16 series imprescindibles para gozar del verano

El verano deja más tiempo para la televisión y las plataformas lo saben, por eso acabaron hace años con el concepto de la temporada estival como meses de pruebas y de contenidos de segunda. Sin embargo, y a pesar de la abrumadora oferta, no todas las series son para el verano. El equipo de televisión ha seleccionado 16 que, por unas razones u otras, se adaptan a los requisitos del calor y los días eternos.
Juan Carlos Galindo

Slow Horses (AppleTV+). Espías, humor, Gary Oldman en estado de gracia, un tema para los créditos interpretado por Mick Jagger y mucha acción. ¿Hay alguien que se resista a esta mezcla? Pues es lo que propone Slow Horses, la serie que adapta las célebres novelas de Mick Herron. Si la han visto, saben de qué les hablo. Si no, están a tiempo: tienen las cuatro temporadas enteras y muchas tardes de verano para disfrutar con las historias de Jackson Lamb y sus esbirros de La casa de la ciénaga, el lugar donde recalan los que caen en desgracia en el servicio secreto británico. Llegarán así preparados para la quinta temporada, que se estrena el 24 de septiembre.
Paradise (Disney+). Contar el argumento de esta serie más allá del giro del primer capítulo es casi imposible. Natalia Marcos en este mismo diario lo hizo muy bien, así que lo utilizaremos: “Se trata de un thriller cuyo detonante es el asesinato del presidente de Estados Unidos. A través de saltos en el tiempo y cambios de punto de vista, la historia desarrolla la investigación del crimen presidencial y le añade un toque distópico y de ciencia ficción que le suma capas de misterio”. La serie, protagonizada por un poderoso Sterling K. Brown (qué voz tiene uno de los protagonistas de la ya mítica This Is Us) es droga dura, continuos giros a cada cual más espectacular, siempre al filo. El espectador puede pensar “qué hago viendo esto” justo antes de dejar que el siguiente capítulo se inicie automáticamente. Disfruten antes de que la estiren lo suficiente para habérsela cargado.

Oficina de infiltrados (SkyShowtime). ¿Una serie francesa de espías para el verano? ¿Pero no es antigua? ¿No han estrenado una más espectacular que lo adapta al universo estadounidense? La respuesta a todas esas preguntas es afirmativa, pero SkyShowtime ha decidido recuperar esta joya que no se podía ver en ninguna plataforma, y eso es algo a celebrar. Protagonizada por Mathieu Kassovitz en el papel del espía Guillaume Debailly o Paul Lefebvre o Malotru, depende para quién, es la ficción de espías perfecta, que mezcla como ninguna reflexión y acción, la que de forma más acertada ha mirado dentro del alma de los agentes. Escenarios internacionales, conspiraciones y las pequeñas miserias cotidianas de los protagonistas se combinan en unos excelentes guiones. Las interpretaciones están al nivel del conjunto. Es de hace unos años, no muchos, pero no puede resultar más actual: una temporada entera dedicada a una infiltración de una agente francesa en Irán, por ejemplo.
Seinfeld (Netflix). Nada mejor que una de las grandes producciones de la edad de oro de la televisión norteamericana para disfrutar en verano. Una comedia de situación que no va sobre nada (confesión de los creadores, los geniales Jerry Seinfeld, también protagonista, y el incombustible Larry David) y que juega con el humor y el absurdo. Nadie que la haya visto olvidará al propio Seinfeld pero, sobre todo, a George Constanza (Jason Alexander), a Elaine (Julia Louis-Dreyfus, que a partir de entonces no dejó de ganar Emmys) o al estrafalario Kramer (Michael Richards) y el resto del elenco. Si tienen tiempo y la ven entera lo agradecerán. Si son fans, siempre pueden ir a su capítulo favorito. Si no la han visto nunca, paseen un rato por El estacionamiento (T3, EP6), La sopa (T6, EP7) o El mango (T5, EP1) y no se arrepentirán. Algunos monólogos de Jerry Seinfeld al principio de cada capítulo han envejecido un poco mal; los guiones, en cambio, siguen en plena forma. El final de la serie paró EE UU en una época (1998) en la que la tele en abierto marcaba la agenda.
Eneko Ruiz Jiménez

