El acusado de matar a Juana Canal hace 21 años: “No llamé a la policía cuando la vi muerta porque ella me escondió el móvil”

El acusado de matar a Juana Canal hace 21 años: “No llamé a la policía cuando la vi muerta porque ella me escondió el móvil”

En el segundo día del juicio, Jesús Pradales, el acusado del homicidio de Juana Canal, que desapareció el 22 de febrero de 2003 en Madrid y cuyos restos fueron hallados en el pueblo del hombre en 2019, se ha mostrado en su declaración como un hombre profundamente “enamorado”, pero víctima de supuestas agresiones constantes de su pareja. Pradales ha dado su versión de lo que sucedió la madrugada en la que Canal murió en la vivienda que compartían en el distrito de Ciudad Lineal de la capital y ha aportado nuevos detalles que no había dado en sus dos declaraciones previas durante la instrucción.

El acusado ha contado en un mismo relato varias versiones de lo que podrá haber sucedido, porque, según él, no fue consciente de cómo perdió la vida su pareja. En su memoria conserva detalles nítidos, con auténticos vacíos de memoria. Ha descrito con perfección las pupilas dilatadas de la mujer al verla tendida en el suelo, pero le ha resultado imposible describir cómo era el cuchillo con el que la diseccionó.

Pradales y Canal eran pareja desde mediados de 2002 y, en febrero de 2003, se perdió la pista de la mujer. Él aseguró que ella se había marchado de casa y no había podido contenerla y desapareció de la vida de los Canal. Durante todo este tiempo la familia busco a su allegada, hasta que en 2019 unos viandantes descubrieron por casualidad unos huesos en un paraje de Ávila, muy cerca del pueblo de Pradales. El ADN probó que eran de Juana. Desde este lunes se sienta frente al juez para responder por ese crimen. La acusación y la Fiscalía piden para él 15 años por homicidio, mientras que su defensa solicita la absolución al considerar que la muerte fue accidental.

Según la versión de Pradales, no solo fue víctima de las agresiones de Juana, a la que ha definido como “violenta” y “alcohólica”, sino también de su actual mujer. El hombre fue detenido en 2006 por malos tratos a su pareja, de los que fue exonerado en un juicio, entre otras cosas, porque ella no presentó denuncia. Según Pradales, lo que ocurrió esa noche es que ella se puso nerviosa y empezó a increparlo, ante lo que él decidió parar la furgoneta en la que viajaban y tomarse una cerveza. Fue en ese momento en el que el empleado de la gasolinera llamó a la policía para alertar de que él estaba agrediendo a la mujer. La fiscal ha recordado al jurado popular que en este proceso no se juzga un hombre sino unos hechos, y que mucho menos puede ser juzgada la víctima.

Gran parte de la declaración ha girado en torno al hecho de que la noche en la que Canal falleció, esta llamó a la policía para avisar del carácter violento de su novio. Una patrulla llegó a presentarse en la casa a las 2.26, pero se marchó bajo la promesa del hombre de que se iba a marchar ya de la casa.

Él ha dado mucha importancia a esa llamada, porque ha asegurado que cuando vio el cuerpo sin vida de la mujer, lo primero en lo que cayó es que una patrulla había estado allí previamente y eso le haría parecer culpable. Es un detalle que incluyó en la nota que dejó en el piso para que la leyera al día siguiente el hijo de Juana, en la que explicaba al chico que él y su madre habían discutido y que ella incluso había “avisado a la policía y todo”. Según su versión, esa noche Juana le había chantajeado con hacer esa llamada para que pensaran que la había agredido y la mujer incluso llegó a afirmar que se iba a clavar un cuchillo para inculparle. De este supuesto cuchillo solo ha hablado en esta sesión cuando el abogado de la familia Canal, Juan Manuel Medina, le ha recordado que lo mencionó en sus anteriores declaraciones.

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Las palabras del acusado han sido un continuo ir y venir y un terreno lleno de lagunas, que él achaca al paso de los años, como evidencia algunos momentos del interrogatorio del letrado de la acusación:

—¿Utilizó alguna bolsa para sacarla?

—No recuerdo.

—¿Recuerda el material de la maleta?

—No recuerdo.

—Supongo que alguno con cierta impermeabilidad, porque si luego la policía no encontró nada...

—¿Recuerda cómo era el cuchillo?

—No, no me voy a poner a medirlo en ese momento, es absurdo.

En un testimonio atropellado, Pradales ha asegurado que la noche de la muerte de Juana, llegó a casa de trabajar y ella empezó a gritarle y pegarle sin motivo aparente. Pero, más adelante, ha asegurado que la discusión comenzó por un tema económico y que ella se encerró en el baño. Más tarde, ha defendido que los golpes de Juana y las quemaduras de cigarrillo se produjeron desde el principio, y después ha dicho que no llegó a atacarlo hasta que se hubo marchado la policía, pasadas las tres de la mañana.

Otra de las novedades en su testimonio es que indica que no llamó a la policía porque Juana le había escondido el móvil y que después lo encontró debajo de un colchón, pero también ha señalado que no avisó a emergencias porque le entró pánico. Por último, ha asegurado no recordar el momento del descuartizamiento, en la bañera del piso, pero sí que ha afirmado que limpió toda la sangre con el agua de la alcachofa de la ducha y que no recuerda haber utilizado productos de limpieza.

El encausado siempre ha sostenido que Juana se cayó cuando él estaba intentando repeler uno de sus ataques y en ese momento se golpeó el cuello. Hoy ha aportado un nuevo elemento en este episodio y ha señalado que se golpeó con la mesilla del dormitorio. La fiscal se ha sorprendido ante esta revelación, y le ha hecho ver que él nunca había hablado de ninguna mesilla. En ese momento, se ha producido un silencio en la sala de dos segundos y posteriormente ha afirmado: “No me acuerdo, son muchos años”. También ha introducido una nueva escena a la que no se había referido antes. Pradales ha relatado que cuando intentó sacar el cadáver de la casa se cruzó con una vecina y él tuvo que disimular apoyando a la víctima en una barandilla.

—Nunca antes había hablado de ese encuentro con la vecina—, se ha extrañado de nuevo la representante del Ministerio Público.

—Nunca antes me habían preguntado.

En la sala, estaban presentes una hermana, una sobrina y un primo de Juana Canal. Todos han negado el carácter violento al que ha hecho referencia Pradales y se han lamentado de que “nunca se podrá saber toda la verdad” porque el tiempo transcurrido borró muchas pruebas. El resto de familiares de uno y otro lado no han acudido porque en los próximos días tienen que ir a declarar. Este miércoles participarán los policías y guardias civiles que llevaron a cabo la investigación.