La disputa entre bandas desata la violencia en sectores de Manabí
Las amenazas llegaron al puerto pesquero de Jaramijó, en Manabí. Dos hombres vestidos con pantalones jean y camisas a cuadros recorrieron los pasillos de madera y dieron el mensaje a todos los pescadores.
“Los Choneros nunca nos fuimos. Hoy estamos más fuertes. Así que, si no están con nosotros, significa que están con nuestros enemigos y lo pagarán con su vida”, dijeron mientras caminaban con armas escondidas en pequeñas bolsas.
La visita ocurrió a finales de julio, justo después de la última masacre que se registró en las cárceles y que dejó 27 muertos y más de 44 heridos.
En ese episodio estuvieron involucrados cabecillas de esta organización, cuyo bastión y origen ha estado en Manabí.
Informes de la Policía muestran que en el último año esta provincia se ha convertido en el escenario de una ‘guerra’ de cuatro bandas delictivas.
Los Lobos, Las Águilas y Los Latin Kings buscan acabar con Los Choneros para apoderarse de la venta de droga en las calles de Manta y Portoviejo.
Intentan apropiarse del perfil costanero para instalar nuevas rutas para el envío de droga a Centroamérica y EE.UU.
La disputa ha generado que en Manabí exista una ola de violencia. En este año, los asesinatos se triplicaron. Entre enero y junio ya se contabilizan 106 crímenes. En el mismo período del 2020 hubo 32, aunque el año pasado el país vivió una paralización por el covid.
Los últimos meses han sido los más violentos. En localidades como Puerto López, la gente tiene miedo de salir en las noches. Esto ocurre especialmente luego de que una mujer fuera asesinada en pleno Malecón en medio de familiares, niños y turistas.
Medios locales confirmaron que Los Lobos y Los Choneros están detrás del crimen.
Los pescadores de esta pequeña localidad también tienen temor. Ellos dicen que las mafias los persiguen para reclutarlos y llevar droga por el océano. La diferencia de este año con otros es que ya no les ofrecen dinero o equipos nuevos para la pesca. Ahora les dicen que si no colaboran los van a secuestrar y enviar a sus parientes los cuerpos mutilados.
El gremio pesquero denunció el plagio de al menos ocho artesanos. Uno de los últimos fue hace 20 días. Dos hombres vestidos de policías ingresaron a la casa de un pescador de Jaramijó y se lo llevaron.
Los sospechosos los intimidaron y pidieron a su allegados USD 10 000 para liberarlo.
En mayo pasado, otro pescador de Manta fue retenido por más de un mes. Al final, los hombres que lo secuestraron le dispararon en un brazo, pensaron que murió y lo dejaron abandonado en una zona rural.
“Aquí, en Manabí, matan a diario. No sabemos en dónde es más inseguro. Hay bala dentro del mar y en las calles”, sostiene un pescador.
Los partes policiales de Criminalística y de la Dinased confirman esta realidad. Hace dos días, los grupos de investigación levantaron el cadáver de un hombre en Portoviejo.
La víctima tenía antecedentes penales por tenencia ilegal de armamento y estaba involucrado en el asesinato de un miembro de Los Choneros.
El lunes pasado hubo otro crimen en esa ciudad. Un hombre disparó en seis ocasiones a un grupo de extranjeros que estaban en un condominio.
Uno de ellos falleció. La Policía confirmó que la víctima era requerida en Colombia por otros delitos. Los uniformados tienen información sobre que colombianos y mexicanos también son parte de las mafias que están en disputa.
“Ellos vienen a supervisar la logística de los envíos de droga. Se encargan de ver las rutas terrestres, las fincas y playas que sirven de acopio y las lanchas y los pescadores que se encargan del traslado”, dice un oficial de la Policía Judicial.
En Manabí, solo en el último mes, se han decomisado cerca de 3 toneladas de droga.
Los envíos masivos generan más muertes. Por eso, la Policía ha dispuesto un reforzamiento en la seguridad de carreteras y barrios conflictivos.
Los informes de los agentes señalan que, en ciudades grandes como Manta y Portoviejo, las bandas tienen sicarios y gente que los defienden cuando van a ser detenidos.
Hace dos semanas, dos policías fueron atacados en un barrio de Manta. Una muchedumbre les lanzó piedras y les robó los equipos de comunicación. La Policía tuvo que enviar a 20 agentes para rescatar a los uniformados agredidos.
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