Polo Baquerizo quiso ser sacerdote y también abogado: entérese de por qué rompió en llanto en plena entrevista con EL UNIVERSO

Polo Baquerizo quiso ser sacerdote y también abogado: entérese de por qué rompió en llanto en plena entrevista con EL UNIVERSO

Nota de la Redacción: Reproducimos el pódcast ‘Entre dos’, de EL UNIVERSO, con Polo Baquerizo, ‘el eterno perdedor’, para quienes prefieren leer. También puede verlo en nuestra cuenta de YouTube.


Polo (Leopoldo) Baquerizo pasa de la risa a las lágrimas sin restringir sus emociones. El comunicador que por más de 40 años presentó Haga negocio conmigo, un programa concurso que se inició en los años 70, estuvo en el pódcast Entre dos de EL UNIVERSO, donde habló de sus inicios, de su interés por convertirse en sacerdote y en abogado hasta que descubrió en la comunicación su mayor vocación.

Es un hombre católico, gran admirador del papa Juan Pablo II, bromista, sensible y amante de su familia. El juicio a TC Televisión en busca del reconocimiento de su jubilación le provoca una mezcla de emociones: dice que es un proceso obligado que no habría deseado jamás; que buscó un acuerdo, una mediación, pero todo fue rechazado. Con 69 años, lamenta la situación y confiesa una discapacidad del 59 %. El 5 de octubre pasado salió oficialmente del canal.

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Cuéntenos cómo se ha adaptado a su nueva vida, a estar fuera del canal, no solo de la pantalla, porque ya el programa tenía varios años fuera del aire y además ahora se lo ve cada vez con más frecuencia en redes sociales...

Mis primeros pininos, porque para esto, mañana, posiblemente va a ir un señor a indicarme más o menos qué hacer, porque no es mi fuerte.

Y tampoco para las nuevas generaciones Polo Baquerizo es el fuerte; pero, sin embargo, lo siguen reconociendo, ha tenido una muy buena aceptación en TikTok.

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Sí, en TikTok, en Instagram. Hay Facebook, pero TikTok se mueve cualquier cantidad y ahí me dicen cosas preciosas. Hay una tarjeta de crédito que dice “Eso no tiene precio”; tendría que aplicarlo aquí: el cariño de la gente no tiene precio, como el pasodoble, “El cariño ni se compra ni se vende”, el cariño verdadero, y para mí es un privilegio. Lo mío fue la comunicación social, a pesar de que no era la línea de lo que yo iba a seguir en el camino de mi vida. Primero mi idea era hacerme sacerdote; pero, como fui muy amante de la música, escuchaba todas las radios; era AM en esa época, era amplitud modulada.

¿Cuándo quiso ser sacerdote?

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Vea, yo me levantaba todos los días a la iglesia San José. Yo vivía en el centro.

Polo Baquerizo saca del baúl de los recuerdos el especial de las madres

¿Qué edad tenía?

Yo estaba en primaria y me levantaba, caminaba. Eran como... como cuatro o cinco cuadras, a la misa de cinco a seis. Me salía y pasaba a ver a Narcisa de Jesús, que estaba ahí al ladito, donde está... estaba el colegio 20 de Abril o algo así, de los jesuitas. Ahí la tenían a la Narcisita de Jesús Martillo Morán hasta que décadas después la llevaron a Nobol y, bueno... Pero ya en el proceso me gustaban las leyes. Yo soy leguleyo en montones de cosas e inclusive yo hablé con mi tío Jorge Zavala Baquerizo, que en paz descanse: “Bueno, tío, voy a estudiar leyes, así que quiero que me dé cabida (en su estudio)”. “Bueno, mijito” (imposta la voz). El Ronco le dicen a mi tío. Bueno, total es que comencé a estudiar leyes y, estando estudiando leyes, la primera hora, no importa el día, no fue el profesor. Entonces me bajé y Leyes estaba al lado de la Facultad de Filosofía en la estatal, y había un callejón ahí, y me fui por ese callejón hacia la parte de atrás y vi una puerta abierta ahí; era un aula. Entonces, entré. Estaba un señor de pelo cano; le dije si me da permiso y me dijo que sí. Me quedé, terminó la clase y fui a conversar con él. Me identifiqué. Le dije: “Disculpe, ¿qué es esto? —era escuela en esa época—. “Ciencias de la Información”. “¿Periodismo?”. “Sí”. Yo nunca supe que existía esa carrera.

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Entonces, decidió dejar Derecho, olvidarse de que quería ser sacerdote, abogado, y entró acá.

