‘La FEF buscaría atajos, en nueva Ley del Deporte, que le aseguren reelecciones indefinidas’, advierte César Pólit Icaza

‘La FEF buscaría atajos, en nueva Ley del Deporte, que le aseguren reelecciones indefinidas’, advierte César Pólit Icaza

En el 2026 terminará para Francisco Egas su segundo periodo presidencial en la Federación Ecuatoriana de Fútbol, tras ser reelegido el 2 de noviembre del 2022. La vigente Ley del Deporte, Educación Física y Recreación le impide al capitalino postularse para una reelección inmediata.

El artículo 151 de la Ley dice esto: “Los periodos para los cuales los directivos fueren electos para dirigir sus organizaciones deportivas serán entre uno y hasta cuatro años de acuerdo a sus estatutos y podrán optar por la reelección inmediata por una sola vez. Para una nueva postulación al mismo cargo deberá transcurrir mínimo un periodo, y bajo ninguna figura podrá integrar ningún cargo directivo en el organismo sin que haya transcurrido al menos un periodo desde la finalización de su cargo”.

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Expresidente de federación

No obstante, César Pólit Icaza cree que el actual directorio de la FEF podría “buscar atajos” para que se “elimine la restricción de reelegirse indefinidamente”, de aprobarse la nueva disposición legal.

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Pólit, licenciado guayaquileño, es uno de los directivos nacionales de mayor versación en temas de normatividad deportiva. Durante muchos años se desempeñó como presidente de la Asociación Provincial de Voleibol, de la federación ecuatoriana de esa disciplina; fue miembro del Comité Olímpico Ecuatoriano, secretario nacional del Deporte (1996) y además integrante de la Confederación Sudamericana de Voleibol.

‘Tener cuidado’

En el anterior periodo legislativo (2021-2023), Pólit fue invitado por la Comisión del Derecho a la Salud y el Deporte para “colaborar estrechamente en el proyecto de una nueva Ley del Deporte”, que se presentó en octubre del 2021 en la Asamblea Nacional”. Pero “ahora hay que ver cómo sale el proyecto del estancamiento para cambiar la ley que tenemos, que es la del correísmo”, explica en una charla con EL UNIVERSO.

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Pólit, autor del libro Estado y deporte: amigos y enemigos íntimos (2018), hace hincapié en la necesidad de “tener cuidado, porque la intención es aprobar una ley orgánica que puede transformarse en una camisa de fuerza si se admiten cosas incorrectas”. Una vez que en la Asamblea se ha retomado el tema de la nueva Ley del Deporte, el especialista comentó que el texto recogió “aportes surgidos de mesas de trabajo, sugerencias de dirigentes de federaciones provinciales y de las ecuatorianas, y también de personas independientes, como Jefferson Pérez”.

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César Pólit Icaza, autor del libro "Estado y deporte: amigos y enemigos íntimos". Foto: Archivo

Entre las “cosas incorrectas” de las que usted ha sido informado, ¿estaría un presunto interés de hacer modificaciones a ciertos artículos que le convendrían a la FEF?

Yo no creo que a la FEF le interese mayormente, como un gran proyecto, la Ley del Deporte. Ellos irían por el atajo de conseguir la aprobación de cambios en uno o dos artículos que digan, por ejemplo, que el fútbol profesional elegirá a su directorio de conformidad con los estatutos de la Conmebol, o de la FIFA, para así no limitar los mandatos y las reelecciones. Es muy fácil decir “La Selección es de todos”, o “Todos somos la Selección”, para que de esa manera sea más simple conseguir una reforma que aparentemente no lesiona a nadie, pero que beneficiaría exclusivamente a un deporte o una federación.

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¿Se podría hablar de un supuesto afán de reelección en la FEF, a través de agregados a una nueva Ley del Deporte?

Claro. Las eventuales modificaciones serían la forma de asegurar las reelecciones sin ningún tipo de restricciones. El problema de fondo sería que, de darse la aplicación de este criterio, se vulneraría la Constitución de la República, porque por principio todos somos iguales ante las leyes de Ecuador. En el momento en que una federación se rigiera por lo que dicen sus estatutos o por lo que establecen los organismos internacionales a los que está afiliada -en menoscabo de la normativa nacional-, se vulneraría la Constitución y el derecho de las demás federaciones ecuatorianas por deporte a tener un tratamiento similar.

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¿Sería válido que la FEF justifique, en el caso de que pretenda tener un trato preferencial en la nueva Ley del Deporte, que está encargada del fútbol profesional? También es responsable del amateur.

Ese es un error de concepto que se repite desde hace mucho tiempo. Se ha hecho creer que la FEF es la expresión única del fútbol profesional; no es así. Esta federación tiene dos congresos: uno del balompié aficionado y otro del profesional. Sesionan por separado, pero ambas ramas tienen representación en el directorio de Ecuafútbol. No se puede argumentar que la FEF se rige únicamente por la normativa del deporte profesional. No pueden decir: “Somos profesionales para estos efectos, pero estos propósitos no”. Toda ley debe tener carácter general; si no, obviamente no es ley. Sería simplemente una prebenda para favorecer a una persona o a un interés.

