Tener listas con candidatas mujeres y un binomio presidencial ‘propios’, un reto para los partidos en las elecciones generales del 2025
Elaborar listas con el 50 % de candidatas mujeres y un binomio presidencial con paridad de género son requisitos conocidos por los partidos y movimientos políticos, cuyo ‘reto’ estará en que puedan provenir de sus filas para competir en las elecciones generales previstas para el 9 de febrero del 2025.
El calendario con las actividades para los comicios presidenciales, legislativos y de parlamentarios andinos del 2025 está corriendo y, en poco menos de tres meses, las organizaciones políticas de carácter nacional y provincial escogerán los cuadros políticos que los representarán en esta contienda.
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Aunque estos requisitos no son nuevos para aplicarlos, las listas tendrán que estar encabezadas con un 50 % de mujeres y 25 % de jóvenes, a lo que se suma la formación de una dupla de presidente y vicepresidente de la República con paridad de género: hombre-mujer o mujer-hombre.
Las reformas al Código de la Democracia, vigentes desde el 2020, contemplan disposiciones que obligan a los sujetos políticos a incorporar mujeres y jóvenes y se estrenó en las presidenciales del 2021 con un primer porcentaje del 15 %.
Un 30 % siguió en las seccionales de febrero del 2023; y, para las generales de este 2025, deben cumplir con el 50 %, que se aplicó de improviso en la votación del año pasado.
La crisis del gobierno de Guillermo Lasso obligó a adelantar elecciones y con ello, el porcentaje del 50 % que se aplicó en las anticipadas de agosto del 2023 tras activarse la disolución de la Asamblea Nacional o más conocida como muerte cruzada.
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El Consejo Nacional Electoral (CNE) tuvo 90 días para organizar el sufragio en el que participaron 30 alianzas electorales y agrupaciones de forma individual, que postularon 2.669 candidatos entre principales y suplentes.
En medio de los cortos plazos, el Consejo observó una peculiaridad: los candidatos eran ‘invitados’, no venían de los afiliados o militantes, que son la base de las organizaciones políticas. Esto lo permite el Código de la Democracia que, en su artículo 94, describe que los partidos y movimientos políticos o sus alianzas podrán presentar a militantes, simpatizantes o personas no afiliadas como candidatas de elección popular.
«Para esas elecciones se hicieron alianzas, por lo que muchos de los candidatos no salieron de las filas o no parecían ser parte de la militancia, sino invitados. Esto es un aspecto que tendrán que evaluar las organizaciones políticas en estos meses. Además, que se pudo advertir que solo un binomio presidencial tenía postulantes de su propia línea», opinó Diana Atamaint, presidenta del CNE.
Como referencia es que de ocho binomios presidenciales que compitieron por la Presidencia, solo el movimiento Revolución Ciudadana (RC) postuló a Luisa González y Andrés Arauz, que son parte de su militancia.
- En los demás casos, Yaku Pérez, excandidato presidencial de Pachakutik (PK), fue promovido por la alianza Claro que se Puede entre las listas 2-17-20.
- Bolívar Armijos, exmilitante de la RC, antes llamada Alianza PAIS, se candidatizó por el movimiento Amigo, lista 16.
- Xavier Hervas, empresario exafiliado de la Izquierda Democrática (ID).
- Daniel Noboa, por la alianza ADN listas 4-35.
- Otto Sonnenholzner, exvicepresidente del gobierno de Lenín Moreno, por la alianza Actuemos, listas 8-23; y,
- Jan Topic por la alianza Por un País sin Miedo.
Los registros dan cuenta de que se inscribieron 343 listas, pero se calificaron 335 con un total de 1.352 candidatos.
Aunque Ecuador ha fomentado la participación de la mujer en los procesos electorales, ellas siguen encontrando resistencia.
La Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) resaltó el avance del requisito de inclusión de mujeres que, en comparación con los comicios generales del 2021, aumentó en un 17 %: de 29 % en 2021 a 46 % en 2023.
Sin embargo, aún hay «resistencia por parte de las agrupaciones políticas para aplicar la paridad horizontal plena», lo que se demuestra -citó el organismo- en que los hombres encabezaron parte significativa de las candidaturas a asambleístas nacionales: 66,7 % y 55, 7 % de las listas a asambleístas provinciales.
En todas las dignidades, el 58 % de las listas las encabezaron hombres, lo que se atribuyó a «excepciones establecidas legalmente». Por ejemplo, si una agrupación política presentó listas para diversas dignidades, solo debe cumplir con el encabezamiento de una de las listas con una mujer», observó la OEA en su informe de observación.
O que las alianzas se mostraron como agrupaciones políticas «nuevas» y, por lo tanto, únicamente podían postular listas con mujeres como cabeza si presentaban más de una lista.