Invencible (Amazon Prime Video). Quizás esté cansado de las series de superhéroes. Y es lógico. Y esta serie animada del creador de The Walking Dead lo es. Pero no es una más. Porque ama a los superhéroes y, al mismo tiempo, pide algo más desde su primer giro increíble. Cuenta la historia de origen clásica de Spiderman, sí, aunque también con la sangre de The Boys. Apela a los equipos clásicos de cientos de supertipos como Los vengadores, y al mismo tiempo sus personajes evolucionan y se enfrentan a decisiones complicadas. Y sabe jugar en un universo tan rico como cualquiera, pero sin perderse en decenas de producciones. Todo en episodios de 50 minutos que reivindican que la animación es un género muy viable para contar historias adultas.
Mo (Netflix). Una serie de actualidad, pero que nada tiene que ver con la actualidad. O quizás sí. Al fin y al cabo, todo es política, hasta la comedia. Mo es un inmigrante de familia palestina que, pese a estar en Texas desde niño, todavía no tiene sus papeles en regla. Lleva una vida como cualquier otro: trata de encontrar un buen trabajo, ligar, salir de casa de sus padres y defender el aceite de oliva hasta llegar a las manos (ay, ese hummus que cocina su madre…). Pero de fondo permanece la amenaza constante de una deportación, así como el recuerdo de la invasión de Palestina. Cómica, trágica, adorable, negra y apta para quienes disfrutaron con Ramy (Mo era allí secundario), Atlanta o Master of None. Es de esas series que abrazar.

Elsbeth (Movistar+). Es un spin-off de The Good Wife. Aunque no esperen encontrar aquí algo parecido a esa legendario y complicado drama ya en los anales de la televisión. Este es en realidad el clásico procedimental policíaco de un caso por episodio donde lo que más importa es el talante de su protagonista. Y la divertida, extravagante e ingenua Elsbeth (Carrie Preston) es la que lo embriaga todo con sus dones. Digamos que es una Jessica Fletcher en el Nueva York del siglo XXI (asesinatos por roomba o de páginas de citas incluidos). Sin más pretensiones que entretenerse buscando el asesino. Pero tampoco menos.
Samuel (RTVE Play, YouTube, Amazon Prime Video). Verano. Fin de curso. Los niños en casa. Y lo único que quieren ver es TikTok. Hay otra alternativa para ver con ellos: esta serie tiene capítulos cortos, como mandan los problemas de atención actuales, pero además es tan entrañable como profunda. Samuel es otro niño más, uno con problemas que se le hacen un mundo. Uno con el que todos nos sentimos identificados. Una animación sencilla y mucha alma hacen el resto en esta producción calificada como la mejor miniserie del año pasado para los usuarios de la red social Letterboxd. Y, ojo, si no tienes hijos te va a gustar igual. Porque todos sabemos lo que es pasar esa etapa.
Natalia Marcos

El jurado (Amazon Prime Video). A medio camino entre el reality, el falso documental y la comedia de improvisación se encuentra esta extraña y muy divertida propuesta. Ronald Gladden ha sido seleccionado para ser miembro de un jurado popular. Él cree que las cámaras que le siguen están ahí para contar en qué consiste un juicio en un documental. Pero no paran de pasar cosas muy raras. Sin él saberlo, es el protagonista de una especie de El show de Truman: todos los demás a su alrededor son actores menos él. El resto del jurado, el acusado, la demandante, los abogados, el juez, la alguacil… todos actores. Menos un hombre corriente que, encima, resulta ser la mejor y más paciente persona sobre la Tierra. Divertidísimo.
Feel Good (Netflix). Mae Martin, humorista y guionista canadiense de género no binario, creó y protagonizó esta comedia dramática basada en su propia vida. A través de su relación con otra mujer explora la identidad sexual y de género, la adicción y el trauma de forma atrevida, directa y divertida. La Mae de la ficción no entiende por qué una mujer como George (Charlotte Ritchie) se ha enamorado de ella y lucha por salir del bucle autodestructivo que es su vida. La salud mental y la autoaceptación están en el centro de esta dramedia con más de drama que de comedia y con mucho cariño hacia sus personajes. Tiene dos temporadas de capítulos de media hora y es una buena compañía para las noches de verano.

