‘Supervivientes All-Stars’: Sin helicóptero y con polémica con los hondureños, pero con un Jorge Javier con ganas de ‘palapear’

No fue la gala de siempre, la que esperábamos. Esa que centra los focos en los saltos de los concursantes desde el helicóptero, tienen lugar las primeras pruebas y nominaciones y así durante cuatro horas, mientras quien conduce la gala sostiene el ritmo con sus comentarios. Esta vez hubo que reinventarlo todo y en directo —como apareció el reinventado y hecho a sí mismo Jorge Javier Vázquez—, porque justo el día del estreno de la segunda edición de Supervivientes All Stars en Telecinco, la comunidad garífuna de Honduras protestó ante las autoridades locales de Cayos Cochinos, y tocó improvisar.

“Hoy, atención, teníamos preparado un espectacular juego de barro y la temida noria infernal. Desgraciadamente, y por motivos completamente ajenos a nosotros, nos vemos obligados a alterar el programa que teníamos previsto. Debido a un problema de una de las comunidades autóctonas con las autoridades locales, nuestra playa de juegos se ha visto alterada", dijo Vázquez nada más arrancar la gala. “Por supuesto, respetamos su derecho a expresarse de la manera que consideren”, añadió. Aunque nada más arrancar la gala, de lo que hablaban las redes sociales era de su nuevo aspecto.

Por todo esto lo de ayer fue otra cosa. No hubo saltos, ni helicóptero, ni miedos, ni vértigos, ni dedicatorias con chaleco salvavidas. Todo sucedió en la palapa, donde quedó todo recogidito y hubo momentos de mesa camilla e íntimos de Sálvame. “Vamos a empezar a palapear porque hay muchas cosas pendientes entre vosotros”, advirtió el presentador. Aunque lo evidente fue la temperatura asfixiante de la isla. “Me va a dar un chungo”, “me ha pedido que le sople”, “uff”, “no te puedes imaginar”, “en mi vida había pasado tanto calor”, “¿estás mareado?”, se escuchaba en las conexiones. Caras y cuerpos brillantes por el sudor y gestos de extenuación.

¿Se hizo largo? Sí, para la que escribe, teniendo en cuenta que suele acostarse no mucho más allá de las once y cuarto. ¿Se sostuvo la gala? Claro que sí. Porque el equipo hizo un trabajo admirable con ese plan B con el que nadie contaba después de tantos Supervivientes.

Lo sostuvieron ellos dos, Jorge Javier Vázquez y Laura Madrueño, que proyectan química y ella es un público agradecidísimo con el de Badalona. Y porque él es un parque de atracciones que sabe cuándo toca ser prudente con aquellos con los que conecta regular, como Gloria Camila Ortega, y cuándo tocan los fuegos artificiales. Los vaciles con Marta Peñate y con concursantes como Sonia Monroy y su carrera cinematográfica en Hollywood, el supuesto romance de Miri Pérez-Cabrero con Felipe Juan Froilán —“¿a partir de ahora te tengo que llamar Alteza? ¿Tú sabes si Froilán es monárquico? ¿Va a ir a Honduras o va a mandar a la madre?”— el palo y la zanahoria con José Carlos Montoya (sí, Montoya el de la gambita, presente en plató y tan intenso como siempre) llamándole antiguo y para decirle un poquito después: “Qué bien hechas tienes las cejas”.

“Qué gracioso es Jorge, ¿verdad? Es que te da ánimo”, comentó Fani Carbajo (sí, esa a la que su exnovio Christopher llamó “¡Estefaníaaaaaaaaaaaaaaa!”) a sus compañeros. Por ahora, una de mis favoritas por varios motivos. Porque se ven venir sus ganas de barro desde Barbate, y eso anima cualquier grupo social. Porque con quien tiene hemeroteca chunga es con Adara Molinero, también presente en la isla y que brindó con sus compañeros “¡por los cuchillos!”, y eso nos garantiza contenido y quizá nuevas frases por apuntalar en nuestro cerebro. Porque dijo que ya no le sienta mal que muchos digamos, cuando se muere alguien, que “está de viaje”, que es lo que dijo su tía en uno de los virales más compartidos que recuerdo. Y porque cuando nominó por primera vez pidió unos segundos a Jorge para recordarle a su novio que tiene que llevar a la niña el día 10 a las seis de la tarde a que le pongan la vacuna del primer año. Bravo por ella, mujer total.

Los realities son siempre un reflejo de como somos. Esta vez, también. Hay mujeres que dicen cosas tremendas, como Gloria Camila desmereciendo a su compañero Iván González, con el que al parecer tiene un pasado, afirmando que “como hombre deja mucho que desear”. Hay gente que ya quiere pasar desapercibida y quizá sea quien se lleve el cheque. Hay momentos bochornosos para la mirada de 2025, como ese en el que hacen un ranking de quiénes son las mujeres más guapas de esta edición, y se llega a la conclusión de que es Miri, porque es “la más completa”. Luego hay hombres que lloran y les da vergüenza porque les parece signo de debilidad y otros que dicen que no, que los hombres de ahora sienten y no pasa nada por mostrar sus emociones.

Lo que hay son muchísimos tatuajes y depilación láser y una Sonia Monroy que ha viajado desde Hollywood a Honduras con un mono de peluche y que aprovechó los focos a su persona para pedir disculpas a sus “followers por no haber hecho la prueba”. En plató está para defenderla Yola Berrocal, que además de amiga, y a ratos enemiga, es su representante. La vacuna que necesito.