La tripulación del sumergible Titán sabía que iba a morir antes que implosionara, revela demanda contra OceanGate
Una demanda de 50 millones de dólares impuso la familia del explorador francés Paul-Henri Nargeolet, uno de los cinco pasajeros fallecidos en el submarino Titan el año pasado.
La demanda se da por homicidio culposo contra la empresa OceanGate.
Nargeolet fue uno de los tripulantes del sumergible Titan que implosionó en su ruta hacia los restos del Titanic causando la muerte a cinco personas en total el 18 de junio de 2023.
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En solo 13 de sus 90 inmersiones, el implosionado Titan alcanzó la profundidad del Titanic
OceanGate había vendido los pasajes a 250.000 dólares cada uno, promocionando el viaje como una oportunidad para ver el Titanic.
La demanda presentada el martes en Seattle, en el estado de Washington, alega que aunque Nargeolet era un “aventurero y explorador experimentado” que había hecho diversos viajes para visitar los restos del Titanic en otros sumergibles, OceanGate y su fundador, Stockton Rush, no revelaron a propósito defectos y deficiencias de la embarcación.
“Esperamos que con esta demanda podamos obtener respuestas para la familia sobre cómo ocurrió exactamente, quiénes estuvieron implicados y cómo pudieron permitirlo”, expresó en un comunicado Tony Buzbee, uno de los abogados demandantes.
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El documento también expone que, de haber sabido los problemas que presentaba el submarino, Nargeolet no habría participado en la misión.
De acuerdo con información publicada en CNN, dentro de la demanda se establece que pese a no conocer la causa exacta del fallo, los expertos coincidían en que la tripulación era consciente que iba a morir antes de hacerlo.
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“Es posible que la tripulación haya oído que el ruido crepitante de la fibra de carbono se hacía más intenso a medida que el peso del agua presionaba el casco del Titán. La tripulación perdió las comunicaciones y quizás también la energía. Según los cálculos de los expertos, habrían continuado descendiendo, con pleno conocimiento de los fallos irreversibles de la nave, experimentando terror y angustia mental antes de que el Titán finalmente implosionara”, se añadió.
En junio, el Consejo de Seguridad del Transporte de Canadá (TSB en inglés) publicó una actualización de la investigación que efectúa desde hace un año en la que constató que el Titan operó desde 2021 sin “estar registrado o certificado en Canadá o ningún otro país”.
El peligro de los sumergibles no certificados quedó demostrado el 18 de junio de 2023 con la tragedia del Titan, el único batiscafo del mundo hecho con fibra de carbono y que en teoría era capaz de sumergirse a 4.000 metros de profundidad.
Está previsto que en septiembre se celebre una audiencia pública clave que forma parte de la investigación. (I)
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