‘Esto ha sido duro, ya no podemos más’: madre de Nehemías ha dejado de laborar, toma tranquilizantes y entre vecinos de Las Malvinas tratan de ayudarla
Nehemías era un chico al que le gustaba mostrar sus dotes de canto, de salsa urbana y la práctica del fútbol. Así lo recuerdan sus allegados y familiares que aún no encuentran respuestas por el asesinato del menor.
Él es uno de los cuatro menores de Las Malvinas que desaparecieron tras un acción militar en el sur de Guayaquil y días después fueron hallados sin vida en Taura (parroquia rural de Naranjal), a más de 40 kilómetros de distancia.
Nehemías era el tercer hijo de Johana Arboleda, quien es la más conmovida por su partida. Ella lo recuerda como un chico sonriente, alegre y tranquilo.
En una esquina de Las Malvinas, la madre de Nehemías habita en una vivienda de condiciones precarias, armada con caña y madera, y con grietas en las paredes.
Antes de este trágico episodio, ella preparaba alimentos en un local, pero desde hace un mes ya no tiene ingresos al haber enfocado su tiempo en la búsqueda de su hijo, quien finalmente apareció sin vida el 24 de diciembre con sus otros tres compañeros.
Ella, que padece de problemas de hipertensión y diabetes, ha tenido que recurrir al uso de tranquilizantes para sobrellevar la angustia de esta dura situación de tener que despedir a su hijo de 15 años.
“Esto ha sido duro, bien duro”, remarcó la madre soltera, quien mantiene cortas sus respuestas y su mirada llena de tristeza.
En estos días a la casa de Arboleda llegan vecinos y familiares para tratar de apoyarla en estos duros momentos, incluso en las festividades no hubo celebraciones alrededor para acompañarla en el velorio y la sepultura.
Mayra Urgilés y Denisse Cabezas, allegadas de Nehemías, contaron que la partida del menor es como haber perdido a un familiar propio. De él, dijeron, recuerdan su gusto por realizar favores y compartir fiestas. Sin él se mantienen con tristeza y nostalgia.
“Para mí no hubo Navidad ni Fin de Año, esta vez no, nadie en el barrio cenó”, dijo Urgilés.
En estos días, los vecinos tratan de acompañar a la madre de Nehemías, incluso le llevan comida para sus jornadas, le dan apoyo anímico.
“Estamos ahí apoyándola, dándole una vueltita, dándole ánimos, pasamos casi todo el día en casa de ella, la consideramos como familia, más que vecinos, a todos nos dolió demasiado”, contó Cabezas.
Darwin, hermano de Johanna, también acompaña a su familiar en este tiempo.
Así como él, Johanna expone que van tras la búsqueda de justicia por su hijo y espera por alguna entidad que pueda proveer de ayuda para superar el trauma psicológico. De parte del Comité de Derechos Humanos recibe acompañamiento en este duelo y asesoría legal.
A otras familias, Arboleda les insiste en que cuiden a sus hijos para que no se repitan estos escenarios de desaparición y muerte de infantes.
“Ya no podemos más, quiero que se haga justicia, que las personas que tienen que pagar, paguen. No estamos conformes todavía”, insistió ella, al participar en una marcha por el mes de desaparición de los cuatro menores. (I)
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