Claro, hablo con él, pero ya no había matrícula, ya habían comenzado las clases y todo. Pero qué cara me habrá visto, qué le habré dicho, que me dice: “Haga una cosa: vaya mañana, nueve de la mañana, a la Facultad de Filosofía y pregunte por el director”. Ahí estuve: “Por favor, el director”. “¿Quién lo busca?”. “Leopoldo Baquerizo”. “Pase, por favor”. Había sido él mismo (ríe), el licenciado Jorge Dueñas Cartagena, linda gente, linda persona; lo recuerdo con mucho cariño. Y comencé a estudiar Comunicación Social, luego se llamó Ciencias de la Comunicación y luego Facultad de Comunicación.

Polo, ¿cómo empieza en Haga negocio conmigo, porque no fue usted el primer animador?

En Haga negocio hacía la locución en off. Al quinto programa me llamaron: “Polo, queremos hablar contigo”, más o menos cinco de la tarde, y me dicen: “Prepárate, que tú vas a animar hoy día el programa”. “¿Qué cosa? No, están locos ustedes, perdóname. Fernando es amigo mío, nos conocemos de años”. “No, él no va a ir”. Bueno, para hacer un resumen, era una coanimación que había ahí: Fernando Franco con Lucy Suárez, y la cosa es que estuve como hasta las siete de la noche. “Bueno, si no vas tú, entonces lo sacamos”. Me pusieron entre la espada y la pared. Entonces, arranqué y estuvimos coanimando Lucy Suárez y yo.

¿Cuánto tiempo?

Solo dos programas estuvo ella conmigo y después ella renunció.

Haga negocio conmigo fue uno de los programas más populares a finales de los 70, 80, 90, y estuvo hasta principios de...

Duramos hasta el 2016, 47 años.

Para los que no tienen claro lo que era y por qué duró tanto tiempo Haga negocio conmigo, ¿nos puede resumir de qué iba el programa?

Fácil, la línea comenzó un poquito rígida, no sé. Los animadores de esa época eran muy buenos, ya con vasta experiencia, pero nada es eterno. “Señores y señoras” (decían), o sea, rígidos. Cuando llego yo, llego como era yo, pues. O sea, el de la escuela, el colegio, la universidad y de la esquina del barrio.

Y comencé a hacer cosas que los animadores no hacían. Cuando a mí me preguntaron cómo podría descifrar Haga negocio conmigo, dije: “El grupo de amigos de escuela, colegio, universidad o de la esquina del barrio, pero del lado de la pantalla”. Y eso es lo que hice yo, porque ese era yo.

Polo Baquerizo, sobre su salida de TC Televisión: ‘Yo todavía tengo capacidad para seguir trabajando, pero a mí me echaron al piso. En mi corazón me dejaron como rata vieja’

Y llevó además las frases que utilizaba en su vida cotidiana. De esas frases, ¿cuáles son las que más recuerda y cuáles nacieron en el programa?

Por ejemplo, cosas que yo hice en el programa son cosas que yo hacía en el barrio (piensa y sonríe).

Cuéntenos, cuéntenos...

Había el “Si algo te debo, con esto te pago”, o había el otro que era bandereando la pierna: “Todo para mí”. Yo soy el benjamín del barrio; todos me ganan de cuatro años para arriba, a excepción de uno o dos que me ganan con dos o tres años, pero es un abismo. Pero yo siempre tuve una buena relación con la gente mayor, y todavía, todavía soy exactamente igual. Entonces, “Polo, que crúzate”; me cruzaba las calles; eran doble vía, imagínese, en fechas como Navidad o Año Nuevo, el tráfico era terrible, peor en calle doble vía. Entonces, yo me cruzaba y todos los carros paraban de lado y lado hasta que este pobre individuo cruce la calle. Cuando llegaba a la vereda del frente, comenzaba a caminar normal. ¡Pobre mi madre, pobre mi madre! O sea, cosas de esa naturaleza. Pero eso yo lo tomé de una película del año 67, de la Superagente 006; no era película de sexo ni nada, sino... sino una agente, pero como era guapa, ojitos verdes... Entonces, dentro del desarrollo de la película había un conductor que está presentando artistas; era un show dentro de un teatro y el que tenía que entrar en ese momento no aparecía, y tuvo que quemar tiempo y comenzó a contar chistes, y uno de los chistes decía que eran tres amigos que cada uno tenía un complejo: el uno, el complejo del guinguiringongo, sube y baja, sube y baja; el otro, el de la ley del embudo, el “Todo para mí”, que bandera en la pierna; y el otro, el complejo de deuda, “Si algo te debo, con esto te pago”. ¿Por qué? Porque ahí va la billetera... Y cosas de esa naturaleza las llevé a Haga negocio.

Polo, ¿por qué deja de salir al aire Haga negocio conmigo? ¿Había perdido auspicios?

Bueno, no fue una decisión mía. El programa tenía para largo todavía. Era el único programa familiar que quedaba...

Había perdido auspicios, tal vez...

