La ciencia ciudadana se promueve en Galápagos

La ciencia ciudadana se promueve en Galápagos

Pescadores, agricultores y guías turísticos de Galápagos se convirtieron en científicos durante este último año. Estas personas son parte del proyecto más grande de ciencia ciudadana que se ha llevado a cabo en las islas, y que surgió como una respuesta al impacto económico de la pandemia.  

Código Genético de Galápagos (Barcode) es el nombre de esta iniciativa, que fue presentada en septiembre de 2020 y arrancó en noviembre de ese mismo año. Su objetivo es que los isleños ayuden a identificar la biodiversidad de las islas mediante técnicas de código de barras genético.  

Diana Pazmiño, coinvestigadora principal del proyecto y profesora de la Universidad San Francisco de Quito, explica que esta es una forma de vincular a la población en temas de conservación.  Además, esta iniciativa de la USFQ y de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, buscaba aportar al desarrollo económico de las islas.

Debido a la pandemia, las personas vinculadas al sector del turismo tuvieron grandes pérdidas y este proyecto se convirtió en una fuente de empleo.  

Para cumplir con esta meta se contrató a 74 isleños, que ahora se distribuyen en Santa Cruz, San Cristóbal e Isabela. Pazmiño dice que se han convertido en “los ojos y manos” de los científicos en campo.  

Durante los primeros meses se llevaron a cabo las capacitaciones. Estas personas aprendieron sobre el significado y la importancia del código de barras genético. También se especializaron en la recolección, procesamiento y almacenamiento de muestras.  

Ahora, algunos se dedican al trabajo de campo, otros se encuentran en laboratorio y una parte ayuda con la evaluación del impacto socioeconómico.  

Carolina Proaño Ledergerber cuenta que este ha sido un desafío muy grande. Junto con Diego Ortiz, se encargó de coordinar las acciones entre los 10 científicos que son parte del proyecto Barcode y las 74 personas contratadas.

Proaño Ledergerber dice que con esta iniciativa se ha logrado que el conocimiento permanezca en las islas Galápagos, a diferencia de lo que ocurre normalmente.

Una de las limitaciones de las investigaciones que se realizan en el Archipiélago, es que las muestras se procesan en otros países o en el continente. En esta ocasión, por ejemplo, montaron un laboratorio molecular en Isabela.

Para Proaño Ledergerber, ha sido sorprendente ver el interés de las personas locales en profundizar su conocimiento sobre la biodiversidad. Mediante esta iniciativa se busca tener una base de datos con información de las especies de Galápagos, que pueda ser útil para identificar nuevos organismos, o incluso para combatir la pesca ilegal y el tráfico de animales.