Putin no acudirá al encuentro en Estambul con Ucrania y envía a emisarios de segundo nivel

Putin no acudirá al encuentro en Estambul con Ucrania y envía a emisarios de segundo nivel

El presidente ruso, Vladímir Putin, no se sentará hoy frente a su homólogo ucranio, Volodímir Zelenski, en Estambul. Tres años después de su último encuentro bilateral, Rusia y Ucrania intentarán volver a estar cara a cara este jueves para sondear si pueden abrir negociaciones de paz. La representación rusa estará integrada por un equipo de segunda fila, el mismo que se encargó de las fallidas conversaciones de 2022, encabezada por el presidente de la unión de escritores de Rusia, Vladímir Medinski, según el listado hecho público por el Kremlin. Hasta última hora del miércoles no había estado claro quién formaría parte de la comitiva y Putin no había respondido al desafío de Zelenski, que le retó a encontrarse en persona en Turquía.

La comitiva del tercer país en discordia, Estados Unidos, llegará el viernes. Su presidente, Donald Trump, tampoco volará a Turquía, según confirmó a la agencia Reuters a última hora del miércoles un portavoz. El republicano, que se encuentra de gira por varios países de Oriente Próximo, había asegurado que si se producía el encuentro cara a cara entre Putin y Zelenski, él también se sentaría en la mesa de negociación en Estambul en una última parada antes de regresar a Washington. Tras conocerse el listado de asistentes del Kremlin, su Administración ha desechado la idea.

La reunión en Turquía se improvisó tras el arrebato de Vladímir Putin del pasado sábado, quien a horas intempestivas respondió a las exigencias occidentales de una tregua con una contraoferta: un encuentro en Estambul con Kiev este 15 de mayo “sin condiciones previas”. Su gran rival, el ucranio Volodímir Zelenski, aceptó la iniciativa y le desafió a verse personalmente, pero el líder ruso no había contestado en los cuatro días que han pasado desde entonces.

Finalmente Putin no acudirá al llamamiento de este jueves. Tampoco su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. Su delegación la liderará una figura de escaso peso político incluso en Rusia, Vladímir Medinski. Su única labor tras el fracaso de 2022 ha sido reescribir la historia en los libros de texto de los colegios para justificar la actual invasión de Ucrania.

El resto del equipo ruso es el mismo que en 2022, incluido el viceministro de Asuntos Exteriores Mijaíl Galuzin y el viceministro de Defensa Alexánder Fomin. La idea del Kremlin es retomar aquellas fracasadas negociaciones en su mismo punto.

Zelenski dejó claro que no se encontraría con nadie de la delegación rusa que no sea el presidente Putin. Hasta el último momento, todas las opciones han estado encima de la mesa y, de hecho, fuentes diplomáticas ucranias explicaron a este diario que parte del personal de la Embajada de Ucrania en la capital turca, Ankara, se había desplazado ya el lunes a Estambul para preparar una posible visita de su presidente. Este ha asegurado en la tarde del miércoles que su país está dispuesto a participar en “cualquier formato de negociación”.

No solo Occidente ha presionado al líder ruso, también sus socios de lo que denomina el mundo multipolar. El presidente brasileño, Lula da Silva, aterrizó este miércoles en la capital rusa con un mensaje para el Kremlin. “Cuando llegue a Moscú, intentaré hablar con Putin. No me cuesta nada decirle: ‘Oye, camarada Putin, ve a Estambul a conversar, ¡maldita sea!“, declaró el brasileño antes de partir de Pekín a casa vía Rusia. Finalmente, Lula no se ha reunido en Moscú con Putin.

Lo que está claro es que Zelenski sí viajará a Turquía, aunque lo hará a Ankara, donde se reunirá con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, quien tampoco se desplazará a Estambul a menos que lo hagan igualmente Putin y el presidente estadounidense, Donald Trump, que también se había ofrecido a acudir en caso de que las negociaciones fueran al más alto nivel.

Quién ejercerá de anfitrión para las delegaciones rusa y ucrania es otra incógnita, ya que el jefe de la diplomacia turca, Hakan Fidan, tiene prevista la asistencia este jueves a la reunión informal de ministros de Exteriores de la OTAN que se inició el miércoles en Antalya, en el sur de Turquía. Es posible que deba abandonar la reunión de la Alianza Atlántica a medias si progresan las conversaciones en Estambul.

En esta ciudad de la costa mediterránea de Turquía también se esperaba al secretario de Estado de EE UU, Marco Rubio, pero el martes Trump le encomendó viajar a Estambul, para encabezar el equipo negociador estadounidense, entre quienes también se encuentra el enviado para Oriente Próximo, Steve Witkoff. Ambos viajarán a la ciudad del Bósforo el viernes, 16 de mayo. Según la prensa estadounidense, en la comitiva estaría además el enviado especial para Rusia y Ucrania, Keith Kellogg, aunque no ha sido confirmado oficialmente.

