Trump: “Creo que tenemos un acuerdo con Rusia”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asegura que ya cuenta con un acuerdo con Rusia en las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania. Falta el visto bueno de Kiev, que está “más difícil” de lograr, según declaró este miércoles a última hora en un acto en el Despacho Oval, en un nuevo indicio de su frustración hacia el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, al que responsabiliza de que aún no haya nada cerrado. Horas antes había acusado al líder ucranio de prolongar “los campos de la muerte” en su país por no aceptar el plan que propone Washington, mucho más favorable a Moscú que a Kiev.
“Creo que tenemos un acuerdo con Rusia”, ha asegurado el republicano durante una ceremonia de firma de órdenes ejecutivas. “Creía que conseguirlo sería más fácil con Zelenski”, agregó, pero “ha resultado que es más difícil con él”.
La impaciencia de Trump, y por lo tanto del resto de su equipo, por llegar a un acuerdo del que alardear —o, en caso contrario, zanjar las conversaciones, dejando quizás a Ucrania abandonada a su suerte— es cada vez más palpable. Su portavoz, Karoline Leavitt, reconoció este miércoles la frustración de su jefe por la lentitud con la que transcurren las conversaciones, y acusó a Zelenski de “moverse en la dirección errónea”. Desde India, donde se encontraba en visita oficial, el vicepresidente J. D. Vance repitió las amenazas de la Administración republicana de retirarse como mediadora de las negociaciones si no se logran avances rápidamente.
“Hemos planteado una propuesta muy explícita a los rusos y a los ucranios, y ha llegado el momento de que los dos digan que sí, o Estados Unidos abandonará este proceso”, insistió el vicepresidente, en unas declaraciones dirigidas claramente hacia Zelenski, al que el mes pasado abroncaba públicamente durante la visita del ucranio a la Casa Blanca. “La única manera de detener de verdad las muertes es que los ejércitos depongan las armas, congelemos esto y nos pongamos manos a la obra para construir de verdad una Rusia y una Ucrania mejores”.
Esa impaciencia aumenta la presión sobre el líder ucranio y preocupa sobremanera a los países aliados. El domingo, el republicano, que durante la campaña electoral del año pasado presumió de que lograría acabar la guerra en 24 horas, anunció que el cierre de un pacto podría llegar esta misma semana. Este miércoles insistió en que lograrlo “está muy cerca”.
Pero Zelenski no quiere —no puede— aceptar una propuesta que entrega a Rusia parte de su territorio y premia una invasión: sería la primera vez desde la II Guerra Mundial que un país europeo ampliase sus fronteras por la fuerza; una perspectiva preocupante en Kiev, pero también en el resto de Europa.
“No hay nada de lo que hablar”, señaló el líder ucranio en declaraciones a la prensa. “Esto viola nuestra Constitución. Es nuestro territorio, el territorio de Ucrania”. Más tarde, en un comentario en la red social X, incluyó la condena que la primera Administración de Trump lanzó contra la ocupación de Crimea en 2018, cuando al frente del Departamento de Estado se encontraba Mike Pompeo.
El plan que ha presentado Estados Unidos prevé que Rusia conserve la mayor parte de los territorios ocupados, el 20% de Ucrania, cuya soberanía reconocería de facto. Según han publicado varios medios estadounidenses, Washington también aceptaría de iure la soberanía rusa de Crimea, la península que Moscú se anexionó de manera ilegal en 2014 y que la primera Administración de Trump declaró conquistada ilícitamente. Las propuestas también vetan el ingreso de Ucrania en la OTAN, y levantan las sanciones impuestas a Moscú. A cambio, Kiev recibe unas vagas promesas de ayuda económica. No obtiene una garantía explícita estadounidense de seguridad, aunque sí podría desplegarse una fuerza europea en su territorio para protegerla de una nueva invasión. Tampoco se limita el tamaño de sus fuerzas armadas, como exigía Rusia.
Las declaraciones del presidente estadounidense llegan cuando este jueves está previsto en Washington una intensa jornada de actividad diplomática en torno a las negociaciones. Trump tiene previsto reunirse con el primer ministro noruego para tratar sobre la guerra y sobre la Alianza Atlántica. Una conversación que tendrá lugar un día después de que las negociaciones ministeriales previstas en Londres entre Estados Unidos y los socios europeos, el Reino Unido, Francia y Alemania, más la propia Kiev, para tratar sobre Ucrania se redujeran a contactos a nivel técnico, después de que el secretario de Estado, Marco Rubio, anunciara que no asistiría.
A su vez, el secretario de la OTAN, Mark Rutte, comenzó una visita de dos días a la capital estadounidense para reunirse con los jefes del equipo negociador de EE UU: el propio Rubio —quien este miércoles trató también sobre el plan de paz para Ucrania por teléfono con su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski—; el consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y el jefe del Pentágono, Pete Hegseth. Rubio ya había comunicado por teléfono la semana pasada al exprimer ministro holandés la propuesta estadounidense, y le había advertido que de no abrirse con claridad un camino para un acuerdo, “Estados Unidos se retiraría de los esfuerzos para promover la paz”.
El viernes, el enviado estadounidense para Rusia, Steve Witkoff, viajará a Moscú para reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin, en lo que será la cuarta reunión entre ambos desde febrero. El sábado, el funeral del papa Francisco puede dar pie a más diplomacia entre bambalinas. Trump ha asegurado este miércoles que ya tiene previstos “muchos” encuentros, que no ha querido detallar. Es posible incluso que llegue a verse con Zelenski, que también estará presente en Roma.
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