Doctor en Alaska (Filmin). Pasar el verano en Cicely siempre es una gran opción. Un pintoresco pueblo pequeño, fresquito (en Alaska), donde todos los vecinos se conocen y cada uno tiene sus propias excentricidades. Es difícil que alguien no conozca el punto de partida de esta serie, todo un clásico de la televisión que se emitió entre 1990 y 1995: el doctor Joel Fleischman, un neoyorquino recién licenciado, es destinado en un remoto pueblo de Alaska. La historia sigue su adaptación al entorno y al resto de habitantes. Allí están Maggie, una feminista piloto de aviones; Chris con su emisora de radio K-Oso; el cinéfilo Ed de ascendencia india; la enfermera Marilyn Whirlwind; el exastronauta Maurice o el alcalde Hollig. En sus tramas, abundan las situaciones surrealistas, como aquel en el que buscan la vaca perfecta para lanzar en catapulta o aquel en el que Maurice está decidido a batirse en duelo con un ruso por culpa de una partida de cartas con un sorprendente giro final.
No me gusta conducir (HBO Max). Pablo es un profesor universitario de 45 años que tiene que sacarse el carné de conducir. Aunque no tiene problemas con el examen teórico, el práctico será otra cosa. Para más inri, coincide en la autoescuela con una de sus alumnas. Y encima, el profesor que les toca es el entregado y bromista Lorenzo, que llega cargado con un arsenal de muletillas del tipo “echa el freno, Madaleno” o “no te pongas nervosio”. Además de lecciones de conducción, la experiencia le dará lecciones de vida. Todos los actores están muy bien, pero ojo a David Lorente, que lleva a su profesor de autoescuela a otra dimensión.
Héctor Llanos Martínez
El fin del amor (Amazon Prime Video). El ensayo de una filósofa de la cultura popular, Tamara Tenenbaum, reconvertido en serie de televisión. Esta ficción argentina creada por la propia autora está protagonizada por una megaestrella como Lali Espósito. Si en su primera temporada contaba la historia de una joven que en la adolescencia huyó de las estrictas normas del judaísmo ortodoxo para abrazar el mundo laico, en su segunda tanda de episodios se centra mucho más en el desarrollo de sus personajes. Es una buena serie de verano porque es una forma de viajar a un Buenos Aires hiperestilizado, underground y creativo que no olvida la difícil situación económica que está viviendo el país.
Grantchester (Filmin). Nueve temporadas, de momento, de seis capítulos cada una dan para un buen maratón veraniego. Esta serie británica sobre un detective ateo y el vicario anglicano del pueblo que resuelven juntos asesinatos en la zona cercana a Cambridge en los años cincuenta reconvierte el misterio del whodunit en televisión amable. Grantchester compagina con cierto virtuosismo las tramas verticales, las que se resuelven en un solo episodio con personajes esporádicos, con las horizontales, aquellas que se alargan durante toda la temporada y que permiten dibujar mejor a los protagonistas y secundarios de la serie.

Colegio Abbott (Disney+). Siguiendo el espíritu de una sitcom de culto como es Parks and Recreation, Colegio Abbott reúne a un heterodoxo grupo de funcionarios, en este caso profesores de un instituto público de Filadelfia, para crear humor en torno a la vocación, al compañerismo y a lo mal que está montado el llamado primer mundo. Aun empleando el socorrido recurso del mockumentary (falso documental, como también hace Modern Family) la serie logra reinventar algunos de los códigos del humor televisivo.
Traitors (HBO Max y Atresplayer Premium). La ventaja de ver Traitors una vez acabada su emisión lineal, a través de la plataforma de contenido a la carta Atresplayer Premium, es que puedes verlo casi de una tacada y no sufrir la espera de los muchos cliffhangers que dejan sus tramas tan en alto. La gran apuesta de Antena 3 para esta temporada, que supone el regreso de la cadena al género del reality, es un formato de éxito en medio mundo. Un grupo de concursantes, divididos entre fieles y traidores, compiten en un lugar aislado y algo tenebroso como un castillo o un monasterio. El objetivo de los fieles es identificar y eliminar a los traidores, mientras que los traidores deben ocultar su identidad y asesinar cada noche a uno de los fieles sin ser descubiertos. Si la selección de concursantes es buena, la lucha psicológica resulta apasionante. HBO Max tiene en su catálogo una edición anterior, protagonizada por rostros conocidos.
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