Reinicio de las conversaciones de 2022

Putin instó este sábado a reiniciar las conversaciones fallidas de Estambul de marzo de 2022. En aquel momento, la ofensiva rusa sobre las dos mayores ciudades del país, Kiev y Járkov, había fracasado gracias a la resistencia ucrania, y Kiev y el mundo entero descubrían en la retirada rusa su masacre de civiles, como la de Bucha, donde decenas de vecinos habían sido ejecutados, algunos con las manos atadas.

Según el relato del dirigente ruso, Ucrania se retiró de las negociaciones, presionada por Occidente. Y las tropas de Moscú habían sido “recolocadas”, según dijo Putin, como “gesto de buena voluntad”. Pero la realidad distaba mucho de esta versión. Las columnas rusas corrían el riesgo de sufrir una debacle total y Ucrania, que hasta entonces había recibido una ayuda militar marginal de Occidente, liberó gran parte de su territorio ocupado en los meses siguientes. Además de la amenaza directa sobre su capital, Kiev, el ejército de Ucrania reconquistó parte de Jersón y Zaporiyia, provincias que Putin se anexionó sobre el papel de su Constitución en septiembre de 2022 y que aún reclama.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan (en el centro), da un discurso de bienvenida a las delegaciones rusa (izquierda) y ucraniana antes de sus conversaciones en Estambul, el 29 de marzo de 2022.

En estos tres años, Putin también ha justificado no reunirse con Zelenski por considerarlo un “presidente ilegítimo” por no celebrar elecciones en plena invasión de su país, situación que contempla la Constitución ucrania. Paradójicamente, este miércoles, la justicia del Kremlin condenó a cinco años de cárcel a Grigori Melkoniants, copresidente de Golos, organización que ha evidenciado el fraude electoral en Rusia desde hace décadas.

Turquía, pese a ser miembro de la Alianza desde 1952, no ha impuesto sanciones a Rusia (aunque cumple con parte de ellas para no verse afectada por las sanciones secundarias) y ha mantenido canales abiertos con Putin, con quien Erdogan tiene buena sintonía. De igual modo la tiene con Zelenski. Ankara ha suministrado armas a Ucrania, además de contribuir a la exportación de su grano al resto del mundo.

Equilibrios diplomáticos

Gracias a estos equilibrios diplomáticos, Turquía ha acogido dos rondas de negociaciones entre Ucrania y Rusia, ambas en marzo de 2022: una en Antalya, entre los ministros de Exteriores de ambos países y que concluyó sin apenas avances, y otra en Estambul, donde Ucrania ofreció su renuncia a ser miembro de la OTAN a cambio de garantías de seguridad, pero no se llegó a cerrar un acuerdo. Kiev y Moscú mantuvieron los contactos unas semanas más, pero solo por videoconferencia.

El diario The New York Times publicó en 2024 algunos documentos de aquellas conversaciones, borradores elaborados por las delegaciones negociadoras para un posible pacto que en ningún caso llegó a cristalizarse.

Según esta versión, en abril de 2022, ambas partes estaban de acuerdo en excluir el futuro de Crimea del posible acuerdo de paz. Ucrania no reconocería su anexión y esta cuestión sería abordada en el futuro. Además, Kiev ofreció al Kremlin no unirse nunca a la OTAN y aceptar la ocupación de parte de sus territorios, aunque no el reconocimiento de la soberanía rusa sobre ellos. Todo se vería más adelante.

Sin embargo, según los documentos filtrados por el periódico estadounidense, Moscú y Kiev seguían discrepando sobre la capacidad militar que mantendría Ucrania tras la guerra, las condiciones de su adhesión a la Unión Europea y las leyes sobre la cultura y lengua rusa en el país invadido.

La OTAN, Ucrania y Rusia, unidos por Turquía

Representantes de 32 países se dieron cita en Antalya con el objetivo de preparar la cumbre de líderes de Estados miembros de la Alianza Atlántica, que tendrá lugar a finales de junio en La Haya y avanzar en los debates sobre el aumento del gasto. La nueva Administración estadounidense presiona para que los países europeos incrementen su gasto en defensa y asuman más peso presupuestario dentro de la Alianza.

El pasado viernes, el primer ministro de Países Bajos, Dick Schoof, explicó que el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha pedido a los Estados miembros que en junio se acuerde un aumento progresivo del gasto en defensa hasta llegar al 5% del PIB en 2032. De este monto, pide que el 3,5% sea en gasto militar propiamente dicho y el 1,5% se pueda dedicar a ciberseguridad, infraestructura y otras partidas. Esto supone un aumento significativo respecto al actual objetivo de gasto del 2%, que muchos miembros ni siquiera alcanzan (en 2024 España dedicó el 1,24% de su PIB, si bien ha prometido incrementarlo hasta el 2% este año).