Cómo adaptar a Stephen King a la televisión

Stephen King es considerado el autor vivo cuyas obras más veces se han adaptado a la pantalla. Sus historias han servido de inspiración para el cine y la televisión en versiones que han corrido mejor o peor fortuna. Como recuerda el periodista Matthieu Rostac en el libro Stephen King: Guía ilustrada del maestro del terror (Lunwerg Editores), para muchos “es un novelista mal adaptado, un hombre cuyo trabajo es escrupulosamente destrozado por la industria del cine”. Sin embargo, en los últimos años algunos títulos han intentado que esa opinión cambie. Esa será la intención, este otoño, de It: Bienvenidos a Derry, en Max (para entonces ya se llamará de nuevo HBO Max), una precuela de It dividida en nueve episodios que se basa en la novela que King publicó en 1986 para expandir el universo de las películas de Andy Muschietti de 2017 y 2019.
Antes, otra novela protagonizada por niños tiene ya su versión televisiva y pone su granito de arena en la ingente obra audiovisual inspirada por el novelista. El instituto (en MGM+, servicio que se puede contratar a través de Prime Video) adapta la novela homónima que el escritor de Maine publicó en 2019 y que cuenta la historia de Luke Ellis, un niño con telequinesis que es raptado y despierta en una institución que alberga a otros niños con diferentes capacidades mentales. Allí les someten a duras pruebas para desarrollar y aprovechar su talento mientras Luke y otros compañeros tratan de averiguar cómo escapar de un destino terrible.
“Lo más complicado de adaptar cualquier historia de Stephen King es que es un escritor maravilloso de las vidas interiores de sus personajes. Puedes acceder a sus más oscuros, profundos y secretos sentimientos, emociones y deseos. Eso lo puedes hacer muy bien en un libro, pero es un reto cómo exteriorizarlo para ponerlo en una pantalla”, dice en una entrevista por videollamada el guionista Benjamin Cavell, que firma la serie El instituto. Él tiene experiencia adaptando a King: ya se encargó de llevar a la televisión The Stand en 2020.

En este caso, además, se sumaba el reto de que los protagonistas son niños, lo que convertía la elección del reparto en algo fundamental. Los responsables de la serie optaron por elegir chicos un poco mayores que en el libro, ya adolescentes, para facilitar la tarea. Joe Freeman, hijo de los también actores Martin Freeman y Amanda Abbington, es el encargado de encarnar a Luke, el joven sobre el que gira la historia. “Cuando Stephen [King] me mandó originalmente las galeradas del libro, hace unos siete años, me preguntó si había trabajado alguna vez con niños”, cuenta Jack Bender, director de la serie, en la misma videollamada. “Le dije que sí, he había hecho varias cosas y le dije que era difícil dar con los niños correctos, y más en esta historia en particular: tienes que encontrar un grupo de chicos extraordinarios que sufren muchas cosas y yo no quería que eso fuera un festival de lloros. Por eso elegimos niños un poco mayores que los del libro. Son el corazón de la serie, porque trata del poder de los niños para sobrevivir a pesar de los adultos”, añade Bender.
Con una trayectoria que va desde Con ocho basta y Falcon Crest hasta la reciente From, pasando por Perdidos, Juego de tronos, Los Soprano o Ally McBeal, este legendario director de televisión se ha especializado en los últimos años en llevar a la pantalla historias escritas originalmente por King, con Mr. Mercedes, El visitante y La cúpula entre sus créditos. “Entiende bien el proceso de hacer una serie o una película a partir de un libro”, dice sobre el nivel de libertad que concede el escritor a la hora de adaptar sus relatos. “Cuando me dio Mr. Mercedes, él no sabía si quería hacer una película o una serie. Le dije, ‘Stephen, has escrito un libro de 600 páginas tan rico y lleno de personajes, además de ser tu primera historia detectivesca. Una película no le haría justicia’. Cuando me dio las galeradas de El instituto sentí lo mismo. Si intentábamos hacer una película, sería otra X-Men, o un X-Kids. Y yo no quería eso”, cuenta el director.

Según Cavell, King es un escritor que acepta y entiende los cambios que se producen, inevitablemente, en toda traslación de una obra literaria al lenguaje audiovisual. “Más que cualquier otro autor con el que yo haya trabajado, entiende que el libro es el libro y la serie es la serie y que tiene que encontrar gente en la que confíe para hacer una serie o una película y después debe confiar en ellos”. En El instituto, Cavell y Bander acometieron algunos cambios importantes respecto a la novela que tuvieron que negociar con el escritor, pero terminó aceptando. “Al final, si adaptas una historia de Stephen King, él siempre tiene la opción de aparecer como productor ejecutivo en los créditos. Solo lo hace ocasionalmente, y solo cuando apoya el producto. Es muy gratificante que haya elegido hacerlo en este caso porque le ha encantado”, dice Cavell. Y añade Bender: “Nos dijo que le gustaba tanto lo que estábamos haciendo que ojalá se le hubiera ocurrido para el libro. Ese es un gran elogio viniendo de él”.
Guionista y director coinciden en sentir especial atracción por la forma en la que Stephen King cuenta historias sobre “monstruos humanos, en oposición a los monstruos sobrenaturales o los vampiros u otras cosas que escribe también brillantemente”, dice Benjamin Cavell. Ese es el caso de esta historia, donde los adultos son los villanos, liderados por la directora del centro, que en la serie interpreta Mary-Louise Parker. “Estás esperando que aparezca algún héroe de acción que descubra lo que ocurre con estos niños y les rescate. Pero no. Los niños tienen que darse cuenta de que deben juntarse para salvarse ellos solos”, añade el guionista.

No solo la televisión mira insistentemente a los relatos de King, el cine también lo sigue haciendo. Solo en 2025, cuatro películas tienen detrás historias firmadas en origen por él: El mono, dirigida por Osgood Perkins; El fugitivo, de Edgar Wright, La vida de Chuck, de Mike Flanagan (que prepara también serie de Carrie), y La larga marcha, de Francis Lawrence. ¿Por qué el audiovisual vuelve una y otra vez los ojos a sus relatos? “Es un gran narrador”, dice Bender. “Cuenta grandes historias que son únicas, humanas y con las que te sientes identificado. Escribe sobre lo que está oculto debajo de nuestras camas y que nos asustaba cuando éramos niños. Es la quintaesencia del escritor de lo que sale de la oscuridad y nos da miedo. Escribe sobre la oscuridad dentro de los humanos”, concluye.
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