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¿Quién promovería esta presunta intención de modificar artículos que, de aprobarse, no limitarían las reelecciones en la FEF?

Debemos asumir que, directa o indirectamente, las personas que están actualmente en la FEF podrían ser las gestoras de ese supuesto propósito de modificar artículos. Obviamente, ellos tendrían un interés de permanecer en sus cargos vía reelección. No creo que sea una persona ajena a esa federación la que promueva la posibilidad de reelección indefinida. Suena lógico que los dirigentes actuales de la FEF puedan ser los más interesados en que se elimine la restricción de reelegirse indefinidamente. Si en la Asamblea Nacional se consigue aquello, otra vez en Ecuador el fútbol hará una abstracción de la normativa jurídica del país en beneficio de su único y propio interés.

En el 2005, mediante el cambio en un artículo de la Ley del Deporte, aprobado en el Congreso Nacional, se permitió que la FEF presidida por Luis Chiriboga no le rindiera cuentas a nadie.

Aquello significó un precedente nefasto. Se vulneraron los criterios de legalidad y constitucionalidad para favorecer, en desmedro del derecho de las demás federaciones ecuatorianas por deporte, a un interés o a una situación coyuntural. En Ecuador el fútbol no es el único deporte que se maneja bajo el régimen profesional. También lo hacen, entre otros, el básquet, el tenis... El boxeo tiene un nivel de organización para su rama profesional. Cuando se encasilla al fútbol como el único deporte profesional, hay un error o una opinión sesgada. Así se genera una distorsión en la forma de mirar a la FEF para evitar tomar en cuenta, con un mismo criterio, al resto de federaciones.

Otra cosa que generalmente esgrime es que la normativa de la Federación es casi intocable. Sale la muletilla de la que la FIFA no acepta tal cosa u otra. Ese mito se vino abajo a raíz del escándalo de corrupción del FIFAgate. La justicia de Estados Unidos —también la de Europa— intervino, persiguió y sancionó a los responsables de los delitos. Incluso, en Paraguay, a la sede que la Conmebol llamaba “diplomática e invulnerable” le levantaron todo aquello y se acabó ese cuento de que no se los podía tocar. Siempre he defendido y defenderé la autonomía de los organismos deportivos. Lo que no puede ocurrir es que a nombre de la autonomía se pretendan buscar beneficios a favor de uno o de otros.

¿Por qué sería bueno aprobar una nueva Ley del Deporte?

Porque la ley que está vigente desde los tiempos de la “revolución ciudadana” fue dictada para favorecer procesos de intervención, menoscabar la autonomía de los organismos deportivos, para tomarse a la fuerza 42 federaciones ecuatorianas por deporte y, por ende, al Comité Olímpico Ecuatoriano. Con esa ley se debilitó la institucionalidad deportiva del país; el sistema de elecciones favoreció la creación de clubes de papel, y la falta de condiciones de elegibilidad en la dirigencia permitió que cualquiera pueda llegar a cargos importantes en las federaciones.

Con la ley vigente hemos tenido problemas en la falta de apoyo a los deportistas; se eliminaron buena parte de los beneficios económicos o becas que se daban. Tenemos una estructura endeble y poco articulada en el sistema deportivo nacional; agonizan el deporte estudiantil y el universitario. Así no se avanza. Dependemos del ahínco, sacrificio e inspiración de nuestros deportistas consagrados. Hay que reconocer que, aunque hay federaciones que hacen muy bien su trabajo, mucho es el mérito, y quizás mayor, de los deportistas que hacen esfuerzo para obtener lauros.

¿No se ha aprobado el proyecto de nueva la Ley del Deporte porque no les importa a los asambleístas o existe otra razón?

Hay situaciones políticas de difícil manejo. Cuando Virgilio Saquicela fue reelegido presidente de la Asamblea (14 de mayo del 2023) hubo, en teoría, el compromiso de apoyar el trabajo de la Comisión del Derecho a la Salud y el Deporte, y se plasmó un borrador para segundo debate. Ese borrador debía ser aprobado en el interior de la comisión mencionada y, tras ser socializado por los asambleístas, pasar a votación. Faltó el recorrido final, que era sacar el informe definitivo, pero la aplicación de la muerte cruzada frenó el avance. Todo quedó en un informe para el segundo debate. El documento sirve de referencia; es bastante bueno, pero quedan por hacer algunas mejoras y alcances, porque hay temas muy complejos. Además, hay que cuidarse, porque la intención es aprobar una ley orgánica que puede transformarse en una camisa de fuerza si se aprueban cosas incorrectas.

Pero ahora que las comisiones han retomado el tema, el documento que se elaboró sirvió de matriz para hacer mejoras al texto. Mi intención es, listas las observaciones finales, ver cómo se sale del estancamiento. Las cosas dependen del trámite interno, de la Comisión de Salud y Deporte, pero el afán es el mismo: que en el corto plazo haya la voluntad política de darle al país una nueva Ley del Deporte y cambiar la que tenemos. (D)