Nooo, ese es un tema que ya venía de algún tiempo porque, a ver, (en) Haga negocio el costo de producción era el más barato al lado de todos los demás; no solamente eso, sino que yo, para abaratarles más, en el tiempo que tenía para grabar un programa les grababa dos. Haga negocio era un programa que facturaba; si no, no les hubiera durado lo que duró, yendo con la corriente en contra. A mí me comenzaron a cortar las promociones. Por años fue los viernes, pero pasaron a todos los programas, programas concursos al sábado: Mariela, Mi recinto y el programa mío y todos los demás.

¿Se podría decir que fue una especie de hostigamiento?

Sí, por supuesto que sí, por supuesto que sí, pero qué le puedo decir. Yo al canal, y lo he dicho montones de veces, es piel. 47 años en medios no es un día.

¿Cómo se ha adaptado a la vida fuera del canal?

Todavía no me adapto. Tengo que seguir, tengo que seguir. Estoy esperando, porque estamos en el tema de...

¿De la jubilación?

Es que no es solo la jubilación; es todo, es todo. Algunos me preguntan, inclusive en las redes: “¿Pero cómo así recién?”. Bueno, es que la gente no tiene por qué saber que yo tengo años hablando del tema. Acuérdese de que antiguamente, y no solamente con la gente del canal y no solo hablo de los medios de comunicación, en montones de empresas no se firmaba contrato, todo era de palabra; pero un contrato verbal vale, vale exactamente lo que un contrato escrito. Entonces, van pasando los años y ya después me pongo a hablar y la única respuesta es que yo era una papa caliente. Ahora podrá decir cualquier cosa el canal. La víctima soy yo.

¿Cómo le pagaban?

Hasta el año 2000 y pico, no recuerdo, a uno le pagaban en ventanilla; ahí todos los empleados íbamos a ventanilla, enrolados y no enrolados, pero ya después a los no enrolados nos obligan a facturar. Pero se están olvidando de que los servicios prestados o profesionales es cuando usted contrata para algo específico, y que cuando es recurrente la ley es clarísima: pasa a ser relación de dependencia. Con eso sería suficiente. Tenemos con los abogados toda la documentación. Yo no quise demandar al canal.

Entonces, ¿cuál es el estatus en este momento?

Es que sí me gustaría dar el antecedente.

Claro, cuénteme...

Supuestamente nos íbamos a sentar el gerente, el anterior; ya no está: “¿Para qué abogados? Hablemos los dos y, si estamos de acuerdo, es mucho más rápido”. “Perfecto”, le dije. Yo hice un planteamiento; le pareció bien, razonable, además recontrafacilitador, superfacilitador para el canal. Yo por las consideraciones, el sentimiento; yo soy bien sentimental. Nos volvimos a reunir: “Dicen mis abogados que no”. Y yo: “¿Cómo que no? ¿Y qué abogados?, ¿no dijiste que nada de abogados?”. Bueno, ahí comenzó todo. ¡Ya qué! Ahí, de frente, me dijo: “Enjuicia, es la única forma”. “¡¿Yo enjuiciar al canal?! ¿Después de 47 años y medio voy a enjuiciar al canal? ¿Eso es lo que me pides? ¿Estás seguro?”. “Sí, sí”.

(Polo planteó): “¿Sabes qué?, hagamos una mediación, para eso existen las mediaciones”. Volvimos a reunirnos y dijo que no, que lo pueden glosar. Pero ¿por qué lo van a glosar? Primero, el canal es privado, siempre fue privado; es más, hay el dictamen del procurador de que es inapelable, que es privado. ¡¿Incautado?! No está incautado, ya tiene largo rato, por eso es que ya entramos ahí a la parte jurídica, que inclusive se da una cosa bien curiosa, porque se hizo la audiencia para el tema del juicio y la jueza se inhibe.

¿Con qué argumentos?

Porque el canal desde el comienzo impugnó todo lo que le habíamos presentado e impugnó también a la jueza, aduciendo que eso tenía que ir es a la presidencia de la corte, superior; y no hay razón porque, si hay una sentencia constitucional, eso prevalece sobre cualquier cosa. Y la sentencia constitucional, en palabras, la compañía alegó la incompetencia de la jueza porque dice que la compañía es una empresa incautada por la AGD, cosa que no es verdad, y que como empresa incautada el gerente tiene que ser juzgado por el presidente de la corte de la provincia del Guayas. Aquello no es así, porque existen dos sentencias constitucionales dentro de un proceso de acción de protección planteada por los señores Isaías, dentro del cual declararon la nulidad radical de esas resoluciones de incautación que aceptaron en el año de 2008. Al declararse la nulidad radical, el estatus de TC como empresa queda retrotegido o retrocedido antes de que se cometiera dicho acto; o sea, todo volvió al punto cero; o sea, todo fue nulo, de nulidad absoluta. Por lo tanto, la jueza sí es competente de forma absoluta, porque está planteado en contra de una empresa que en la actualidad no mantiene estatus de incautada.

