Cuatro debates electorales en tres años que han dejado experiencias e inciden 'ligeramente' en la intención del voto, según analistas

Cuatro debates electorales en tres años que han dejado experiencias e inciden 'ligeramente' en la intención del voto, según analistas

El domingo 19 de enero, entre las 19:00 y las 22:00, los ecuatorianos asistirán a un quinto debate entre 16 candidatos a la Presidencia de la República que podría inclinar la intención de voto o permitir la aparición de una tercera opción, además de las dos que estarían primeras en las encuestas de organismos privados.

El 9 de febrero de 2025 están llamados a votar por presidente de la República, asambleístas y parlamentarios andinos, 13,9 millones de electores y, como parte de las actividades electorales, está este debate obligatorio que debe hacerse tres semanas antes del día de la elección.

Desde las reformas al Código de la Democracia, vigentes desde el 2020, el Consejo Nacional Electoral está obligado a hacer los debates para los aspirantes a la Presidencia de la República y para las autoridades locales en jurisdicciones que sobrepasen los 100.000 electores.

Quienes no asistan se exponen a infracciones electorales muy graves, cuyas sanciones contemplan la destitución, multas o la suspensión de derechos políticos de entre dos a cuatro años.

Desde el 2021 se han hecho cuatro debates nacionales en elecciones presidenciales: en febrero de 2021, en primera y segunda vuelta, cuando fue electo Guillermo Lasso por el movimiento CREO, y en agosto y octubre del 2023 en las elecciones nacionales anticipadas como resultado de la disolución de la Asamblea Nacional, cuando ganó Daniel Noboa, por la alianza ADN.

En tanto, en las elecciones seccionales de febrero del 2023 para alcaldes y prefectos que se hicieron 38 debates.

Entre los procesos de 2021 y 2023 en primera y segunda vuelta participaron 28 candidatos. Es decir, en las votaciones del 2021 hubo 16 candidatos que corrieron en la primera vuelta y dos en el balotaje. En las anticipadas de 2023 hubo ocho y dos en la segunda vuelta. Mientras, para la primera vuelta del debate de este 19 de enero de 2025 participarán 16 candidatos, equivalente al número de partidos y movimientos políticos participantes.

Organizarlos ha implicado una inversión del Consejo Nacional Electoral que bordea los $ 750.000, por el alquiler de sets de televisión, equipos de grabación, iluminación...

En el 2021, los debates se hicieron en la cadena incautada TC Televisión; y, las de 2023 y la que está en curso se han hecho en la estación estatal EcuadorTV.

Para la primera vuelta del 2021, el debate se habría visto en 800.000 hogares, según estimaciones que en ese entonces difundió la empresa Karma Ibope.

En la campaña electoral de la segunda vuelta del 2021, el movimiento CREO usó una frase de Guillermo Lasso que se usó en las redes sociales. Foto: Cortesía

El CNE no refleja estadísticas de ese primer acto; aunque sí de la segunda vuelta de 2023, cuando se confrontaron Daniel Noboa por ADN y Luisa González por la Revolución Ciudadana (RC), que tuvo una audiencia de 9′892.832 que se concentró en plataformas digitales.

Empero, estos espacios de deliberación son “positivos” y permiten que la población conozca quién quiere llegar a gobernar el país, especialistas consultados no creen que esto influya en la intención de voto.

“Los debates comúnmente no influyen en el electorado. Lo que hacen es confirmar la simpatía por cada uno de los candidatos sobre los que está decidido el voto. En lo que sí tiene incidencia es para el posdebate, porque ahí los candidatos lo que hacen es potenciar el ataque a uno u otro. Un debate no define una elección realmente. Quizás en una segunda vuelta ha podido influir, pero en pequeños porcentajes”, reflexiona el catedrático Pablo Escandón, que también es parte del Comité de Debates Electorales que conformó el CNE para la definición de los ejes temáticos que guían estos espacios.

Para lo que sí sirven y pueden ser una ayuda es para “conocer a los candidatos, a que el proceso electoral funcione de mejor manera con esta lógica del voto informado, de que haya mayor capacidad y mayor trabajo de profesionalización de la política, y con eso todo el sistema político se beneficia”, añadió.

Para Escandón la importancia del posdebate está en, por ejemplo, que en las presidenciales del 2021, para la segunda vuelta el expresidente de la República Guillermo Lasso posicionó el mote en contra de su adversario Andrés Arauz, auspiciado por la Revolución Ciudadana (RC), ‘Andrés, no mientas otra vez’.

