El control de armas no frena asesinatos
Los disparos se escucharon como fuegos artificiales en el sur de Guayaquil. Los vecinos de Cristo del Consuelo se despertaron la madrugada del sábado (9 de octubre del 2021) con el ruido de las balas y una motocicleta huyendo del sector.
Un joven de 31 años fue la víctima de los sospechosos. Sus familiares gritaban por ayuda mientras lo abrazaban sobre el pavimento.
A un kilómetro de ahí otra familia pedía justicia por el asesinato de otro joven de 32 años. Él también fue atacado por desconocidos que le dispararon y luego se fueron en una camioneta.
Con estas víctimas la cifra de crímenes en el Puerto Principal asciende a 458 de enero al 23 de septiembre pasado.
Esta estadística alarma pues es casi 80% más de las muertes violentas que se perpetraron en el 2020.
La ola de violencia en Guayaquil ha generado un nuevo debate para combatir la inseguridad.
La alcaldesa Cynthia Viteri pide que se promulgue una ley que permita a la gente estar armada con el objetivo de defenderse. Lo dijo en su discurso por los 201 años de Independencia de Guayaquil.
“Disparan dentro de centros comerciales, disparan en las esquinas, disparan en el centro de la ciudad (…), todos tenemos derechos pero quien mata con saña perdió su condición de humano (…) Demando que las leyes que cobijan a la delincuencia cambien: que quienes pasen los rigurosos exámenes a través del Ministerio de Defensa puedan portar armas como lo era antes”, esto lo dijo frente al presidente Guillermo Lasso.
Pero ¿antes los ciudadanos podían portar armas?
El porte de armas para las personas naturales se convirtió en un delito desde agosto del 2014 con la entrada en vigencia del Código Integral Penal. La normativa sanciona con prisión de tres a cinco años. Pero en el 2011, el expresidente Rafael Correa emitió el Decreto Ejecutivo 749 y dispuso que los ciudadanos no puedan llevar armas de fuego en su vehículo, equipaje, mochila, ropa, manos, etc.
Antes de eso también existía una prohibición para que la gente portara armas. De hecho, en 1997, el expresidente Fabián Alarcón emitió el Reglamento a la ley de fabricación, importación, exportación, comercialización y tenencia de armas municiones y explosivos. En esa normativa ya se facultaba la prohibición de que una persona natural pueda tener armas.
Sin embargo se permitía que las empresas de seguridad o dignidades tengan estos insumos.
Actualmente, los policías y los militares son los únicos facultados para portar armas. Ellos también son los encargados de decomisar estos equipos. De hecho, las dos instituciones han centrado sus operaciones en operativos para desmantelar a las mafias. Desde enero hasta septiembre decomisaron 300 armas.
Pero pese a los esfuerzos las bandas cada día ingresan más armamento al Puerto Principal. De hecho, los agentes revelan que en los últimos meses han descubierto que en la ciudad hay armas más sofisticadas, automáticas y de grueso calibre. Por eso sospechan que organizaciones de México y Colombia les envían a sus aliados por tierra, mar y vuelos clandestinos.
Ayer (10 de octubre del 2021) la Policía informó la detención de un hombre que caminaba por el centro de la urbe porteña con dos armas de fuego. Ahora es investigado y se verifica si iba a cometer algún crimen.
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