Entrevista a la periodista esmeraldeña Hellen Quiñónez: ‘Me gustaría entrevistar a la fiscal general del Estado, Diana Salazar’
Más de uno veía a la periodista esmeraldeña Hellen Quiñónez como la ganadora de MasterChef Celebrity Ecuador. Y es que muchos imaginaban a una mujer por primera vez con este título en la última edición del concurso de cocina de aficionados. La victoria finalmente recayó en la cantante guayaquileña Nikki Mackliff.
La reportera de comunidad y presentadora de noticias de Teleamazonas se había perfilado como una de las favoritas por su compañerismo (no se peleó con los otros participantes), por su coquetería (con su crush declarado, pero ya superado, por Danilo Carrera), por su orgullo por la tierrita verde (que siempre recordó con camisetas, pañuelos y trenzas).
Y, por supuesto, por su sazón que atravesó las pantallas, en especial cuando hizo ese contundente tapao “rearrecho” que hizo babear a medio Ecuador, incluso al chef colombiano y juez Jorge Rausch, que se quedó sin palabras cuando lo probó; él nunca había comido ese plato. Pero, a pesar de los halagos, a Hellen le falló la cocción de una de las tres proteínas de esta receta superstar de Esmeraldas.
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Un error similar le costó la salida de la contienda. Con un juego de pares o nones, su compañero Jalál DuBois la bajó del balcón donde ya se había ratificado en el top 10 del programa, y la mandó a cocinar cuando no le tocaba. Hellen terminó presentando una corvina a la plancha cruda por partes, y así su tiempo en las famosas hornillas se le terminó.
“Cociné con un poquito no solo de coraje, sino de tristeza. Fue sumamente fuerte, luego de haber celebrado”, recordó sobre su eliminación Hellen Quiñónez en una entrevista con este Diario, cuando salió al aire su salida. “En la cocina se refleja eso que tú estás sintiendo en ese momento, y yo estaba enojada y triste. Eso fue en lo que mi plato resultó”.
Hellen Quiñónez y su experiencia en MasterChef Celebrity Ecuador
¿Quedaste resentida con Jalal?
He tenido el tiempo suficiente para superarlo. Haberlo vivido nuevamente, cuando salió al aire, fue sufrir por segunda ocasión, pero no lo suficiente para decir que él me cae mal. Cuando terminó la grabación, él me pidió disculpas y le dije: “Así es la vida”. Pero, para mí, en la vida hay cosas que no pueden ser un juego ni la gente me puede decir: “Tómatelo en broma”. Siempre he sido muy exigente para mí y para la gente que me rodea.
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Te pasó lo mismo que a la concursante Alberta Vallarino, de la tercera temporada (fue eliminada después de haber subido al balcón como top 10).
Todo el mundo me relaciona con ella. Así es la vida. A veces Dios tiene sus formas de demostrarnos que hay que seguir siendo humildes, que será una próxima vez. Pudo haber sido un momento preciso para salir. Había días que me agobiaba ver tantas cosas en redes sociales. Soy muy cristiana y muy creyente. Dios me salvó de muchísimo.
Dijiste que soñabas con ganar la competencia. ¿Con qué plato te hubieras presentado a la final?
Si hubiera llegado a la final, le habría apostado a un plato todo esmeraldeño, con mucho coco, mucho marisco.
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¿Con quién tuviste más afinidad en la competencia?
Me llevé bien con todos; nunca tuve problema con alguien. El calor a veces de la situación te hace decir cosas o reaccionar mal, pero luego otra vez estábamos como niños. Me llevé muy bien y la quiero un montón a Macarena (Valarezo). Hicimos un grupito con Yilda (Banchón), Ceci (Cascante); también estaban Nachita (Ríos) y la tía Susi (Hidalgo).
¿Cómo evolucionó tu crush con Danilo Carrera?
(Risas). De Danilo puedo destacar que era superfresco... No éramos cercanos. Ahora conversamos, somos amigos.
¿Hay una persona con la que nunca volverías a trabajar?
Volvería a trabajar con todos. Lo que me gustó de esta experiencia es que todos vienen de situaciones muy complejas. Me movió mucho la historia de Anthony (Lencina); la escucho y me vuelvo a erizar.
¿Qué destacas como lo más importante de tu paso en MasterChef?
Haberme acercado más a la gente. Vengo haciendo televisión desde hace mucho tiempo, pero nunca había tenido tanto reconocimiento. Por ejemplo, en Guayaquil no me conocían, porque soy del noticiero de la comunidad de Quito y salgo en otras ciudades de la Sierra. Ahora adonde voy la gente me reconoce.
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Hellen Quiñónez y su orgullo esmeraldeño en televisión
¿De dónde salieron tus camisetas esmeraldeñas?
