Putin urge a sus tropas a recuperar Kursk tras la incursión de Ucrania: “Es el deber sagrado del ejército ruso”
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha apremiado a sus tropas a expulsar a las fuerzas ucranias de la región rusa de Kursk casi un mes después de su conquista. “El deber sagrado de las Fuerzas Armadas rusas es hacer todo lo posible para expulsar al enemigo de estos territorios y proteger a nuestros ciudadanos”, ha clamado el dirigente ruso durante su intervención en el Foro Económico Oriental de la ciudad de Vladivostok, en el extremo asiático del país. Asimismo, el mandatario ha fijado como gran prioridad la ocupación de Donbás —controlado en parte por Rusia— en lo que aún define como una “operación militar especial”.
No han sido gratuitas las palabras elegidas por Putin para referirse a los combates de Kursk, escenario de una importante batalla de la II Guerra Mundial. La canción soviética Guerra sagrada, de 1941, es un himno de aquel conflicto y la defensa de la patria, y Putin ha vuelto a hacer así un paralelismo con su invasión de Ucrania para apelar a la emoción de sus ciudadanos.
El dirigente ruso ha restado importancia a la toma de Kursk por parte de las fuerzas ucranias, pese a que ello ha obligado a Moscú a retirar tropas que podría emplear en su ofensiva de Donbás. “En cuanto al aspecto militar del asunto, ya he hablado de ello, el objetivo del enemigo era ponernos nerviosos, hacernos trasladar tropas de una zona a otra y detener nuestra ofensiva en las direcciones clave, principalmente en Donbás, cuya liberación es nuestro objetivo prioritario”, ha manifestado.
“El enemigo fracasó”, ha sentenciado Putin. Según el mandatario, “el ejército ruso estabilizó la situación” en Kursk al mismo tiempo que ha logrado grandes avances en el este de Ucrania porque Kiev se ha debilitado allí “al transferir unidades bastante grandes y bien entrenadas” a la frontera. “Hacía mucho tiempo que no se lograban adquisiciones territoriales de este tipo”, ha declarado Putin confiado.
Rusia avanza en tres frentes en Donbás; el principal es el de la ciudad de Pokrovsk, la retaguardia logística de Ucrania en Donetsk. Las fuerzas de Kiev preparan ya las defensas de la que puede ser otra gran batalla urbana en la guerra.
Al mismo tiempo, más de 130.000 rusos han abandonado sus hogares debido a la ofensiva que lanzó Ucrania en Kursk el pasado 6 de agosto, según el gobernador de la región, Alexéi Smirnov. Además, las encuestas internas revelan que el descontento dentro de Rusia con las autoridades ha arreciado a un nivel similar al que provocó la rebelión de Wagner en junio de 2023. Los rusos no comprenden que la frontera estuviera desprotegida, aunque el Kremlin apuesta por que la crisis se normalice con el paso del tiempo.
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SIGUE LEYENDOPese a mostrarse confiado de cara al público, Putin volvió a recurrir a la amenaza nuclear en caso de que la situación sobre el terreno no sea la que desea el Kremlin. El dirigente ruso atribuyó a Kiev todas las explosiones ocurridas hasta ahora en las inmediaciones de las centrales nucleares de Kursk y la región ucrania de Zaporiyia, y amenazó con ir más allá. “Uno puede imaginarse lo que sucederá en esta parte de Europa si comenzamos a dar una respuesta espejo”, ha amenazado Putin.
Contrariedad con Kamala Harris
“Biden era nuestro favorito, pero fue apartado de la carrera y recomendó a todos sus seguidores que apoyen a Harris, por lo que la apoyaremos. Ella se ríe de una manera contagiosa que demuestra que le está yendo bien”, ha ironizado Putin, que emplea contra la demócrata la misma retórica insultante que usa contra ella Trump —”ríe como una lunática”, dijo el republicano a mitad de agosto—.
Aunque esta es la segunda vez que Putin dice que apoya a los demócratas —Biden “es más previsible”, dijo en febrero—, sus palabras no se corresponden con su política exterior: al Kremlin no le interesa que los demócratas se mantengan en el poder y les acusa de mantener a Ucrania viva en la guerra. Asimismo, Putin se desmarca con estas declaraciones de Trump de cara al votante estadounidense, pues sus lazos con el equipo del republicano han sido ampliamente investigados en el pasado, entre ellos las conexiones de Moscú con su exasesor Paul Manafort.
El gasoducto Nord Stream también ha vuelto a protagonizar otro discurso económico de Putin, que mostró su irritación hacia Alemania por negarse a abrir el nonato Nord Stream 2 —el sabotaje de 2022, que Berlín atribuye a ciudadanos ucranios, inutilizó la canalización del Nord Stream 1— cuando China, su supuesto cliente alternativo a Europa tras las sanciones, también da largas a la construcción de su gasoducto Poder de Siberia.
“La renuencia de Berlín a utilizar el Nord Stream es una especie de esquizofrenia, una tontería. Pero si no quieren, que no lo hagan”, ha manifestado Putin indignado, al mismo tiempo que ha enfatizado que “los alemanes seguirán comprando gas de todas formas, sin gas es imposible”.
El otro gran tema del debate ha sido la detención en Francia del fundador de Telegram, Pável Dúrov. Durante su intervención, Putin ha reforzado las sospechas de que colaboró con el Kremlin días después de que una filtración de los servicios de seguridad rusos revelase que el empresario viajó en secreto a Rusia decenas de veces cuando supuestamente estaba exiliado.
“Conocí a Pável Dúrov una vez en Moscú hace muchos años. Habló de sus planes, no nos hemos visto desde entonces”, ha afirmado Putin al mismo tiempo que se ha hecho el ingenuo. “No tenemos ninguna queja (con Telegram)”, ha declarado el dirigente, pese a que sus colaboradores siguen probando cómo bloquear la aplicación y promulgan nuevas leyes para controlar sus canales más influyentes. “Pensaba que Dúrov vivía en Moscú”, culminó Putin sobre uno de los empresarios rusos más famosos del mundo y residente en Dubái desde hace años.
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