En la primera vuelta, Arauz tuvo una votación del 32,72 % y Guillermo Lasso 19,74 %. En el balotaje, Lasso obtuvo el 52,36 % de votos y Arauz el 47,64 %.

“Esa construcción divertida, humorística que salió en el posdebate posicionó a Lasso. En el caso de las anticipadas de 2023, el excandidato Jan Topic posicionó en el electorado la idea de ‘contigo sí se puede conversar, contigo sí se puede razonar’, expresándole a Daniel Noboa. Es decir, uno habló bien del otro y le subió votos, aunque le quitó votos a él sin que eso lo haya previsto”.

Daniel Noboa, candidato de ADN, listas 4-35, y Luisa González, candidata de la Revolución Ciudadana, lista 5, saludaron en el debate presidencial que se llevó a cabo el 1 de octubre. Foto: Cortesía Consejo Nacional Electoral (CNE).

Sin embargo, ese momento no definió la votación a favor de Noboa, sino las redes sociales y trabajó en territorio, en donde no fueron otros postulantes, que fue lo que lo llevó a cooptar el voto.

Francisco Rocha, periodista, integró el primer Comité de Debates en las elecciones del 2021 y resalta que estos espacios se hagan, aunque pueden seguir puliéndose en aspectos como los moderadores, para que sean más activos y no solo lean las preguntas.

“Los debates son una suerte de presentación de los candidatos para que puedan decir lo que proponen. Pero hay que buscar el mecanismo de obligarles a contestar las preguntas porque se les puede preguntar algo concreto y ellos no responden y ahí es en donde el moderador tendría un rol activo”, dijo.

Para Rocha, en el debate de 2023, Noboa salió del “anonimato” y pasó a disputarse la segunda vuelta con González por las condiciones en las que se encontraba el país, en referencia al asesinato de Fernando Villavicencio, mientras hacía campaña por su candidatura presidencial.

“Creo que para ese debate, si no asesinaban a Fernando Villavicencio las cosas habrían cambiado el escenario. Noboa fue el que mejor se presentó ciertamente, pero cuando uno revisa lo que respondió, surge la pregunta de si estaba preparado para la Presidencia de la República. Sobre todo en temas de energía eléctrica y en algunos otros que los dijo con contundencia. Pero, los líderes tienen que convencernos, aunque después veamos que nos han mentido”, expresó.

En todo caso, considera que los candidatos tendrán un espacio para que les conozcan los electores y a qué grupos políticos o económicos representan; y, pese a que las encuestas dicen que hay dos candidatos que están liderando la intención de voto, hay un 51 % que no ha decidido el voto, lo que abre una opción para una “tercera vía”.

Para el docente Arturo Moscoso también el asesinato de Villavicencio fue una “patada al tablero electoral” y alteró la intención de voto.

“Hubo un candidato que tuvo un buen desempeño y que no fue atacado porque no estaba considerado como uno de los que encabezaban las intenciones de voto y eso le sirvió para catapultarse a, prácticamente entrar a la segunda vuelta”, recordó Moscoso.

Evalúa que en la actualidad el debate podría incidir en los indecisos, pero no será relevante, porque la mayoría tiene listo su voto por alguna de las dos opciones principales.

“Si es un debate interesante habrá sorpresas, porque, además, da la coincidencia de que los dos que encabezan las encuestas (Daniel Noboa y Luisa González) no van a estar en el mismo panel. Entonces, evidentemente, lo que van a hacer los candidatos es atacarle al que encabeza la intención de voto, en el caso del primer bloque a Noboa y en el segundo bloque a Luisa González y ellos van a tener que estar listos para responder, pues no son muy buenos debatiendo”.

El académico reconoce que estos mecanismos son un aporte para la ciudadanía, pero persiste un problema: el número de candidatos que no permite una controversia de ideas.

“Solo el debate de segunda vuelta es diferente, porque ahí sí hay solo dos candidatos y se puede profundizar más en algunos temas. Pero este debate que veremos el domingo, no lo creo y pasará desapercibido, excepto que haya una situación extraordinaria cómica”, por ejemplo.

El domingo, la radio y la televisión nacional estarán obligadas a enlazarse a la transmisión del Consejo Nacional Electoral de esta deliberación que se extenderá por tres horas.

Al ser 16 candidatos presidenciales, el Consejo los dividió en dos franjas horarias para facilitar la interlocución: de 17:00 a 20:30 los primeros ocho candidatos y desde las 20:35 a las 22:00 los ocho restantes. (I)