Tres tipos de plásticos son más reciclables en Ecuador

Tres tipos de plásticos son más reciclables en Ecuador

No todos los plásticos causan el mismo impacto en el ambiente. Algunos tienen mayor probabilidad de terminar en rellenos sanitarios, botaderos o en los océanos, debido a la dificultad que implica reciclarlos correctamente.  

Aunque, actualmente, se desaconseja emplear materiales de un solo uso, como parte de la economía circular, hay algunos que pueden tener una segunda vida y otros que deberán enfrentar más obstáculos para volver al mercado. Conocer cuáles plásticos son fácilmente reciclables ayudará a las personas a tener hábitos más amigables con el planeta.  

Lenin Villalba, director ejecutivo de la Fundación 2IA y especialista en gestión de residuos sólidos, explica que todos los plásticos pueden ser recuperados y reincorporados a las cadenas productivas. Sin embargo, por sus características físicas y composición química, algunos no tienen alta demanda en el mercado y son más difíciles de manipular.  

Por lo general, se divide a los plásticos en siete grupos: Tereftalato de Polietileno (PET), Polietileno de alta densidad (HDPE), Cloruro de polivinilo (PVC), Polietileno de baja densidad (PEBD), Polipropileno (PP), Poliestireno (PS) y otros. En este orden, a cada uno se le ha asignado un número, del uno al siete, que se coloca en los envases y empaques de este material para indicar a qué grupo pertenecen.  

Lorena Gallardo, gerenta de Tecnología e Innovación en Reciveci y docente de la Escuela Politécnica Nacional, explica que en el país lo que más se recicla y tiene mayor valor comercial para los recicladores son los envases de PET. Este corresponde a las bebidas como gaseosas y aguas.  

Este tipo de plástico tiene un incentivo para su reciclaje, lo que lo hace atractivo comercialmente para los recicladores y la industria. El polietileno de alta densidad y el polietileno de baja densidad también se reciclan con frecuencia. A estos los suelen llamar “duro” o “suave”, respectivamente. Por lo general, son los envases de champú y detergente. 

Gallardo dice que estos tres plásticos son reciclables, pero la idea no es fomentar su consumo, sino que, si tuvieran que utilizarlos, las personas conozcan cuáles podrían tener una segunda vida. El reemplazo de productos de un solo uso “siempre va a ser la prioridad”. 

Los envases de poliestireno, que son los conocidos como de espumaflex, son los que presentan las mayores dificultades. Villalba explica que, al ser un material muy liviano, no se puede reciclar fácilmente y no hay gran demanda para las cadenas productivas.  

Por eso, este material, que se utiliza sobre todo en los negocios de comida para llevar, es uno de los que podría dar mayores problemas al momento de recuperarlo y reintroducirlo en el mercado.  

Aunque existen regulaciones para reducir progresivamente su uso, los especialistas recomiendan evitarlo. Lo más probable es que estos envases se transformen en basura después de su uso. La espuma de poliestireno puede tardar hasta 1 000 años en descomponerse.

Si por alguna razón, materiales como cucharas o tenedores desechables ya llegaron a las manos del consumidor, Gallardo explica que se debe extender su vida útil lo que más se pueda. La idea es que las personas no se acostumbren a continuar usando estos productos, sino que los reemplacen por otros que generen menor impacto.  

Las bolsas de ‘snacks’ también causan complicaciones al reciclarlas. Estas tienen una combinación de plástico con aluminio, por lo que necesitan tecnologías complejas para poder recuperar el material.