Las muertes de Junior Roldán (JR) y Freddy Anchundia traspasaron fronteras y dudas

Las muertes de Junior Roldán (JR) y Freddy Anchundia traspasaron fronteras y dudas

EL UNIVERSO y ocho medios ecuatorianos formaron una alianza para difundir la investigación periodístca Narcos: muertes sospechosas, de la plataforma Connectas. Ponemos el contenido para libre acceso de nuestros usuarios.

Procesado por asesinato y evasión. Señalado como autor intelectual de dos de las grandes masacres carcelarias. Es Freddy Marcelo Anchundia Loor, cabecilla de la banda narcocriminal R7. Fue detenido en Manabí en 2016, pero cumplió cárcel en Turi, en Cuenca, hasta que, en 2022, luego de una matanza en esa prisión, fue enviado a la cárcel de máxima seguridad conocida como La Roca.

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El 8 de noviembre de 2023, el SNAI anunció en su cuenta de X que Anchundia había muerto dentro de una cárcel de Guayaquil. Pero en el certificado de defunción de Anchundia, emitido por el Registro Civil de Ecuador, indica que Anchundia murió ese 8 de noviembre en Puerta Máquina, Antioquia, Colombia, por un presunto ahorcamiento.

Entonces, ¿en dónde murió Freddy Anchundia? Ni el SNAI, ni la Policía, ni la ministra del Interior, Mónica Palencia, han respondido a los requerimientos de información sobre estas inconsistencias asentadas en el Registro Civil de Ecuador.

Freddy Marcelo Anchundia Loor murió el 8 de noviembre de 2023 en una cárcel de Guayaquil, según el SNAI. En Colombia, la investigación de su asesinato está en reserva. Autor: Connectas.

La Policía de Colombia aporta luz sobre este tema, pues confirmó que la investigación por el presunto homicidio de Freddy Marcelo Anchundia Loor está activa en ese país, aunque la información cuenta con reserva legal.

La de Anchundia no es la primera muerte de un narcotraficante ecuatoriano que se investiga en el vecino país. El cabecilla de Los Águilas, Junior Alexander Roldán Paredes, llegó a controlar prisiones en Guayas, Sucumbíos y Loja. Enfrentó dos condenas por asesinato y estuvo preso desde 2009. El 14 de febrero de 2023 salió de la cárcel de Guayaquil después de que obtuviera una calificación de parte del SNAI de “buena conducta” e hizo un despliegue de su seguridad privada en un enfrentamiento con policías.

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Un mes después, sufrió un atentado en El Triunfo, su bastión, y se quitó el grillete electrónico. Hasta que, en mayo de 2023, el excomandante de la Policía ecuatoriana, Fausto Salinas, dijo que supo de la muerte de Roldán Paredes porque su par colombiano le informó que lo habían identificado. La Unidad de Análisis Financiero de la Fiscalía ecuatoriana ha hecho público que Roldán Paredes dejó a sus testaferros una fortuna de 18 millones de dólares.

El Gobierno ecuatoriano anunció el 8 de mayo de 2023 que Junior Roldán había muerto en Colombia. En septiembre su cadáver fue robado y las pericias determinaron que sus restos cremados llegaron a Ecuador. Autor: Connectas.

El entonces ministro del Interior, Juan Zapata, anunció el 8 de mayo que alias Junior había sido asesinado por un familiar de su pareja, durante una fiesta en una finca en Antioquia, Colombia. El anuncio ocurrió una semana antes de que las autoridades colombianas oficializaran su muerte. En respuesta a un requerimiento de esta investigación, la Fiscalía de Colombia indicó que “el 15 de mayo de 2023 se remitió el aviso consular a Ecuador y se aportó el acta de entrega del cuerpo”.

Fue sepultado en el cementerio de Envigado, Colombia, el 18 de mayo de 2023 y el 12 de septiembre de ese mismo año se conoció que sus restos fueron robados. Supuestos familiares de Junior Roldán intentaron exhumar el cuerpo con documentos forjados y, ante la negativa del encargado del cementerio, se lo llevaron por la fuerza y cremaron los restos. La investigación del lado colombiano concluyó que las cenizas llegaron a Ecuador, según el exsecretario de Seguridad de Envigado, Rafael Betancourt.

Zapata explicó para este trabajo periodístico que mandaron a Colombia fichas con huellas dactilares para que se haga el cotejamiento con las del cadáver hallado en Fredonia. Y reveló que no enviaron investigadores ecuatorianos a certificar la muerte de Roldán ni pidieron el traslado del cuerpo hacia Quito, porque no podían desconfiar de las pericias colombianas.

“Ya una vez que fallece la persona, obviamente esos pormenores ni la Policía ni el Ministerio los conocíamos. Nosotros llegamos hasta el punto de oficializar que era la persona. ¿Podemos desconfiar de las pericias de la policía colombiana?”.

Medicina Legal de Colombia no respondió a las solicitudes de entrevista ni a los requerimientos de información hechos para esta investigación.

La Policía de Colombia respondió para este reportaje que el proceso investigativo por el presunto asesinato de Junior Roldán está activo, en etapa de juzgamiento y que las diligencias se encuentran en el despacho de la Fiscalía 76 del municipio de Fredonia, en Antioquia, mientras en diversos medios circulan alusiones a que sigue vivo en El Triunfo, Guayas, y que no se ha nombrado un sucesor en su banda. Exfuncionarios cuyo nombre se mantiene en reserva han reportado que, incluso, ha sido detenido en controles de tránsito en la provincia.

La comandancia de Policía ecuatoriana y la actual ministra del Interior no respondieron a los requerimientos de información enviados por los autores de esta investigación sobre si están buscando a otros “muertos”. La Dirección de Asuntos Internacionales de la Fiscalía de Colombia respondió que no ha recibido notificación alguna para indagar acerca de la muerte de criminales ecuatorianos en específico.

También se requirió la versión de los abogados defensores de los criminales cuyas desapariciones han dejado dudas, y que no han pedido extinción ni archivo de las causas en su contra, pero hasta el cierre de este reportaje no contestaron a los pedidos de declaraciones.

Las grietas en tres instituciones del Estado ecuatoriano: el servicio de prisiones, la identificación de cadáveres y los procedimientos del Registro Civil se suman a la infiltración de la corrupción y alimentan la leyenda de los narcos que operan con impunidad en las sombras. (I)