«En la práctica, estas excepciones formales terminan mermando el espíritu de la obligatoriedad de la paridad plena, a las que se suman prácticas y prejuicios sexistas dentro de las estructuras partidarias que limitan la participación de las mujeres como candidatas», apuntó la OEA.
Es así que, actualmente, el pleno de 137 miembros de la Asamblea Nacional se conformó con 60 mujeres (43,79 %) y 77 hombres (56, 21 %).
Pero del discurso a la práctica, dice Alfredo Serrano, presidente del Partido Social Cristiano (PSC). Él cuestiona la idea de la opinión pública de que el «problema son los partidos» que no forman a las mujeres y a los jóvenes con una militancia temprana que permita «evitar las traiciones».
El ejemplo es Lucía Jaramillo, exasambleísta del PSC, quien es una joven que se formó en las «entrañas del partido y de repente lo dejó para irse con el gobierno de Daniel Noboa. Entonces, no hay una regla que permita evitar estas acciones o que se pueda predecir que me van a traicionar», reflexionó Serrano.
De esa misma tienda política, otros casos son los de la hermana gemela de Lucía, Paola Jaramillo, quien era prosecretaria del partido y asambleísta alterna.
Ella recientemente se unió al movimiento en constitución de Daniel Noboa, Acción Democrática Nacional (ADN), como directora de Guayas; o Geraldine Weber, quien era una líder del partido y lo dejó durante la gestión de Lasso.
En cuanto al binomio presidencial, el partido aún medita quién será su precandidato, pero quien sea ratificado escogerá a su compañero de fórmula.
Esa es una posición del PSC desde 1992, precisa Serrano, para darles «el derecho de escoger a quién los va a traicionar», ironiza el directivo parafraseando al expresidente José María Velasco Ibarra.
En todo caso, lo más seguro para estas elecciones es que el PSC forme alianzas en las provincias y con ello escoger a los precandidatos, mujeres u hombres, que se anunciarán en los próximos días, agregó.
Al igual que en el PSC, en otras organizaciones el ambiente es preelectoral y va con calma, como en el partido Unidad Popular, cuyo director nacional, Geovanni Atarihuana, exalta que son partidarios de la participación de la mujer y no descartan ampliarla formando alianzas.
Como sus referentes femeninos están Mery Zamora, Natasha Rojas, Magali Orellana, Isabel Vargas, Cristina Cachaguay y Johanna Granda, que suenan como precandidatas para correr por una curul en la Asamblea Nacional.
En Democracia Sí su director nacional, Gustavo Larrea, asegura que cumplirán con la ley en la presentación de candidatas, pero por ahora hizo un llamado a la unidad.
«Este no es un momento en que las organizaciones políticas deben actuar con sectarismo, todo lo contrario, hay que construir un frente amplio y ético que enfrente la corrupción y salvación nacional social, económica y de seguridad que vive el país. Sin sectarismos y con los brazos abiertos buscaremos la unidad», manifestó.
Según el calendario del CNE, entre el 23 de julio y el 7 de agosto se realizarán los actos de democracia interna en los que los grupos políticos escogen a sus precandidatos que podrán ser inscritos desde el 13 de septiembre ante la autoridad electoral.
Mas, la lista oficial de los candidatos cuyos rostros constarán en la papeleta electoral se conocerá el 30 de diciembre de 2024.
Es decir, serán cinco meses -entre julio y diciembre- que los partidos y movimientos concretarán quiénes los representarán en los comicios y aquellos que ganen estarán en funciones para el periodo 2025-2029.
En el movimiento Creando Oportunidades (CREO), fundado por el expresidente Guillermo Lasso Mendoza (2021-2023), se alistan para ello y su nuevo presidente, Juan Fernando Flores, asegura que la participación de las mujeres está trabajándose desde la formación de las directivas.
Según Flores, en su última asamblea pasaron de tener dos directivas encabezadas por mujeres a 17, por lo que hay un proceso interno que les permite impulsar la presencia de ellas en los espacios de decisión.
«Quienes están y estarán en los espacios políticos no son, de ninguna forma, ‘rellenos’. Al contrario, son personas que han venido trabajando en el proyecto político y que en algunos casos nos acompañaron en el gobierno», contó Flores y adelantó que en los siguientes días empezarán con la reestructuración del espacio Mujeres CREO, para concentrar el trabajo en las provincias, de donde surgirán los candidatos a la Asamblea Nacional.
No obstante, el escenario político-electoral está en diseño. Por el momento, 238 organizaciones políticas existen legalmente, de las que 7 son partidos, 9 movimientos nacionales y 69 provinciales que podrán postular candidatos en los comicios.
Pero podría sumarse el movimiento Acción Democrática Nacional (ADN) que impulsa Daniel Noboa; mientras, está en fase decisiva la existencia de los movimientos Construye y Movimiento Verde Ético Revolucionario y Democrático (Mover), que enfrentan litigios en el Tribunal Contencioso Electoral (TCE). (I)
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