Desde USD 6,38 se paga por gestión de cobranza

Desde USD 6,38 se paga por gestión de cobranza

Cada mes, los bancos realizan siete millones de gestiones para cobrar las deudas a los clientes que no pagan a tiempo sus obligaciones.

Los procedimientos que más utilizan son los mensajes de texto, seguidos de llamadas telefónicas. Otras formas de acercamiento a los usuarios son los e-mail y las visitas.

Entre enero y mayo de este año, se han ejecutado en total 35,5 millones de estas gestiones a escala nacional, según datos de la Superintendencia de Bancos (SB).

El monto de deudas vencidas sumó USD 1 773 millones en los cinco primeros meses de este año, 13% más que el año pasado, pero 5% menos frente al 2019, año de prepandemia.

Según la Asociación de Bancos Privados (Asobanca), este comportamiento se debe a que durante el 2020 se ofrecieron medidas de alivio financiero por la pandemia del covid-19 y se dejaron de cobrar cuotas durante varios meses.

El gremio, además, explica que las gestiones de cobro se están normalizando conforme avanza la recuperación económica del país.

El objetivo del trámite, según Asobanca, es recordar que existe un pago pendiente y evitar que la calificación crediticia se vea afectada. Pero esas gestiones no son gratuitas. Los clientes se quejan que, en algunos casos, reciben llamadas a todas horas y reciben visitas en su lugar de trabajo.

Ana Gonzabay perdió su trabajo en diciembre del 2020. En ese mes, ella había solicitado un crédito de USD 5 000 para cubrir la deuda de una tarjeta en un banco y abonar en otra.

“No pude pagar la cuota del préstamo en enero, febrero y marzo, tampoco de la tarjeta de crédito en la que aún tenía deuda”, contó.

Gonzabay cuenta que, si bien conocía su deuda, fue incómodo cuando un agente del banco fue hasta su nuevo trabajo a solicitarle una respuesta del pago pendiente. “Yo no estaba en la oficina y mi jefe me llamó a informarme que habían ido a cobrar”, contó.

La joven, de 28 años, asegura que en abril, cuando ya pudo hacer un abono, tuvo que pagar USD 84 adicionales por costos de gestión de cobranza, además del interés por mora. “Yo no sabía que cobraban por llamar o visitarte”.

María Fernanda Izquierdo, en cambio, canceló casi USD 110 por la gestión de cobranza de la deuda en dos tarjetas. “No había pagado más de tres meses en dos tarjetas de un mismo banco”, contó.

La mujer, de 35 años, cuenta que pasados los tres meses dejó de recibir llamadas del banco y la contactaban desde una empresa privada, para que pagara el valor completo de la deuda más los servicios de cobranza y la mora.

Los costos de cada trámite de cobranza van de acuerdo con los días de vencimiento. El detalle de las tarifas consta en la Resolución 514 emitida por la Superintendencia de Bancos el 2019.

Por ejemplo, para una deuda menor a USD 100 con un retraso de hasta 30 días el monto a cobrar es de USD 6,38. Mientras tanto, para una deuda de más de USD 1 000 y con tres meses de retraso se puede cobrar hasta USD 43,99.

La mayor parte de las gestiones se hace en los primeros 30 días del mes, días 7 y 15 después de la fecha de vencimiento. Según David Castellanos, analista económico, esto se debe a que, en ese tiempo, es más fácil ubicar al cliente y llegar a un acuerdo de pago o una reestructuración.

De hecho, señala que en ese período las instituciones financieras logran que al menos el 50% de clientes pague.

Castellanos explica que cuando pasan más de 90 días, la entidades activan las provisiones y empiezan a castigar la cartera, porque es poco probable que se concrete un pago.

Otro punto por considerar, dice el analista, es que hay empresas que compran carteras vencidas de más de un año y se encargan de hacer la cobranza. “Ese momento el cliente pierde la oportunidad de llegar a una reestructuración”.

Si aún no ha caído en mora y la llamada del banco solo es para recordar que se aproxima un pago, el cliente no debe cancelar nada, pues no se considera una gestión de cobro.

María José Troya, directora de la Tribuna del Consumidor, señala que si bien se puede ejercer la cobranza, esta no deberá exponer al ridículo al cliente. “Se debe llegar a acuerdos para evitar incomodidades”, puntualizó.