Noruega, en busca de cerrar heridas ante Italia

Noruega, en busca de cerrar heridas ante Italia

Noruega necesita despertar para olvidar los fracasos del pasado. La selección nórdica regresa a los cuartos de final de una Eurocopa y busca pasar por primera vez a semifinales desde 2013, cuando fue subcampeona. Esta vez pasa de ronda como líder de grupo, aunque sin dominio, al menos el que se presupone en un equipo lleno de grandes nombres como los de Caroline Graham Hansen, Ada Hegerberg, Frida Maanum, Ingrid Engen o Guro Reiten. Dejaron dudas en sus tres victorias de la fase de grupos, y resolvieron los partidos gracias a las individuales de sus jugadoras, dejando la sensación de que el fútbol colectivo sigue sin aparecer a pesar de que el equipo se empieza a recuperar de las crisis internas del pasado. Tendrán la oportunidad de demostrarlo este miércoles (21.00, Teledeporte) contra Italia, que llega como segunda del grupo y que no se lo pondrá fácil a las noruegas, que siguen buscando cerrar heridas desde hace años.

“Es un momento increíblemente importante para nosotras. Hemos tenido muy buena energía todo el equipo. Queremos aprovechar esta oportunidad de estar entre las cuatro mejores de Europa”, aseguró Hegerberg, capitana y líder de esta nueva etapa. Sus palabras reflejan la necesidad de dejar atrás un pasado reciente marcado por un vestuario resquebrajado que se evidenciaba en cada gran torneo. En la Eurocopa de 2017 se marcharon en fase de grupos sin ningún punto. Hegerberg abandonó la selección por el trato desigual de la Federación Noruega al futbol femenino. Regresó para la Eurocopa de 2022, cuando Noruega sufrió la mayor derrota de su historia: perdió 8-0 ante Inglaterra en su debut. Quedaron eliminadas, y el seleccionador Martin Sögren, que llevaba seis años al frente, dimitió.

Llegó su sustituta: Hege Riise, icono nacional, campeona del mundo, de Europa y de los Juegos Olímpicos como futbolista, y aún hoy la internacional con más partidos disputados. Pero nada mejoró. Al contrario. En el Mundial de 2023, tras caer ante Nueva Zelanda en el partido inaugural de manera inesperada, Ingrid Engen y Graham Hansen criticaron públicamente el planteamiento de su entrenadora. Al partido siguiente, ambas fueron relegadas al banquillo. Graham no se quedó callada: “Siento que llevo un año en el que me pisotean”, espetó. A la mañana siguiente, Graham, junto a su entrenadora, compareció en rueda de prensa. Profundamente abatida, leyó un comunicado de perdón. Aquella imagen fue el retrato de un equipo fracturado, sin rumbo. Noruega cayó eliminada en octavos, y Riise dimitió.

La llegada de Gemma Grainger, inglesa, ha supuesto, a priori, una nueva etapa. Al menos en el vestuario. Otorgó el brazalete a Hegerberg, dándole el peso simbólico que necesitaba el equipo, carente de una líder clara, y dándole la segunda capitanía a Graham Hansen. “Todos los que la conocen saben que Ada es una líder”, afirmó Grainger. A pesar de que el equipo transmite estar más unido y hay más armonía, aún el fútbol no acompaña.

Con una gran línea de delantera —Graham, Reiten, Maanum, Hegerberg—, a Noruega le cuesta anotar. A veces, con decisiones extrañas, como la de situar a Graham como falso nueve, incómoda y fuera de su hábitat natural: la banda derecha, donde brilla en el Barça. Además, el equipo sufre defensivamente: han encajado cinco goles en tres partidos. El bloque no termina de fluir, y las individualidades no alcanzan para esconderlo.

Ante Italia, Noruega parte como favorita por nombres y experiencia, pero las italianas pueden hacer daño a sus rivales con sus contraataques y un juego directo. En los dos últimos encuentros —clasificatorios para la Eurocopa—, ambas selecciones empataron. Para la victoria, Noruega no solo necesitará el talento, sino también encontrar al equipo.