económicos y más susceptible de prestar oídos a sus llamamientos para recortar los tipos de interés.
En su discurso en la reunión anual de gobernadores centrales en Jackson Hole, el pasado viernes, Powell dio indicios claros de que la Fed recortará sus tipos de interés en la cita de septiembre. Hasta ahora se había resistido a las intensas presiones de Trump, al considerar que un abaratamiento del dinero daría alas a una inflación que aún no ve completamente dominada.
“Con la política monetaria en territorio restrictivo, el panorama general y el cambiante equilibrio de riesgos podrían justificar un ajuste de nuestra política”, declaró Powell. Las palabras del presidente de la junta de gobernadores desataron la euforia en los mercados. Pero el discurso no convenció al inquilino de la Casa Blanca. “Demasiado tarde”, dijo.