Tengo una amiga con la que siempre soñamos con participar en MasterChef. Es la Ale Boada. Soy muy criolla y a ella le gusta mi sazón. Desde que mi jefe me dijo que me iba a MasterChef, las dos éramos una sola persona viviendo este sueño. La Ale me dice: “Hay que hacerte unas camisetas, porque tú eres cultura y eso hay que resaltarlo”. No solo llevé camisetas, tenía diez, sino gorras, turbantes. Luego un día dije: “Me voy a hacer las trenzas, quiero verme lo más natural”, porque la gente está acostumbrada a verme con el cabello alisado.
Se notó mucho tu orgullo esmeraldeño en las pantallas.
Lo que cocinaba lo hice representando a toda una generación de gente que cocina mucho. La gastronomía de Esmeraldas no solo se trata de comer rico, sino que representa productos locales, platos ancestrales. A mí me lleva a mis raíces, porque me crie con mi abuela materna y ella nos enseñó a cocinar a los diez años, si no fue antes. Tengo una sobrina de 12 años y ella ya está cocinando y lo hace espectacular. Eso se contagia.
Como el tapao ‘rearrecho’...
Me ha pasado muchas facturas. Me han reclamado como no tienes idea, todo el mundo. Mis amigas que cocinan muy bien hasta ahora me perdonan que el pollo me haya quedado crudo. Pero no lo corté, porque se sirve en presas.
Hellen Quiñónez y su vocación por las noticias comunitarias
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo como reportera de comunidad?
A mí me encanta recorrer, ir hacia la gente, crear los reportajes. Pero lo que me más gusta es el acercamiento con las personas, contar sus historias y que al otro día tengan una respuesta de las autoridades. Me encanta ser portavoz de sus problemas.
¿Cuáles son tus otros sueños por cumplir como periodista?
Algún día pronto quisiera ser directora de un programa de temas políticos y entrevistar a los políticos. No es que quiero serrucharle el puesto a nadie, pero me gusta ese tipo de temas, de la Asamblea Nacional, la Presidencia, la Corte de Justicia, los temas judiciales.
¿Cuál sería la primera figura política que te gustaría entrevistar?
A la fiscal general del Estado (Diana Salazar). Siento una admiración muy grande por ella, que la quiero como que si fuera parte de mi familia. Ni siquiera la conozco personalmente. La admiro mucho, primero por ser mujer y segundo por ser negra; por lo que le ha dado al país, esa fortaleza y otras cualidades que muchas veces nos cuestan a las mujeres, porque con el tiempo a veces nos van apagando nuestra luz. Pero a ella la vemos tan firme. En serio me encantaría entrevistarla.
A veces los periodistas son seducidos por la política. ¿Te llamaría la atención aceptar un cargo público?
No, pero tampoco voy a decir que nunca, porque la vida es cambiante. Comprendo y siento que el país atraviesa por momentos muy complicados y difíciles. Por ejemplo, Esmeraldas está en cero y necesita de todo. Pero no soy la persona idónea para cambiar Esmeraldas, porque no tengo las facultades ni la preparación para hacerlo. No me gustaría aprovecharme de tener un cargo donde no me sentiría honesta para cumplirlo.
El lado más personal de Hellen Quiñónez
¿Cuál es uno de tus sueños a nivel personal?
Hay tantas cosas. He aprendido tanto con MasterChef y lo que me pasó. La vida hay que vivirla, hay que aprovechar los procesos y disfrutarlos. A mí me faltó un poquito más disfrutar la competencia; estaba esperando hacerlo cuando llegara a la final, y no pasó. Cada año uno se pone metas y resulta que la vida te sorprende. La vida me mandó a MasterChef. Estuve en unas coberturas muy buenas. Y, por último, se fue nuestra compañera María Gracia Acosta, de Teleamazonas, que tampoco estaba en los planes, y a mí me mandaron al noticiero nacional de mediodía.
Para quienes no lo conocen, ¿cómo nació tu emprendimiento de vestimenta?
La gente siempre me preguntaba dónde comprar tal vestido que ven en el noticiero. Me di cuenta de que querían tener lo mismo que yo compraba. Entonces pensé: “Yo se los puedo vender”, y en eso vi una oportunidad de negocio.
O sea que también eres una reportera muy fashion. ¿Mezclarías comunicación con moda?
Tengo muchas pasiones. Ahora estoy en la cocina, pero tampoco me gustaría encasillarme en el tema periodístico. Más bien, cuando tenga la oportunidad de tener más recursos, pienso que sí me gustaría tener un restaurante y cocinar. Les haría muchos encocados.
¿El corazón de Hellen tiene dueño?
No tiene dueño, pero la puerta no está cerrada. No soy de decir “De esta agua no he beber”. Lo que sí me gustaría encontrar es alguien con muchos valores, porque ahora a las mujeres nos puede pasar cualquier cosa; vemos una cara linda y luego resulta que hay maldad detrás. Y que esta persona también crea en Dios como yo creo, que sea trabajador, muy responsable y detallista, que no haga las cosas a medias. Y no me gustaría que sea del medio periodístico. (E)
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