Los centros de datos, frente al dilema de un Internet verde

Los centros de datos, frente al dilema de un Internet verde

El consumo de energía de los grandes centros de datos de las empresas tecnológicas no generarían tanto impacto ambiental, según un último estudio realizado por Jonathan Koomey y Eric Masanet, dos científicos destacados en el campo de la tecnología, el uso de la energía y el ambiente.

En su análisis, publicado en la revista científica Joule, indican que acciones como apagar las cámaras en una reunión por Zoom o regular ciertos servicios como Netflix no produce un gran ahorro de energía, como se creía anteriormente.

Según los científicos, el aumento en la actividad digital que estimuló la pandemia alimentó el debate sobre el daño ambiental provocado por un mayor consumo de energía.

Los expertos aseguran que las mejoras constantes en la tecnología disminuyen el consumo de electricidad. Por ejemplo, una vez que la red está en marcha, la cantidad de energía que usa es casi la misma, sin importar que fluyan inmensas o diminutas cantidades de datos.

Para llegar a esa conclusión hicieron un análisis de datos de las operadoras Telefónica y Cogent. La primera reportó un brinco del 45% en los datos que pasaron por su red durante 2020 sin aumentar el uso de energía. Mientras que el uso de electricidad de Cogent cayó un 21% aunque el tráfico de datos aumentó un 38%.

Estos datos varían cuando se trata de grandes centros de datos como los utilizados por empresas como Alibaba, Amazon, Google y Microsoft, donde los consumidores y los trabajadores usan servicios y software a través del Internet que sí consumen inmensas cantidades de electricidad.

Los investigadores señalan que en el caso de las criptomonedas y específicamente del bitcóin, el consumo de energía podría aumentar porque el minado utiliza software y hardware especializados que procesan rápidamente cada vez más ciclos de cómputo conforme la gente intenta crear, comprar y vender criptomonedas.

Un estudio realizado por la Universidad de Cambridge y publicado en febrero estima que el minado de bitcóin representa el 0,4% de consumo de electricidad a nivel mundial, frente al 1% de electricidad que consumen los centros de datos a escala global.

A principios de 2017, el bitcóin utilizaba 6,6 teravatios por hora de energía al año; en octubre de 2020 ascendía a 67 teravatios por hora. Ahora esa cifra se ha duplicado hasta alcanzar los 118,28 teravatios por hora. Según los investigadores de Cambridge, esa energía sería suficiente para hacer funcionar toda la universidad durante casi 700 años.

Según estos mismos cálculos, si el bitcóin fuera un país, superaría las necesidades energéticas anuales de los Emiratos Árabes Unidos, los Países Bajos, Filipinas, Bélgica, Austria o Israel. Solo otros 30 países como China, Estados Unidos, Rusia, México, Brasil, entre otros, utilizarían más electricidad que el minado del bitcóin (ver infografía).

Pero, ¿por qué se necesita energía para desarrollar bitcóin? Las transacciones de bitcóin consisten en la generación de bloques conocidos como Blockchain para lo cual se requiere resolver algoritmos criptográficos desde grandes computadoras con potencias de cálculo muy elevadas y con un gran consumo de energía.

En la actualidad, todos los centros de datos del mundo necesitan unos 200 teravatios por hora de electricidad al año. Datos del portal Digiconomist, dedicado a exponer las consecuencias no deseadas de las tendencias digitales, indican que en 2018 una transacción de bitcóin tenía la misma huella energética que 80 000 transacciones de Visa. Más del 65% de los mineros de bitcóin están en China, seguidos por EE.UU. y Rusia.