China reitera que luchará “hasta el final” en la guerra comercial con Estados Unidos

China ha desempolvado al completo el libreto de la guerra comercial con Estados Unidos: una mezcla de medidas contundentes teledirigidas contra diversos sectores y una colección de frases lapidarias pronunciadas por sus portavoces. “Si hay conflicto, lucharemos hasta el final”, ha dicho este martes con tono belicoso un representante del Ministerio de Comercio. “Si hay diálogo, la puerta está abierta”, ha subrayado. Sus palabras son una respuesta a las nuevas tasas portuarias que cobra desde este martes Estados Unidos a los buques chinos tras una investigación de los sectores marítimo, logístico y naval del gigante asiático.
En represalia, China ha comenzado a cobrar, también desde este martes, nuevas tasas a los buques estadounidenses. Y ha anunciado, además, que activa la ley antisanciones extranjeras contra cinco filiales vinculadas a Estados Unidos de Hanwha Ocean, una empresa surcoreana líder en la construcción naval, en un nuevo zarpazo que amenaza con devolver la guerra comercial a los momentos más crudos de la contienda en abril de este año.
Las autoridades de Pekín consideran que las cinco filiales de Hanwha “han asistido y apoyado las investigaciones del Gobierno estadounidense, poniendo en peligro la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo [de China]“, asegura una nota difundida por el Ministerio de Comercio. Su inclusión en la lista de compañías sancionadas implica que las organizaciones e individuos dentro del territorio chino tendrán prohibido “realizar cualquier transacción, cooperación o actividad relacionada con estas entidades”. El Gobierno chino también ha iniciado una investigación contra estas empresas. Las acciones de Hanwha han caído más del 5%.
“Las medidas estadounidenses son típicamente unilaterales y proteccionistas, y violan gravemente las normas de la OMC y el principio de igualdad y reciprocidad consagrado en el Acuerdo de Transporte Marítimo entre China y Estados Unidos”, ha señalado el citado portavoz chino de Comercio. Pekín alega que Estados Unidos no ha cumplido con la entente cordial alcanzada tras varias rondas negociadoras, que parecían haber rebajado la tensión desde mayo, y ha instado a Washington “a corregir sus errores” y “a resolver los asuntos de interés mutuo mediante el diálogo y la consulta en igualdad de condiciones”.
Hanwha, la empresa surcoreana afectada, forma parte de los planes estadounidenses para revitalizar su sector de construcción naval en cooperación con Corea del Sur. Este fue uno de los puntos clave del acuerdo sobre aranceles entre Washington y Seúl, e incluye la construcción de nuevos astilleros en Estados Unidos, la formación de personal para la construcción naval y el mantenimiento de buques de la Armada estadounidense, según Reuters. Hanwha adquirió el año pasado a través de filiales el astillero Philly Shipyard, con sede en Pensilvania, por 100 millones de dólares (unos 86 millones de euros). Hanwha Philly Shipyard Inc es precisamente una de las empresas ahora sancionadas por China.
Los cruces de sablazos entre la primera y la segunda economía del planeta continúan así después de que la semana pasada las relaciones descarrilaran con el anuncio de Pekín de que impondrá nuevas restricciones a las exportaciones de tierras raras y de algunos componentes de las baterías de litio. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó en respuesta con aprobar a partir del 1 de noviembre aranceles adicionales del 100% sobre la República Popular y con cancelar el encuentro previsto a finales de mes en Corea del Sur con su homólogo chino, Xi Jinping.
Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense y muñidor de las treguas comerciales pactadas con China, ha dado a entender el lunes que los puentes con la República Popular no han volado por los aires, pero que la situación es grave. “Esto es China contra el resto del mundo”, ha dicho en una entrevista en la cadena Fox, al ser interrogado por el nuevo mecanismo de control de exportaciones de tierras raras. “No sabemos por qué los chinos han decidido hacerlo ahora”. También ha indicado que ha habido “comunicación sustantiva” con Pekín durante el fin de semana y que, en cualquier caso, los nuevos gravámenes anunciados por Trump no entran en vigor hasta el 1 de noviembre, justo después del encuentro entre ambos presidentes previsto a finales de octubre. “Creo que la reunión seguirá adelante”.
Bessent ha asegurado que habrá encuentros entre delegaciones de ambos países durante las reuniones anuales del FMI y del Banco Mundial que tienen lugar esta semana en Washington y se ha mostrado “optimista” sobre una desescalada, aunque ha subrayado que Estados Unidos también está lista para responder con represalias agresivas si fuera necesario. “Todo está sobre la mesa”.