El comunicador Polo Baquerizo afirma que jamás quiso iniciar un proceso judicial contra el canal donde laboró por más de 40 años; pero, aunque en un principio se planteó un acuerdo y luego una mediación, todo fue negado. Foto: Jorge Lozada

¿Cuánto puede tardar que usted tenga una respuesta judicial?

No lo sé, verdaderamente no lo sé, pero, pero... A ver, yo soy sereno, tranquilo; mi naturaleza ha sido llevarme bien con toda la gente, con mis compañeros, con todo el mundo, pero esto es una pelea dispareja; es decir, estoy peleando... No peleando: me obligaron a pelear, porque esto es una pelea por pedido de ellos contra un medio de comunicación que puede tener mucha más fuerza que una sola persona, pero yo tampoco me voy a quedar callado; o sea, si es de pelear...; o sea, tendré que hacerlo y, de hecho, lo estoy haciendo. Pero hay un tema jurídico ahí. Hay tres abogados que están conmigo, y estos abogados que a mí no me cobran un solo centavo porque yo no tengo plata para pagar tres abogados, imposible. Yo ahorita lo que tengo ahorrado es lo que me mantiene, pero eso no me va a durar: yo tengo 69 años y me despidieron siendo tercera edad y siendo discapacitado.

¿Qué discapacidad tiene?

59 % de discapacidad tengo yo.

¿Por qué motivo?

Yo no lo he dado a conocer (y prefiere la reserva). Eso me lo descubrieron a mí en el año 2021.

El audaz Polo Baquerizo sigue en TC Televisión, aunque se lo ve poco en pantalla, ahora es tiktoker

Y hoy en día, ¿de qué está viviendo Polo Baquerizo?, ¿solo de los ahorros?

Ahorita sí, pues. Pero no es tan fácil coger y decir... A mí me ven en otros medios como una identidad profunda, por tantos años en el canal. Dicen “Polo”, dicen “Canal 10″, “TC”, “Telecentro”, lo que sea. No es fácil que a uno lo vean, y adicionalmente hay algunos que me dicen: “Polo, sigue”. Claro que en las redes se puede hacer vía YouTube, pero yo quiero estar un poco más despejado mentalmente, o sea... (se seca las lágrimas).

¿Quiere pasar este trago?

Es amargo cuando usted ha entregado todo. Yo era animador; años me pasé produciendo, dirigiendo y animando el programa. Hice especiales de las abuelas que jamás cobré un solo centavo de grabaciones largas, larguísimas, ediciones, posproducciones, musicalización... Nada, yo lo hacía con cariño, porque yo he sido bien llevado. Me encanta la gente de la tercera edad, y fui muy llevado con mis abuelas, sobre todo la materna. Entonces, y hay algunas otras cosas.

Precisamente en esos programas especiales en los barrios a los que llegaba recibió muchas bendiciones de esas abuelas. ¿Hoy qué les diría a ellas?

¿Qué les diría? Lo que yo hacía en los especiales y en los programas normales cuando participaba gente de la tercera edad son filosofía de vida. Ahí está todo; la esencia de la vida está en ellas, aunque la gran mayoría no eran ni estudiadas, pero en una cosa tan simple... Yo recuerdo, de la primera vez que comencé a hacer esto, lo que puede significar una simple palabra o una simple expresión.

Diría yo... ¡Ay, Dios! (se le quiebra la voz). Una abuela me dijo: “Mijito, no tenemos ni el alpiste para comer”. Yo no me puedo librar de lo que yo soy. Cuando es de molestar, molestemos, de todo; pero cuando ya hablamos de cosas serias, a veces no me puedo controlar. Un día mi mami me dijo: “Mijito, yo sé que usted es sentimental, es sensible, todo, pero usted no puede estar (ríe)... no puede estar llorando en televisión a cada rato”. Pero qué hago...

La sensibilidad es parte de la vida de Polo.

Sí, sí, sí, sí.

Y eso también es sabiduría acumulada con los años y es entrega. ¿Qué mensaje daría a quienes lo siguieron por tantos años?

Vea, una hermana mía —bueno, me gana con dos años—, como todas las jóvenes de esa época, compraba esas novelitas de Corín Tellado, allá, década de los 60, parte de los 70. Ahí había un pensamiento, no decía de quién era, y ese yo lo usé desde que me inicié en radio cuando terminaba el turno, y que creo que eso encierra todo: “La vida es un largo camino lleno de frustraciones y angustias de las cuales solo el amor redime y purifica, porque para quien ama siempre habrá la luz y una esperanza”.