Gracias, Fiscal Salazar

Gracias, Fiscal  Salazar

Leon de Troya, Encuentro, Metástasis y Purga, son los últimos procesos investigativos llevados a cabo Diana Salazar, fiscal general de la nación.Todos ellos han sacado a la luz pública graves hechos de corrupción en diferentes ámbitos del sector público y, lo que es peor, la prostitución de la administración de justicia, inclusive en sus más altos niveles. También ha quedado demostrada la penetración del narcotráfico en varias instituciones del Estado, como la Asamblea Legislativa, el Consejo de la Judicatura, algunos órganos de control y hasta la Fuerza Pública.

La contribución de la fiscal Salazar al combate a la delincuencia organizada, el crimen transnacional, el fraude, el engaño y el narcotráfico, es de singular trascendencia. Merece el agradecimiento del país y que se le respalde para que continúe en esa cruzada hasta el término de su período. Es censurable la actitud de un grupo de legisladores que, con mezquindad propia de sus complejos, se negó a votar por el respaldo a la fiscal, con el pobre argumento de que simplemente está cumpliendo con su deber. Comparar la acción de Salazar con los fiscales de bolsillo que fueron parte de la corrupción, o la encubrieron para proteger a su caudillo y su banda que expolió al país, revela su condición moral y su ausencia de sentido de patria.

Desde luego, los esfuerzos de la fiscal general no tendrán resultados concretos si en la administración de justicia no se produce un remezón radical para eliminar a quienes carecen de los atributos morales mínimos para vestir la toga y prohibir el ejercicio a abogados que tuercen la ley y compran a jueces y curiales para beneficiar a sus defendidos. Mil dólares por diferir una audiencia, cincuenta mil por una resolución favorable y doscientos mil por la libertad de un condenado por delitos comunes, serían las tarifas que se han aplicado en la corte provincial y jueces de primer nivel del Guayas. Pero sería un error creer que solamente en esa provincia ocurren estos hechos. Salvo pocos jueces capaces y honestos, que sí los hay, la justicia ha caído al más profundo pozo del descrédito.

Es hora de la manifestación ciudadana para exigirla reconstrucción de la justicia y seguir así la histórica tradición de rebeldía y civismo de los quiteños.